miércoles, 2 de marzo de 2016

El TSJ legitima la dictadura





Desde un principio el régimen chavista se ha manejado como una dictadura.
Pero no es una dictadura clásica, tradicional.
Esta es una dictadura de nuevo tipo que usa un barniz democrático para justificarse.
Pero en esencia su naturaleza es completamente antidemocrática.
Lo hemos visto con la guerra  a la libertad de expresión y de pensamiento.
La represión política también caracteriza a este régimen  que no duda en encarcelar a sus adversarios.
La sentencia dictada por el TSJ ayer no sorprende.
Eso se esperaba.
Es parte del golpe de estado continuado que comenzó en diciembre con la designación ilegal de los magistrados del TSJ.
En forma absurda e ilegal el TSJ establece límites a las funciones Constitucionales de la Asamblea Nacional.
Es una sentencia que no parece redactada por abogados.
En realidad más que una sentencia es una declaración política que legitima y protege a la dictadura y sus mecanismos de cualquier procedimiento contralor iniciado por la AN.
Esta decisión hay que verla en el contexto de la estrategia del régimen para disolver la AN antes de finales de año.
Frente a esto la oposición debe evaluar la gravedad de la coyuntura y comenzar a desarrollar una estrategia de confrontación más efectiva y realista.
Ayer lo dijimos y lo seguiremos diciendo mañana: Mientras la oposición no busque aliados en el chavismo no será posible cambiar la correlación de fuerzas que permita derrotar en forma definitiva al régimen.
Con esta decisión del TSJ la perspectiva de una victoria de la oposición sobre el régimen en el mediano plazo son realmente inciertas.
Al ritmo que vamos el escenario siguiente para confrontar electoralmente al régimen y eventualmente derrotarlo será en diciembre del 2018.
¿Aguantaremos?

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