jueves, 31 de agosto de 2023

¿Para qué votar?

            Aunque parezca algo obvio y a riesgo de sonar redundante hay que repetirlo. No se puede analizar el tema electoral sacándolo con pinzas del contexto político. Una cosa está indisolublemente ligada a la otra. Disociar lo electoral de lo político ha sido una de las manipulaciones más socorridas de la falsa oposición que hábilmente se presenta como opción electoral frente al mal gobierno de Nicolás Maduro sin tomar en cuenta aspectos políticos determinantes como la existencia de un poderoso Estado chavista que se impone por la fuerza.

Si es al Estado chavista, no al gobierno, a quien hay que combatir con todo su aparato jurídico, político y militar entonces se entiende que su desplazamiento no será mediante unas elecciones que el mismo régimen organice. Sueñan despiertos quienes esperan que el chavismo se rinda en unas elecciones y entregue el poder a sus enemigos como hizo la clase dirigente del Estado de partidos en 1999 con Hugo Chávez. Entonces, prestarse a la mascarada electoral del chavismo no pasa de ser un ejercicio de terapia de grupo para desahogar energía y emociones sin ningún impacto real en la política.

Esta afirmación no es gratuita. Está respaldada por dos décadas de abundantes elecciones que solo han servido para perder tiempo, energía y ayudar a sostener al régimen en el poder.  Lo único que ha cambiado es que cada vez el chavismo actúa con menos escrúpulos, si es que alguna vez los tuvo. Y lo más grave es que su falsa oposición se acostumbró y el empeño inútil de ir a unas elecciones sin condiciones ni garantías es presentado como una gesta épica y ciudadana, aunque repita las mismas falacias y errores de la elección anterior.

Mientras lo fundamental en la política venezolana no cambie siempre habrá un falso opositor dispuesto a jugar el papel de mesías de turno y encantador de multitudes. Siempre encontraran un candidato con la retórica y el glamour para tratar de persuadir a los venezolanos que esta vez sí se puede. Ese papel le tocó en el pasado a Arias Cadenas, a Manuel Rosales, a Henrique Capriles, Henry Falcón, y hasta Leopoldo López y Juan Guaidó. Cada uno de ellos en su momento estuvo en la cresta de la ola de la popularidad con el mismo carisma y magnetismo que hoy irradia María Corina Machado, la nueva cara de la misma vía electoral.

El cuestionamiento que hacemos nada tiene que ver con las calidades personales de María Corina que quizás sería una magnífica presidente, en una Venezuela normal. Y menos tiene que ver con un empeño necio y terco en promover la abstención sin sugerir otras alternativas. Es que ya son 23 años ensayando la misma fórmula que solo ha servido para que una camarilla tan abyecta como la chavista descubra y se lucre de la próspera industria electoral venezolana. Para absolutamente nada ha servido que a lo largo de estos años la falsa oposición haya logrado diputados, gobernadores y alcaldes. Quizás sólo para mantener la ilusión de un posible cambio por vía electoral que jamás llegará mientras el Estado chavista controle los hilos del poder.

Hay quienes justifican la inutilidad y banalidad del voto bajo el régimen chavista con el argumento de que es mejor hacer algo que quedarse de brazos cruzados. Pero ¿entonces lo que se quiere es hacer algo, cualquier cosa, aunque la evidencia nos demuestra que está mal hecho? ¿No es eso precisamente lo que hemos hecho a lo largo de estos 23 años? ¿Acaso no hemos vivido de una ilusión electoral en otra? ¿Cuándo termina esto? En serio, ¿Para qué votar?.- @humbertotweets 

¿Cómo será la campaña de Maduro?

            El decir es que el gobierno de Nicolás Maduro no tiene los votos pero dispone de todas las ventajas institucionales para ganar. Y esto es algo que se puede constatar. El colapso de la economía ha creado no una sino muchas olas de descontento que llevan a la gente a protestar todos los días en la calle en jornadas que se multiplican por todo el país.

Seguimos viendo por redes sociales personas que aún se identifican como chavistas pero que no ocultan su descontento que el Carnet de la Patria y las cajas CLAP no logran calmar. Estos, sumados a amplios sectores de la población venezolana que también reclaman sus derechos, conforman una masa crítica que podría ser decisiva en el cambio de la correlación de fuerzas en los próximos meses.

Las 2-3 visitas que ha hecho Nicolás Maduro fueron estrictamente planificadas y controladas para reducir la audiencia a los chavistas más confiables. Pero aun así se han dado brotes espontáneos de descontento en esos ambientes que se han difundido ampliamente.

Pero esta situación, que se puede constatar materialmente en la calle, no aumenta las posibilidades de triunfo de una candidatura de la falsa oposición. Y esto es simplemente debido al hecho que esa oposición desde hace mucho tiempo aceptó participar en ese evento sin condiciones ni garantías.

Entonces, en realidad  no hay forma de contar o medir institucionalmente  la impopularidad y el rechazo a Nicolás Maduro porque este dispone del aparato político y jurídico que regula esas elecciones.

Sin embargo, a pesar de contar con esas ventajas hay algunos trámites de los cuales Maduro no podrá eximirse. El más obvio es la realización de algún tipo de actividad o campaña para animar a sus desanimados seguidores.

Pero ¿cómo hacer campaña cuando la misma masa chavista es la punta de lanza del descontento nacional? A cualquier sitio que lleven a Nicolás Maduro siempre habrá el riesgo de que algún chavista le haga un desaire o un desplante, por decir lo menos.

Se han filtrado en redes sociales unos videos bien entretenidos que muestran a Nicolás Maduro en un campo deportivo vacío agitando los brazos y saludando a la nada. Se presume que la campaña de Maduro será audiovisual y más que todo a distancia, con videos mostrando multitudes que lo aplauden y el uso de aquel muñeco de plástico conocido como “súper bigote".

Una campaña con presencia masiva en redes sociales y contacto limitado con las bases chavistas es la mejor medida de una crisis que está en proceso de fermentación.- @humbertotweets

lunes, 28 de agosto de 2023

¿Primaria con el nuevo CNE chavista?

            No, la tesis de que el Consejo Nacional Electoral chavista aun intervenga en la organización de la Primaria de la falsa opción aún no ha sido descartada.  De hecho con la selección de la nueva directiva del CNE esta opción regresa con más fuerza a la mesa de negociaciones discretas entre chavismo y falsa oposición. Pero, ¿por qué?

Desde el momento en que la falsa oposición se embarcó en la vía electoral quedó amarrada a los nudos de la legalidad chavista. Así ha sido, así es y así seguirá siendo cada vez que se decida ir a elecciones bajo el régimen chavista. Ahí no hay escape, ni términos medios, ni alternativas. Y pretender que las hay es una fantasía, por decir lo menos.

En Venezuela el Estado chavista es quien organiza las elecciones, cuenta los votos y adjudica los resultados. Quiénes van a votar, cómo, dónde y cuándo es algo que los chavistas deciden según su conveniencia. En las elecciones que hace el chavismo no hay apelación, ni reconteo, ni auditoría que valga. Si un candidato nacional o regional no le conviene al chavismo puede resultar preso o inhabilitado. Todo esto que suena a arbitrariedad, y lo es, se hace dentro de la más estricta legalidad…chavista.

Todo aquel que escoja la vía electoral que ofrece el chavismo sabe perfectamente a lo que se enfrenta y tiene que aceptar las reglas de ese juego, sin protestar. Por eso, quizás hasta cierto punto no deberían ni reclamar porque voluntariamente decidieron someterse al imperio de la Constitución de 1999 y el sistema legal del chavismo en el cual se basa todo este tinglado de fraude y abuso.

Por eso resulta infantil (asunto de niños) que la falsa oposición sin lograr una negociación efectiva sobre condiciones y garantías electorales se haya deslizado por el tobogán de las elecciones y a mitad de camino pretenda que el chavismo le haga concesiones.

En la mascarada electoral que prepara el chavismo, y en la cual la falsa oposición voluntariamente decidió cooperar, el régimen necesita procurarse un candidato “opositor” conveniente que aunque sea bullicioso y respondón juegue apropiadamente su papel de reconocer los resultados electorales del fraude, aunque solo sea bajo protestas y hasta maldiciendo. Pero que lo haga. Aunque muchos candidatos no esperarían a que se los pidan dos veces, esta es una parte sensible de toda la operación que requiere de ciertos rasgos personales.

Por alguna razón el chavismo nunca ha ocultado que se sentiría mucho más cómodo con un candidato opositor como Manuel Rosales a quien en las últimas elecciones el régimen le adjudicó la gobernación del Zulia para dejarlo como preparado al bate en el elenco “opositor”. A cada piropo que Nicolás Maduro le lanza a Manuel Rosales este hace lo propio y le corresponde sin olvidarse de las formas, esto es que aunque esté al servicio de Maduro es ante todo un “opositor”.

El problema se presenta cuando el mecanismo diseñado por la MUD para pavimentar la vía de Rosales a la candidatura queda dinamitado con la explosiva candidatura de María Corina Machado y su onda expansiva. Hay dos tipos de migración ocurriendo hoy en Venezuela. La de muchos venezolanos que perdieron la esperanza en los politiqueros de ambos bandos y están abandonando masivamente el país. Y la migración masiva de las clientelas regionales de los partidos de la MUD hacia la candidatura de MCM para montarse en ese autobús antes de que sea demasiado tarde. Ya hay candidatos a gobernadores y alcaldes pegados a la candidatura de Machado para que la cresta de la ola los salpique con su agua bendita.

En estas condiciones los capos de la MUD no pueden hacer otra cosa que mirarse con desconcierto unos a otros y concluir que están organizando unas elecciones para que María Corina Machado irreversiblemente sea proclamada ganadora. Y aquí es donde hay que comenzar a establecer algunas precisiones fundamentales. Una de ellas es que la Comisión de Primaria, contrario a lo que parezca, es en esencia un subproducto de la MUD, designada para proteger esos intereses y no otros. En otras palabras, la Comisión de Primaria cuyos dueños son los partidos del G4 está supeditada en todos los aspectos políticos y logísticos a lo que convenga a la MUD.

Invocando la magnitud de la elección la Comisión de Primaria comienza su trabajo desde principios de este año coordinándose con el CNE chavista. Luego se sucederán una serie de eventos casi organizados en forma de guión. En las conversaciones sobre asistencia técnica Comisión de Primaria-CNE surge el tema de las captahuellas. La mayoría de los precandidatos opositores en representación de los partidos que controlan la Comisión de Primaria expresan conformidad porque a la final ya se sabe hacia dónde va todo esto. Casi todos, menos uno o una. María Corina Machado, quien posiciona el asunto como relevante y logra convencer a quienes quieren votar que las captahuellas son una forma del chavismo para influir en los resultados, como si el chavismo ya no estuviese controlando todo el proceso en el cual, por cierto, ella también participa en forma voluntaria.

El rechazo a las captahuellas y la presión de la clientelas de los partidos obligan a la MUD-Comisión de Primaria a no aceptar el uso de las máquinas a lo cual en forma conveniente el CNE chavista respondió el mismo día  “sin captahuellas no hay asistencia técnica”. Todo o nada. Un nuevo intento de entenderse con los chavistas en materia electoral tratando de cambiar ligeramente las condiciones quedaba frustrado.

Semanas después luego del episodio de las captahuellas y ante el rio crecido en que se había convertido la candidatura de María Corina Machado el régimen chavista decide intervenir para tratar de poner orden en la elección Primaria de la falsa oposición que a todas luces ya estaba fuera del control de sus organizadores. Así el 30 de junio con base a la legalidad chavista se anunció la inhabilitación de María Corina Machado por razones que ni siquiera el régimen se tomó la molestia de explicar. ¿Para qué si simplemente pueden hacerlo?

En los últimos meses el desgano y el desinterés de la MUD-G4 por la elección Primaria es evidente. “¿Qué sentido tiene que organicemos la elección donde de todas formas será coronada María Corina Machado y de paso paguemos la cuenta?”, así más o menos se expresaba amargamente, en privado, un operador regional de uno de los partidos de la MUD. Hasta el propio Henrique Capriles Radonski sorprendió a sus seguidores en sus declaraciones de arranque de campaña diciendo que “...no hay ambiente ni entusiasmo para la elección Primaria”. Quizás no hay entusiasmo en su campaña porque gente que antes lo acompañaba ahora caminan ilusionados al lado de María Corina.

Si el régimen chavista aún tiene interés en asegurarse un buen candidato opositor está obligado a meterle la mano nuevamente a sus socios de la falsa oposición para sacarlos del atolladero. Para que Manuel Rosales sea un candidato creíble tiene que ser el resultado de un mecanismo igualmente más o menos creíble.  No lo pueden simplemente sacar del sombrero del mago en Noviembre y decir que es el candidato del consenso, menos si la candidata María Corina Machado se alza con los votos de esa elección en una proporción de 10-1. Solo bastaría que ella vetara ese consenso para que ese candidato con un plomo en el ala no levante vuelo.

Una forma de resolver esto es precisamente regresar a la tesis de la asistencia técnica del CNE chavista a la Primaria lo cual permitiría el “aval electrónico” para justificar  un eventual resultado adverso a MCM, aunque a muchos les parezca increíble. A diferencia de hace cuatro meses hoy se puede alegar que la asistencia técnica incondicional por parte del CNE está justificada porque no hay dinero y el caos que sería llevar a votar a un millón de personas debajo de una mata de mango. Sobraran los “argumentos sensatos” y los apoyos de candidatos como Henrique Capriles Radonski y Andrés Caleca

El chavismo no necesita de mayor preparación para su fraude electoral. Por eso la agenda de trabajo del nuevo CNE en las próximas semanas se ocupará más de la Primaria de la falsa oposición que de cualquier otro asunto. Si la MUD por temor al  costo político vuelve a rechazar la oferta generosa (Jorge Rodríguez dixit) de asistencia técnica del CNE chavista este tendrá que buscar otras formas (¿suspensión? ¿intervención?) para ayudar a sus socios a disminuir el efecto, hoy demoledor, de la candidatura inhabilitada de María Corina Machado y allanar el camino al candidato de consenso in pectore, Manuel Rosales. @humbertotweets

jueves, 24 de agosto de 2023

El nuevo CNE chavista no es para espantar votos sino para un megafraude

Según se ha confirmado los nuevos integrantes del CNE chavista serían Elvis Amoroso, Rosalba Gil, Carlos Quintero, Aime Nogal y Juan Carlos Delpino. Los tres primeros serían los votos duros del chavismo, mientras Nogal es la cuota de Manuel Rosales/Un Nuevo Tiempo y Delpino la de Henry Ramos Allup/AD en resistencia.

La nueva directiva del CNE fue el resultado de negociaciones de grupos dentro del régimen chavista y de este con factores de falsa oposición. En el chavismo había grupos del madurismo que cuestionaron a Elvis Amoroso no por su lealtad perruna con el régimen sino más bien por su incompetencia manifiesta que podría poner en riesgo una operación de alto calibre como la farsa electoral. Sin embargo, Sin embargo, la mano discreta de Cilia Flores, una vez más, lo protegió. La macolla del régimen (Maduro, hermanos Rodríguez y Padrino López) acordó que el militar Carlos Quintero es quien tendrá todo el poder operativo y Amoroso simplemente tendrá un papel decorativo y será el vocero de las decisiones y los resultados que otros están produciendo en la trastienda.

No es cierto que los dos representantes de la falsa oposición, Nogal y Delpino, son el resultado de las negociaciones de México. El inevitable alivio y levantamiento progresivo de las sanciones de los EEUU al chavismo seguirá adelante, pero por razones de estricta conveniencia geopolítica para los Estados Unidos y nada tiene que ver con la conformación del nuevo CNE.

Esta fue una negociación directa entre el chavismo con Manuel Rosales y Henry Ramos Allup en representación de sus propios grupos, pero con anuencia de la MUD. Esto quiere decir que la llamada Plataforma Unitaria para evitar cuestionamientos públicos dejó en libertad a Ramos Allup para avanzar los acuerdos selectivos y bilaterales con el chavismo hasta proponer un miembro en el nuevo CNE. Sin embargo, para todos los efectos prácticos estos dos representantes de la falsa oposición se coordinarán con la dirección de la Plataforma Unitaria sobre todo si el régimen decide hacer un totum revolutum electoral de donde salgan presidente, diputados, gobernadores, alcaldes y concejales.

Una de las posibles primeras decisiones de este nuevo CNE chavista sería ponerse a la orden de la Comisión de Primaria de la falsa oposición como una “muestra de amplitud” en caso de que quieran usar su infraestructura para la elección de Octubre. La razón para esto es que el régimen chavista se siente obligado a meterle la mano a sus socios de la falsa oposición sector MUD para impedir el de otra forma inevitable triunfo de María Corina Machado en la elección Primaria. En realidad no es ninguna señal de apertura sino más bien una amenaza velada en términos de ultimátum. De manera que si no aceptan habrá consecuencias.

Si la Comisión de Primaria rechaza este ofrecimiento y decide hacer la elección en casas particulares y debajo de una mata de mango, entonces se abren otros posibles cursos de acción. En una combinación con el Tribunal Supremo de Justicia chavista y el CNE se podrían acordar medidas individuales contra miembros de la Comisión Primaria a nivel nacional y en los estados. Diosdado Cabello ya anunció que el Estado chavista actuará contra todos aquellos que hayan manejado dineros en la Primaria donados por ONG’s nacionales o extranjeras. Otra opción que tiene el chavismo es que, usando la misma lógica para tomar el control legal de las franquicias partidistas (AD, PJ, VP, PCV, etc.), ahora decida intervenir directamente la Comisión de Primaria bien para suspender el evento o para designar a nuevos miembros que lleven a cabo la elección de Octubre.

Dando por descontado que el chavismo controla todos los mecanismos y procesos para el fraude dentro del CNE en realidad la única preocupación y prioridad en los próximos días es como fabricar un contexto dentro de su pseudo legalidad para impedir la victoria de María Corina Machado en la Primaria de Octubre. Dentro del chavismo hay quienes como Jorge Rodríguez proponen dejar las cosas como están y que la falsa oposición resuelva qué hacer con María Corina una vez que gane la elección interna, pero por su inhabilitación no pueda ser postulada.

Hay otros como Nicolás Maduro que preferiría una puesta en escena más controlada que le permita a la falsa oposición una vía de escape para postular a un candidato distinto a Machado y que a su vez sea más o menos digerible para los opositores.

En ambos casos el régimen chavista sigue apostando por el nombre de Manuel Rosales como candidato de consenso del G4, quien a pesar de decir que no aspira está recogiendo dinero para su campaña y ya tiene metido a un miembro de su partido en la directiva del nuevo CNE.

Un CNE controlado por el chavismo y los factores más zamarros de la falsa oposición, presidido por Elvis Amoroso, no es simplemente un CNE para asustar a la gente y espantar votos. Este nuevo directorio tendrá en sus manos decisiones audaces tales como intervenir directamente en la elección Primaria de la falsa oposición, adelantar las elecciones para todos los cargos en el 2023 y hasta suspender las elecciones en forma indefinida con el pretexto de las sanciones internacionales. Será una cosa u otra según le convenga al chavismo. Como se puede apreciar este no es un CNE para meter miedo sino para perpetrar uno de los más ambiciosos megafraudes electorales que el chavismo se haya planteado en estos 23 años.- @humbertotweets 

Venezuela se queda sola

            Venezuela parece estar a merced de dos fuerzas, ambas destructivas, que avanzan sus intereses que no son los de la nación venezolana. Por una parte está el chavismo que ya va a cumplir un cuarto de siglo en el poder desmantelando economía, sociedad e instituciones hasta alcanzar niveles descomunales. Por la otra hay una supuesta oposición que tiene el mismo tiempo fracasando como alternativa frente al chavismo y convirtiéndose más bien en su mejor soporte colaboracionista.

En un sistema político normal, con pesos y contrapesos institucionales, un pésimo gobierno como el de Nicolás Maduro podría ser sustituido por otro mejor o menos malo en un ejercicio necesario de alternabilidad. Pero Venezuela no tiene un sistema político normal. La ausencia de equilibrios se expresa en un Estado, no un gobierno, cuya cúpula controla sin resistencia todos los poderes públicos.

En este ejercicio totalitario las elecciones se reducen a un mero formalismo que contiene una ilusión de cambio, pero no es más que una ilusión. Y al estar negada la posibilidad de cambio político lo único que queda es aceptar o irse.

Quienes aceptan lo hacen por una variedad de razones, no necesariamente que estén de acuerdo con ese régimen. Unos lo harán por supervivencia, otros por cansancio y otros tantos por conveniencia.

Pero quienes se van no lo hacen tan solo como expresión de su inconformidad con la política. Hay quienes podrían vivir y aceptar el totalitarismo chavista siempre que al menos existan unas garantías mínimas para vivir decentemente. A lo menos que se podría aspirar es a tener agua, electricidad, comida, trabajo y respeto a la vida. Hay muchas otras cosas igualmente esenciales para una vida digna que quedan por fuera, por lo menos con esto la vida sería más o menos tolerable. 

Más de 8 millones de venezolanos llegaron a la conclusión de que no solo el cambio político en Venezuela es imposible en las actuales condiciones sino que además no existen las condiciones mínimas para vivir. El resultado es uno de los éxodos más impresionantes que se haya conocido en el mundo, situación que aún no se detiene y es motivo de estudio y análisis para especialistas y académicos. Algunos desde la comodidad de aula en algún Campus universitario de Europa o Norteamérica se preguntan ¿Por qué los venezolanos no luchan en lugar de irse del país? Desde nuestra perspectiva emic la respuesta no es fácil, no se puede improvisar, pero irreversiblemente en cualquier momento tendremos que enfrentarnos a ella.

Por los momentos solo podemos constatar que la ausencia de 8 millones de venezolanos se siente en las calles, en los pueblos y hasta en los Centros Comerciales vacíos.

Hoy en la mayoría de los pueblos de Venezuela vemos 3 tipos de aglomeraciones. Los que hacen cola para comprar algo o tomar el autobús, quienes se reúnen para vitorear a algún candidato de la llamada oposición o dirigente del chavismo, y quienes salen a despedirse de sus familiares que emprenden el dramático e incierto camino de la emigración.

No paramos de preguntarnos ¿Cómo se puede recuperar un país que ya ha perdido el 25% de su población y donde el éxodo lejos de parar aumenta? ¿Cómo se puede preservar la integridad territorial vulnerada en toda la frontera e impedir el casi seguro desmembramiento de un pedazo de territorio por el oriente? ¿Es exagerado pensar que sin recursos, sin territorio y sin gente la nación venezolana tal como la conocimos es simplemente inviable?

¿Es acaso posible recuperar y reconstruir a partir de lo que queda? @humbertotweets

lunes, 21 de agosto de 2023

El papel de Diosdado Cabello en la nueva etapa del régimen chavista

            La influencia y dominación del régimen cubano sobre el Estado chavista es innegable. Esta relación va mucho más allá de la cooperación de dos países hermanados por actividades criminales. Cuba es una suerte de hermano mayor que aconseja y finalmente decide lo que hay que hacer mientras Venezuela venera a Cuba con petróleo, recursos y muchas otras cosas que sostienen esa relación de vasallaje necesaria para ambos Estados.

Pero algo que el Estado chavista ha calcado con exactitud del régimen cubano son los mecanismos para el control de su propia estructura y la purga de potenciales adversarios internos que puedan poner en peligro a todo el aparato. En este sentido el Estado chavista, como el Estado cubano, opera como un verdadero Estado policial con el objetivo de imponerse por la fuerza sobre la población civil desarmada y al mismo tiempo desplegar sofisticadas redes de espionaje interno para detectar y neutralizar posibles adversarios.

El objeto de estas delicadas y permanentes tareas de verdadera contrainteligencia es establecer patrones de conducta y perfiles de personas dentro de sus propias filas que podrían eventualmente rebelarse en algún momento, por razones diversas, aunque ellos mismos ni siquiera lo sepan o lo asuman en el presente. Suena a ciencia ficción, pero es el método que Fidel Castro tomó de la Unión Soviética estalinista y perfeccionó hasta su muerte para eliminar potenciales adversarios y colaboradores que no se sometían en un 100% a la irrevocable voluntad del caudillo gobernante.

La historia cubana durante la era de los Castro está llena de episodios que ilustran estas prácticas. Podemos citar dos de los más emblemáticos. El primero, el fusilamiento del General de División Arnaldo Ochoa Sánchez, el coronel Antonio de la Guardia Font, el mayor Amado Padrón Trujillo y el capitán Jorge Martínez Valdés. Todos ellos implicados en operaciones de narcotráfico por órdenes y para beneficio del régimen cubano que luego los condenaría por tráfico de droga y traición a la patria.

El segundo, de más reciente data, fue la defenestración de  Felipe Pérez Roque ex Canciller de Cuba y quien hasta el 2009 se perfilaba como posible Presidente de Cuba de la mano de los hermanos Fidel y Raúl Castro. Luego de su destitución se desató una típica campaña de linchamiento moral para acusarlo de espionaje. El propio Fidel Castro acusaría a Pérez Roque de “ambicioso e indigno” en un artículo publicado en Granma al día siguiente de su destitución.

En la Venezuela chavista, desde Hugo Chávez hasta nuestros días, también las purgas selectivas de cuadros civiles y militares de la llamada revolución ha sido una constante para garantizar el control y los equilibrios internos. Dos casos igualmente emblemáticos serían los de Raúl Isaías Baduel y el más reciente de Tareck El Aissami.  Aunque se podría argumentar que Baduel se abrió primero para desafiar abiertamente a Chávez, lo incluimos en este ejemplo por su significación para el chavismo en esa época (2007) y su indudable potencial para relevar a Hugo Chávez del poder. Por cierto, es una tarea pendiente para los historiadores examinar la influencia que pudo haber tenido el General Raúl Isaías Baduel en la derrota de la posición que Chávez defendió en el referéndum de 2007.

Lo que intentamos explicar es que el método cubano de purgas internas para asegurar el control del aparato estatal es de una extraordinaria vigencia en el Estado chavista como ya ha visto en el caso de Tareck El Aissami quien de ser el número 2 o 3 del régimen pasó a convertirse en el primer sospechoso de articular un plan político, económico y militar para sacar a Nicolás Maduro del poder. Y es que quien tiene -¿tenía?- fichas claves en las Fuerzas Armadas y amasa una fortuna de 23 mil millones de dólares no está pensando simplemente en un exilio dorado sino quizás en un propósito mucho más audaz y ambicioso.

El tema de El Aissami lleva irreversiblemente al de la grave crisis política y militar que hoy atraviesa el Estado chavista y formas para sobrevivir incluyendo el propio relevo de Nicolás Maduro. Aun cuando esto sea lo que aconseje la pragmática racionalidad para seguir a flote, no todos los grupos que operan en ese ecosistema están de acuerdo. De hecho Nicolás Maduro, los hermanos Rodríguez y Vladimir Padrino López no podrían estar de acuerdo con una movida que para salvar a todo el régimen pase primero por liquidarlos políticamente a ellos.

Pero además en regímenes como los de Cuba y Venezuela hay un protocolo con características de dogma que no se discute. El caudillo a la cabeza del aparato, Fidel Castro y Raúl Castro en Cuba, Nicolás Maduro en Venezuela, siempre muere en el ejercicio efectivo del poder. Y eso tiene una lógica. Quien ejerce la jefatura es ultimadamente el responsable de todas las decisiones de ese aparato estatal. Al no contar con el poder y la inmunidad que proveen ese cargo, su antiguo titular queda reducido al papel de un simple operador sin protección y a merced de numerosos enemigos internos y externos.

Quien conozca y entienda cómo opera el intrincado Estado chavista está más cerca de comprender que para la macolla del régimen todas las combinaciones posibles tienen que incluir a su jefe actual, Nicolás Maduro. Lo único que modificaría ese protocolo sería una situación sobrevenida como en el caso de la agonía y muerte de Hugo Chávez donde éste último, en el mejor estilo cubano, logró designar a su sucesor.

¿Y cómo queda entonces Diosdado Cabello, quien fuera del ecosistema chavista es percibido como un sucesor natural de Nicolás Maduro? En esta etapa que inicia el Estado chavista con la defenestración de Tareck El Aissami el papel de Diosdado Cabello seguirá siendo el de siempre: Periférico y marginal. A pesar de lo bullicioso en los últimos años Cabello nunca ha sido el número 2, ni el 3, ni el 4 dentro del régimen chavista, situación que parece no cambiará.

Cabello ha perdido todo poder dentro y fuera de las Fuerzas Armadas chavistas. Quienes le atribuyen a Diosdado Cabello un supuesto control del PSUV no entienden el abecé del clientelismo ni como las prebendas repartidas vía Carnet de la Patria amarran apoyos y lealtades al aparato que preside Maduro, no Cabello. También parece olvidarse que sus dirigentes regionales en el PSUV fueron descabezados, sus amigos en las FANB dados de baja, hasta fue destronado de la presidencia de la AN chavista. En realidad Cabello no tiene fuerza propia interna en el aparato estatal chavista para defenderse de una arremetida y menos aún para abrirse contra Maduro o su entorno (hermanos Rodríguez y Padrino López).

El papel que le queda reservado a Diosdado Cabello, hasta que Nicolás Maduro lo permita, es el de ser vocero de las decisiones que otros toman y anunciarlas jocosamente en la comedia semanal “Con El Mazo Dando”. Pero siempre habrá alguien por encima de él. Llámese Nicolás Maduro, Jorge Rodríguez, Delcy Rodríguez o Vladimir Padrino López. Mientras Diosdado Cabello no haga jugada adelantada y Nicolás Maduro lo siga viendo con ojos de misericordia su destino en el futuro se parece más al oscuro papel de Pérez Roque que al de un Ochoa o un Baduel. Y eso, en esas circunstancias, se agradece.

Sin embargo, en el Estado chavista no hay garantías para nadie que no sea Nicolás Maduro, jefe del clan dominante. Nada impide que un día de estos la Policía Contra la Corrupción chavista nos sorprenda con un operativo en el SENIAT donde José David Cabello, hermano de Diosdado Cabello, reina sin control y sin auditoría desde el 2008. Todo se puede esperar de un régimen desesperado por aumentar los ingresos fiscales para sobrevivir y además urgido en neutralizar cualquier potencial adversario interno, por inocuo que parezca.- @humbertotweets

jueves, 17 de agosto de 2023

¿Hay democracia en Venezuela?

Democracia no es un término unívoco sino que por el contrario tiene diversas acepciones. Por eso para ser justo con el lector no se puede usar la expresión al voleo dejando a cada quien su libre interpretación porque podemos terminar hablando de cosas totalmente distintas.

Otra expresión que corre la misma suerte es la de dictadura muy popular a la hora de calificar al gobierno chavista sin reparar que quizás lo que en realidad se quiere decir es tiranía.

En ambos casos conviene siempre definir el contenido y los límites de estos conceptos si en realidad se quiere abordar un debate político sustancial.

Hace unos días la periodista Mildred Manrique entrevistaba en su programa de Impacto Venezuela al ex Secretario General del MEP y ex Constituyentista en 1999 Eustoquio Contreras.

Ante la pregunta directa ¿Hay democracia en Venezuela? Contreras, quien hoy está alejando del gobierno chavista y se auto define como chavista originario, no logra responderle a la periodista en forma clara apoyándose en evasivas argumentando que “...si hay o no hay dictadura es un problema conceptual de cada quien y lo que sí hay es un agotamiento de las libertades públicas”.

Sin responder la pregunta -¿hay o no hay democracia en Venezuela?- Eustoquio Contreras pasa a caracterizar lo que políticamente define a este régimen criticando las inhabilitaciones de candidatos, las intervenciones de partidos políticos, el uso de vías de hecho por parte del gobierno, etc. Todo esto caería en el rango de agotamiento de las libertades democráticas.

Desde la perspectiva de la periodista la pregunta se basa en una idea de democracia definida por un Estado de leyes y separación efectiva de poderes, con el funcionamiento de instituciones cuyos pesos y contrapesos aseguren garantías y transparencia para la participación de los ciudadanos en las decisiones públicas. ¿Hay eso o hay otra cosa en Venezuela? Ese era el sentido de la pregunta.

Es evidente que Eustoquio Contreras evita responder en forma categórica para luego en su argumentación ofrecer las razones que sustentarían una afirmación clara e indubitable: No, en Venezuela no hay democracia. Sin embargo, Contreras tuvo dificultad para decirlo con claridad. Café.

Esta observación que hacemos es relevante porque el discurso político en Venezuela está plagado de este tipo de indefiniciones y ambigüedades. Algunos dirigentes de la “oposición” dicen que la democracia está agotada. De ser así entonces ¿aún queda algo de ella? ¿Cuánto? Otros llaman a recuperar la democracia. ¿De qué democracia hablan? ¿Del Estado de partidos que había antes de 1999?

Pero quizás lo más importante de este debate tiene que ver con la ineludible tarea de caracterizar al régimen chavista. Si hay acuerdo en que esto no es una democracia entonces habría que comenzar a analizar su morfología para caracterizarlo y definir qué es por su contenido y no por su forma. Solo comprendiendo la naturaleza de eso “no democrático” a lo que nos enfrentamos podremos captar las claves para derrotarlo.- @humbertotweets

Los EEUU y la falsa oposición le lanzan otro salvavidas al chavismo

            Nuevamente el régimen chavista parece entrar en una etapa de crisis y agotamiento. Hay confrontaciones entre poderosos grupos del régimen como lo demuestra la defenestración de Tareck El Aissami. Hay malestar en las Fuerzas Armadas chavistas como lo evidencia la ausencia de Nicolás Maduro de los desfiles y actos militares por razones de seguridad. La cúpula del régimen envía a Diosdado Cabello a Cuba para tratar asuntos que no se pueden hablar por teléfono. Y la crisis económica cuya mejor expresión es el colapso de la industria petrolera deja al gobierno sin recursos y hace estragos en la moral de las clientelas chavistas, civiles y militares.

Sin duda el régimen chavista luce estructuralmente agotado mostrando los signos de una inminente implosión producto de sus debilidades internas. Sin embargo, las fuerzas que de alguna forma adversan al chavismo también lucen agotadas y cansadas al punto de ceder posiciones a un régimen que quizás de otra forma solo necesitaría un empujón para venirse abajo. En lo interno la falsa oposición está ocupada en insistir con necedad en negociar minúsculas concesiones del régimen y engolosinada en hacerse parte del nuevo fraude electoral del chavismo.

En un momento que podría ser decisivo como el que hoy se vive la falsa oposición no tiene una propuesta para recuperar la república más que insulsos slogans y catálogos de promesas electorales. La desconexión de todos los candidatos de la falsa oposición que participan en la Primaria con la calle es abismal como lo demuestra el desinterés de la gente en votar y el empeño en continuar abandonando el país. Tampoco esta falsa oposición ha podido articular un planteamiento hacia las diferentes facciones de las Fuerzas Armadas chavistas que es en definitiva donde se decidirá el futuro de lo que queda de Venezuela.

En lo internacional la coalición de países que habían sancionado al régimen chavista se ha resquebrajado y siguiendo el ejemplo de los Estados Unidos todos han emprendido un proceso de replantear sus relaciones con Venezuela y aliviar unas sanciones que nunca fueron aplicadas en todo su rigor.

Varios países han anunciado el levantamiento de sus sanciones al Estado chavista. Los Estados Unidos no oculta que la Venezuela chavista se ha convertido en un suplidor confiable de petróleo y nuevamente los petrodólares regresan a chorros a las arcas del régimen.

Una tiranía como la chavista necesita dinero para poner en la calle, alimentar a sus clientelas y crear una ilusión de mejoría para tapar su propia incompetencia. Por eso contrario a lo que algunos analistas han sugerido el chavismo estuvo considerando posponer o suspender las elecciones con la excusa de las sanciones. La tesis era que mientras haya sanciones no pueden haber elecciones. De allí la campana “Elecciones libres, pero libres de sanciones”.

Pero este plan alterno ha cambiado con la nueva dinámica donde una serie de circunstancias le vuelven a presentar al chavismo una nueva oportunidad para sobrevivir como régimen. Por razones distintas tanto la llamada Comunidad Internacional como la falsa oposición vuelven a lanzarle un salvavidas al régimen justo cuando más lo necesita.

Sin sanciones económicas, con nuevos flujos de dólares por petróleo y ayuda humanitaria, y con una oposición hincada en la tesis electoral al chavismo solo le queda ocuparse de liquidar cualquier intento de rebelión interna para continuar cómodamente en el poder, al menos en el futuro inmediato. Con esa certeza los voceros del régimen se han animado en los últimos días a sugerir con más intención el adelanto de las elecciones para este año ya que las condiciones hoy lucen inmejorables para ellos ante la inhibición, debilidad e incapacidad de sus adversarios.

Sin embargo, lo fundamental de la crisis política se mantiene igual. Todo esto son mejoras o paliativos temporales que le ayudarán al régimen a cruzar del 2023 al 2024 para llegar con un renovado plantel burocrático en el 2025. La economía seguirá destrozada. La industria petrolera destruida. La gente huyendo de Venezuela y los militares desertando. Y las instituciones en las cuales se soporta el estado chavista devoradas por la gangrena de la corrupción.

De todas ellas solo importa que ocurrirá en las Fuerzas Armadas donde una o varias facciones tendrán que asumir la realidad de perecer con el régimen o librarse de él para sobrevivir.- @humbertotweets 

lunes, 14 de agosto de 2023

Tareck El Aissami, vivo o muerto

Los operadores del régimen chavista tienen muy claro cuál es su talón de Aquiles. No es el país que se derrumba ni el rechazo a Nicolás Maduro y al chavismo que ya se hace sentir en las propias clientelas del oficialismo. El punto vulnerable de este régimen son sus propias Fuerzas Armadas que actúan como soporte fundamental del Estado chavista.

Casi cualquier crisis política la puede enfrentar y controlar fácilmente el régimen chavista contando con órganos incondicionales tales como el Tribunal Supremo de Justicia y el Consejo Nacional Electoral, menos si estalla un conflicto o una rebelión dentro de sus fuerzas militares que sin duda podrían significar el fin del Estado chavista.

Teniendo esto muy en cuenta el régimen chavista, con la experta asesoría del Estado cubano, ha desplegado un sofisticado sistema de espionaje y vigilancia sobre sus oficiales militares para prevenir y abortar cualquier intento de subversión interna. No solo los agentes cubanos espían, acumulan y procesan información. En todos los niveles de las Fuerzas Armadas se ha fomentado un clima de desconfianza donde todos parecen vigilarse unos a otros al punto que una simple captura de pantalla de un mensaje expresando inconformidad con la situación económica podría ser considerada como prueba plena en un juicio de traición a la patria, como ha ocurrido en varios casos.

Justamente por lo sensible que resulta el tema militar para este régimen no podía pasar desapercibido el inusual interés de Tareck El Aissami en posicionar sus operadores no sólo en puestos claves del Estado chavista sino también dentro de las Fuerzas Armadas. Al tiempo que El Aissami acumulaba poder político y militar dentro del régimen chavista no ocultaba sus operaciones audaces y agresivas para amasar mil millonarias cantidades de dinero a través de familiares, amigos y testaferros.

Esta acumulación de poder político, militar y económico de Tareck El Aissami se desarrolló por años antes los ojos de los otros clanes que operan en el ecosistema chavista pero quizás sin el mismo ímpetu, velocidad y voracidad. Siendo estas unas prácticas que distinguen y caracterizan a todas las bandas del chavismo no habría motivo para suponer nada extraño en los procederes de El Aissami, hasta que alguien comienza calcular que la acumulación de esas cifras millonarias en dólares no solo servirían para satisfacer las ambiciones personales de los operadores y sus jefes sino quizás para un propósito mucho más ambicioso.

En un sistema como el chavista donde todos los clanes roban y dejan robar, robar un poco más no podría ser considerado como punible. Pero si uno de esos factores comienza a acumular inusitadas cantidades de dinero suficientes para cambiar la correlación interna de poder entonces difícilmente se podría esperar indiferencia de parte de los otros componentes, todos con el derecho a sentirse amenazados ante esta nueva situación. Aquí es donde surge la teoría que intenta explicar que Tareck El Aissami estaba en las fases iniciales de articular un golpe político y militar para sustituir a Nicolás Maduro, pero fue detectado y defenestrado oportunamente.

Hay una serie de eventos que ordenados cronológicamente parecen no estar relacionados pero que definen las últimas semanas de Tareck El Aissami. Uno de ellos ocurre el 21 de enero de 2023 con la sorpresiva liberación del General Miguel Rodríguez Torres preso desde el 2017 por presuntas actividades conspirativas contra el gobierno de Nicolás Maduro. Resulta sorprendente que luego de acusar a Rodríguez Torres de espionaje, traición a la patria y rebelión el régimen lo haya liberado en una operación exprés que tomó menos de 24 horas. En ese lapso Rodríguez Torres se declaró culpable de rebelión, los fiscales desestimaron los otros cargos y el juez decretó su libertad por haber cumplido ya su condena mientras estaba detenido sin sentencia. En esas condiciones sin duda se trató de una liberación negociada, no a cambio de dinero como han sugerido algunos analistas sino más bien a cambio de información incriminatoria contra El Aissami aportada por quien fuera el zar de la inteligencia en tiempos de Hugo Chávez.

Pero ya la liberación de Miguel Rodríguez Torres pudo haber servido como un aviso temprano de lo que le venía a Tareck El Aissami su enemigo declarado  factor decisivo en la detención del mencionado General.

El segundo evento ocurrió el 15 de febrero de 2023 en un tono de anuncio velado por dónde venían los tiros. Ese día a propósito del aniversario del programa Con El Mazo Dando en su edición 420 Diosdado Cabello y Nicolás Maduro sostuvieron una críptica conversación en la cual critican fuertemente a aquellos chavistas que llegan a altos cargos para vanagloriarse, robar y financiar proyectos personales.

Hasta aquí esa caracterización podría servir para definir a cualquiera de los asistentes al programa. No es sino hasta el momento en que Diosdado Cabello dice “...es que nos duelen esas deserciones…” y Maduro agrega “...mira como habla de bonito, mira cómo se las sabe todas, mira el peinadito que se pone, hablando suavecito…” cuando emerge con incontrastable nitidez la imagen de Tareck El Aissami y se entiende que es él de quien han estado hablando durante todo el programa. La conversación donde Diosdado Cabello y Nicolás Maduro anuncian metafórica y poéticamente la caída de Tareck El Aissami puede apreciarse en todo su esplendor en YouTube https://www.youtube.com/watch?v=W49Cg6lCUxY minutos 39:10 - 43:21.

El 20 de marzo Tareck El Aissami renuncia a todos los cargos que ejercía como zar del petróleo en el régimen chavista. Horas antes gran parte de su red de operadores habían sido detenidos en medio de una operación escandalosa y propagandística que los acusaba de apropiarse de 23 mil millones de dólares producto de la venta de petróleo en forma irregular para evadir las sanciones de los Estados Unidos.

Por cierto la sofisticada investigación que termina con la caída de El Aissami y la detención de sus operadores no fue llevada a cabo por el desubicado Fiscal Tarek William Saab quien se enteró por Twitter ni por la Policía Anticorrupción que dispone de policías pero no de personal especializado. Es altamente probable que las habilidades y capacidades de inteligencia de Miguel Rodríguez hayan ayudado a construir ese detallado expediente cuya transacción solo pudo ocurrir una vez que el mencionado General abandonó Venezuela y teniendo como garante a un conocido político español.

La forma oscura como el régimen chavista ha manejado este caso y el tratamiento que le han dado a Tareck El Aissami fortalece la tesis de un movimiento para desmantelar una conspiración en marcha en lugar de un mero ajuste de cuentas por reparto del botín. El otrora poderoso Tareck El Aissami hoy literalmente no tiene quien lo defienda o lo proteja. Ninguna organización de derechos humanos tomará su caso y ningún país, ni siquiera Siria, se atreverá a preguntar dónde está. Hoy Tarek El Aissami depende de los ritos del culto chavista y de la misericordia de Nicolás Maduro.

El régimen chavista que actúa prepotente y apoyado por Rusia, China e Irán, pero que además cuenta con la anuencia de los Estados Unidos, no se siente obligado a dar explicaciones a nadie sobre el paradero de Tareck El Aissami. El Estado chavista solo tiene que rendirle cuentas a las diferentes bandas que lo componen. Pero aun en ese mundo oscuro del crimen organizado tienen que darse algunas explicaciones con un mínimo de racionalidad sobre el destino actual o final de Tareck El Aissami.

Luego de casi 150 días sin ningún tipo de explicación el régimen debe estar pensado en cómo presentar el acto final de este capítulo. Para calmar la angustia que reina en sus propias filas ya es hora de que el régimen muestre a Tareck El Aissami, vivo o muerto. Quizás el anuncio venga en la forma de una sentencia severa y ejemplar. O quizá el desubicado Fiscal nos presente otra vez las inverosímiles versiones de un infarto, un suicidio o que se lo comieron los cochinos. En todo caso ya es hora que lo muestren. No por nosotros, sino por ellos mismos.- @humbertotweets

jueves, 10 de agosto de 2023

El narcotráfico es componente esencial de la geopolítica chavista

            El Estado chavista es una estructura jurídica, política y militar atípica y como tal sus políticas no son usuales como serían las de otros Estados. En el concierto internacional en el marco de las relaciones de unos Estados con otros hay ciertos objetivos que resultan comunes porque sirven a todos al mismo tiempo. La defensa de la vida, la protección de los derechos humanos, el combate al crimen organizado en todas sus formas son temas en los cuales la gran mayoría de los Estados modernos están de acuerdo, a menos que se trate de Estados forajidos cuyas estructuras han sido penetradas por organizaciones criminales.

Como ya hemos explicado este no es el atípico caso del Estado chavista que no está penetrado por el crimen organizado sino que incorpora al crimen como parte esencial de sus estructuras y políticas. Esto lo hemos visto desde 1999 cuando Hugo Chávez asume la presidencia de Venezuela y emprendió una política agresiva y audaz de alianzas con las FARC y el ELN en Colombia. En el ámbito de la política doméstica el Estado delincuente desarrolla una política de paz y tolerancia con las megabandas en Venezuela, les reconoce territorios a los cuales las policías no pueden entrar y es permisivo con el suministro de armas y equipos militares de las FANB a estas organizaciones en un mercado negro que hoy se mantiene vigente.

La función de las Fuerzas Armadas chavistas ya no es la defensa de la integridad territorial y las fronteras sino que ha degenerado a convertirse en la policía represiva del régimen para someter a la población civil por la vía de la fuerza y la violencia. Así la presencia militar venezolana en las fronteras ha sido reducida a su más mínima expresión y los comandos que allí actúan tienen que coordinarse con sus aliados de las narcoguerrillas y paramilitares para establecer unas normas de cohabitación y convivencia.

Por decisión del Estado chavista el territorio venezolano, no solo en la frontera, se ha convertido en una inmensa zona de resguardo y tolerancia para que estos grupos irregulares puedan operar. Aquí es donde los comandantes de estos grupos reciben atención médica cuando son heridos en combate o el sitio preferido para hacer sus conferencias y reuniones,  todo con protección oficial y militar del estado chavista.

El narcotráfico y el comercio irregular de los minerales extraídos del Arco Minero del Orinoco son la industria más próspera que gerencia el régimen chavista la cual permite fabulosas ganancias en miles de millones de dólares al año para financiar a grupos irregulares y enriquecer a los jefes de las bandas que operan dentro de las FANB. La línea de producción de esta próspera industria está bien definida en sus funciones donde grupos irregulares del ELN, FARC y paramilitares gozan de especial salvoconducto para transitar y operar dentro de Venezuela mientras las FANB chavistas y sus comandantes se encargan de proteger y vigilar las rutas y los accesos por alcabalas y fronteras. Se han conocido muchos casos de venezolanos detenidos y presos por contrabando de comida y medicinas. Pero hasta ahora ninguno que haya sido detenido en la frontera por narcotráfico o comercio ilegal de oro y otros metales preciosos.

A veces ocurren enfrentamientos entre los grupos irregulares que operan en la frontera de Venezuela y Colombia cuando los acuerdos para el reparto del botín y el uso de las rutas no se respeta. Ahí es cuando aparecen comandantes militares ajusticiados o decapitados sin explicación o investigación, o se producen pequeñas guerras intestinas como la protagonizada por las FARC y sus disidencias en pleno territorio venezolano.

Hoy cuando el presidente de Colombia Gustavo Petro es aliado de Nicolás Maduro esa política militante y permisiva con el narcotráfico no ha disminuido sino que por el contrario se ha profundizado. Aunque el Estado colombiano no es un Estado delincuente o forajido tiene un Presidente que comparte la estrategia geopolítica del chavismo que hace del narcotráfico un componente esencial. Por eso el Fiscal General de Colombia Francisco Barbosa ha cuestionado y está en contra de la política antidrogas de Petro la que califica como una estafa porque se centra en penalizar a los pequeños cultivadores de la materia prima de la droga y deja intactos y protegidos a los grandes grupos narcotraficantes bajo la denominada “paz total”.

Barbosa ha dicho que teme ser asesinado por la guerrilla del ELN que opera libremente desde Venezuela y está en conversaciones de paz con el gobierno de Petro. La revista Semana de Colombia ha confirmado por fuentes independientes que en territorio venezolano se habrían reunido varios comandantes para coordinar el atentado. La sola sospecha de que el régimen de Nicolás Maduro facilite la perpetración de ese crimen debería ser motivo de escándalo y de suspensión de relaciones con Venezuela. Pero el régimen chavista no se inmuta porque su geopolítica está basada en el narcotráfico y no dudará en facilitar las circunstancias para ayudar a su aliado Gustavo Petro, tal como lo ha hecho en estos 23 años con grupos guerrilleros y paramilitares.- @humbertotweets 

lunes, 7 de agosto de 2023

La Primaria ya tuvo su referéndum

Parece que fue ya en un distante 2017 cuando la falsa oposición engolosinada con el control de su Asamblea Nacional convocó a una Consulta Nacional tipo referéndum para hacer unas elecciones libres en Venezuela y conformar un gobierno de unidad. En esa oportunidad, como en todas las demás, la falsa oposición argumentaba que la comunidad internacional necesitaba ver la activación de mecanismos legales y constitucionales para intervenir en la crisis institucional en Venezuela. También se alegaba que era imprescindible una demostración inequívoca de mandato popular para llenar el vacío legal que significaba la presidencia inconstitucional de Nicolás Maduro.

Pero el pecado original de esa propuesta seguía allí intacto. Esa Consulta Nacional del 2017, como todas las elecciones y cualquier salida institucional tendría que hacerse con arreglo a lo establecido en la Constitución de 1999 y pasar por los órganos del Estado chavista. Así la constitucionalidad y legalidad invocada por la falsa oposición en su consulta del 2017 sería decidida por el Tribunal Supremo de Justicia y el Consejo Nacional Electoral además de reforzada por las Fuerzas Armadas. Todos órganos del Estado chavista.

Efectivamente el Estado chavista desconoció la consulta y procedió a designar una Asamblea Nacional Constituyente cuyo papel sería sustituir en sus funciones a la Asamblea Nacional del 2015. Todo con arreglo a la legalidad del régimen chavista.

En algún momento la dirección política de la falsa oposición tendría que admitir que el efecto de la Consulta Nacional sería más simbólico que otra cosa, pero que se convertiría en el eje para organizar la oposición y movilizar a la gente. Con el tiempo el efecto mediático de la llamada Consulta Nacional se diluiría y como en todas las estrategias fallidas de la falsa oposición más nunca se volvería a hablar del asunto. De muy poco o nada sirvió movilizar a más de 7 millones de venezolanos a los efectos de sacar al chavismo del poder.

Del episodio de la Consulta Nacional la falsa oposición pivotaría  hacia la estafa del gobierno Interino de Guaidó, y de allí al engaño continuado de las negociaciones en México como antesala de su participación en el fraude electoral del 2024, sin condiciones ni garantías.

La dirección política de la falsa oposición (MUD, FA, PU, etc) ejercita un patrón de conducta altamente predecible. Siempre improvisa jugadas políticas espontáneas y las presenta como esfuerzos épicos y definitivos para enfrentar al gobierno. Luego del fracaso no hay debate ni rendición de cuentas. Lo que viene es pasar la página con el mayor desenfado y sacar del sombrero del mago el truco que sigue para continuar en lo mismo. Esto es para seguir jugando el papel de ser una oposición aceptada y regulada por el chavismo.

Desde el momento en que la falsa oposición venezolana decide aceptar las reglas de juego del Estado chavista el resultado siempre seguirá siendo el mismo. Iniciativas preñadas de voluntarismo que se estrellan contra la pared de la legalidad chavista. Por eso la Asamblea Nacional del 2015, la Consulta Nacional del 2017, y el gobierno Interino eran jugadas condenadas al fracaso, porque todas comienzan y terminan dentro del estricto marco de la legalidad chavista. Y así será en cualquier tipo de elección, mientras el régimen político sea el mismo.

Pero aunque la falsa oposición siga dando bandazos de un fracaso a otro siempre tratará de usar los resultados electorales como un aval para actuar en nombre y representación de los venezolanos. Así aunque la Consulta Nacional del 2107 haya sido un fraude inútil para sacar al chavismo del poder el número de votantes fue usado como una expresión de apoyo a la dirección política de la falsa oposición. En otras palabras, la falsa oposición tiene que demostrarle a sus propias clientelas y al régimen chavista que aún tiene influencia y capacidad de mover gente para seguir actuando como tal oposición.

Los ecos de la Consulta Nacional del 2017 se pueden escuchar en la elección Primaria de la falsa oposición. A la final es irrelevante a quien escojan como candidato para presentárselo a Nicolás Maduro en el 2024. Lo que en realidad está en juego es la fotografía final donde la falsa oposición mostrará unos números de electores, que no podrán ser verificados, como respaldo a su tesis electoral, negociadora y colaboracionista. Que si la ganadora es María Corina Machado y por su inhabilitación no podrá ser inscrita, que si Manuel Rosales es el candidato por consenso, todas estas son distracciones del verdadero truco que consistiría en asegurar que votaron tantos venezolanos y eso habría que interpretarlo como un voto de confianza para que la falsa oposición siga enganchada negociando con el régimen chavista.

La elección Primaria de la falsa oposición será tan inútil como en su momento lo fue el referéndum del 2017. La diferencia es que hoy hay muchos más venezolanos conscientes de que cualquier iniciativa dentro de la legalidad del Estado chavista está condenada al fracaso.- @humbertotweets

jueves, 3 de agosto de 2023

Sobre la idea filosófica de “El Nacional”

            En algún momento de 1943, Henrique Otero Vizcarrondo, Miguel Otero Silva y Antonio Arráiz tuvieron que sentarse a bosquejar las características y las implicaciones de la empresa periodística que habían decidido emprender.

Seguramente, los fundadores del naciente periódico se vieron forzados a tomar decisiones sobre la marcha relacionadas con la compra de las rotativas, la administración, el diseño y la política editorial. Ello, en medio de una Venezuela azarosa y convulsionada.

Todas estas decisiones se podrían tomar, y hasta enmendar de ser necesario, en el desarrollo mismo de la empresa periodística, según la coyuntura institucional o nacional que estuviese transitando. Pero hay una decisión inherente a la esencia del proyecto periodístico que jamás podría estar sujeta a los cambios coyunturales y que debía ser resuelta ágilmente desde el primer día: ¿Cuál debería ser el nombre de ese nuevo periódico?

Establecer el nombre de un periódico es tan relevante como lo es ponerle el nombre a un hijo o a una nación. Es algo que siempre se hace aspirando a la trascendencia, aunque luego haya que admitir la temporalidad y finitud de hombres e instituciones. Por eso los nombres de periódicos, hombres y naciones no están pensados para ser cambiados jamás. Cuando esto se hace necesario, sólo ocurre excepcionalmente mediante procesos que reflejan una transformación definitiva o una destrucción de ese sujeto.

Lo que nos proponemos en este breve ensayo es hacer una mirada ochenta años atrás para explorar el contexto que llevó a los fundadores de este naciente periódico a bautizarlo con el nombre de El Nacional y no otro. Debe quedar claro que el propósito de este escrito es modesto y solo intenta reflexionar sobre la idea filosófica de El Nacional —seguramente, atravesada al mismo tiempo por otras ideas filosóficas— que fue escogida por sus fundadores entre muchas otras opciones.

Dadas las limitaciones bibliográficas y hemerográficas no vamos a profundizar en los detalles que rodearon a esa decisión, sino que intentaremos explicar el contexto en el cual se tomó.

 

¿Por qué El Nacional y no otro?

Tal como explicamos en la introducción, escoger el nombre de un periódico es una de las decisiones más difíciles y más importantes del proyecto periodístico. El nombre es el elemento distintivo encargado de comunicar en una sola palabra o frase qué es esa entidad que circula periódicamente con unas características únicas y distintas a otras similares.

¿Cuál pudo ser el razonamiento de los fundadores para escoger El Nacional como el nombre idóneo para su periódico? ¿Por qué no seleccionaron, por ejemplo, El Caraqueño, El Republicano o El Internacional?

Sobre todo, tomando en cuenta que el número uno del nuevo periódico publicado el martes 3 de agosto de 1943 contenía en su primera página 13 noticias, dos avisos publicitarios, además del cabezal que identificaba a la publicación. De las 13 noticias, 9 eran de eventos internacionales y tan solo 4 de carácter nacional. Alguna racionalidad debía existir tras la decisión de llamar El Nacional a un periódico cuya primera página mostraba no más de 4 informaciones nacionales.

Desde el punto de vista semántico, la expresión El Nacional está construida por el artículo determinado El y el sintagma nominal Nacional, lo cual significa relativo a la nación. Podemos tomar como punto de partida para esta exploración la hipótesis de El Nacional como un periódico que se ocupa de los asuntos de la nación en la cual opera, o sea Venezuela. Pero, entonces ¿Por qué no Asuntos Nacionales o Temas Venezolanos, siguiendo la lógica de otras publicaciones de la época?

 

La Venezuela de 1943

Sin negar sus aspiraciones de modernizar el periodismo y trascender en el tiempo, El Nacional debía responder de forma inmediata al contexto histórico y material de la Venezuela de 1943. Venezuela es una nación política originada en 1830, aún en proceso de formación.

En 113 años había pasado por las etapas de los caudillos victoriosos de la guerra de independencia, la guerra federal, el guzmancismo, y la hegemonía de los andinos en el poder con Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez.

A Gómez se le atribuye la unificación del país como una sola hacienda bajo su única tutela. Pero la realidad es que Venezuela permanecía social y políticamente fragmentada. En muchos casos, geográficamente incomunicada y carente de instituciones para ser una nación política organizada.

La muerte de Juan Vicente Gómez llevó al General Eleazar López Contreras al poder; y posteriormente al General Isaías Medina Angarita, electo por el Congreso Nacional. Sin duda, los dos gobiernos que siguieron al de Gómez trajeron cambios importantes en lo político, social, económico y militar. Pero Venezuela aún parecía rezagada y rural frente a sus pares en las Américas y el mundo.

La Venezuela de 1943 es un país donde se enfrentan dialécticamente intereses políticos y económicos para imponer su visión particular sobre esa aún naciente totalidad conocida como nación venezolana. Sin mecanismos institucionales estables y ciertos para regular la actividad pública, la fuerza de la montonera, el dinero o el rumor seguían decidiendo los conflictos entre grupos enfrentados por el poder político.

Los periódicos de la época reflejan esa lucha de intereses, intentando imponer su visión como si fuese la del país. Muy pocas publicaciones en ese momento pueden considerarse como neutras u objetivas desde el punto de vista político. En una Venezuela pugnaz, se estaba con el gobierno, contra el gobierno, pero no en el medio. Y desde esa visión partidista se aspiraba a imponer o construir una visión nacional.

 El desarrollo y curso de la República es aún muy incipiente en 1943, y está sujeto a las confrontaciones entre grupos que tratan de imponer su agenda como la agenda nacional de todos. La gran mayoría de los periódicos de la época, si no su totalidad, son expresión de esas luchas. En ese ambiente radical y conflictivo es concebida de idea de El Nacional como un periódico objetivo e independiente que, aun participando en los debates del momento, pudiese al mismo tiempo honrar el propósito unificador y totalizador de la nación venezolana, tal como su nombre enunciaba.

 

Lo que hay detrás del nombre de un periódico

Ya antes de 1943 otros precursores del periodismo en Venezuela tuvieron que enfrentar idénticas decisiones a las de los fundadores de El Nacional.

 

Según el objetivo del periódico y del tipo de audiencia a la que se dirija, hay unos nombres que pueden resultar más convenientes que otros. Pero, además, el nombre muestra cómo el periódico ve a la sociedad en la que actúa y cómo quiere esta que le vea.

Podemos mencionar algunos de los periódicos de esa época como ejemplos de la perspectiva que adoptan sus fundadores a la hora de escoger el nombre:

·       Nombres alusivos a entidades totalizadoras: El Universal (universo), La Esfera, El Nacional (nación).

·       Nombres alusivos a la temporalidad: Ahora, El Tiempo, Hoy.

·       Nombres alusivos al oficio periodístico: El Heraldo (mensajero), Tribuna, Crítica, La Opinión, Últimas Noticias, Verdades.

·       Nombres alusivos a la fe: La Religión.

·       Nombres alusivos a la astrología: Sagitario.

·       Nombres alusivos a la condición social: El Popular.

Como se puede apreciar, los fundadores de El Nacional tenían muchas otras opciones antes de decantarse por una que, a diferencia de las ya existentes, aludía a la nación; y no a cualquier nación, en sentido genérico, sino específicamente a la nación venezolana, en la cual aspiraba desenvolverse.

 

Las ideas que se entrecruzan en la idea de El Nacional

Adoptando una perspectiva materialista de la historia, negamos de plano la tesis o siquiera la insinuación de que el nombre El Nacional haya sido el resultado de una operación cerebral abstracta en un momento de súbita inspiración de sus fundadores.

Por el contrario, hay evidencia material y operatoria de que el nombre El Nacional es una tesis producto del contexto histórico de la Venezuela de 1943, que trata de definirse como una nación realmente existente, con su historia, sus valores y sus instituciones. Así también, el periódico es resultado de la experiencia política y profesional de sus fundadores; en especial de Miguel Otero Silva, quien a pesar de haberse separado ya del Partido Comunista de Venezuela, nunca renunció a sus convicciones marxistas.

Otero Silva tuvo la opción de hacer un periódico a la medida de sus creencias partidistas, así como hicieron otros en esa época. Habría sido un magnífico órgano divulgativo de las ideas comunistas o marxistas. Sin embargo, aunque lo hubiese nombrado El Nacional, en esencia no habría sido más que El Parcial, El Internacional, o algo parecido. Pero eso no era lo que necesitaba Venezuela en 1943.

Hay que reconocer que la formación marxista de Miguel Otero Silva influyó en su visión dialéctica de esa Venezuela, que luchaba por reafirmarse como nación en un contexto mundial marcado por la segunda guerra mundial, además del auge del nacionalsocialismo y el fascismo en Europa. Pero no es por marxista que Otero Silva propuso la idea inclusiva y totalizadora de El Nacional, sino más bien por un venezolanismo militante, que antepone la nación venezolana a las parcialidades ideológicas, de lo cual dan buena cuenta sus escritos y novelas.

Uno de los componentes de la ideología marxista es el internacionalismo, en el sentido de expandir las luchas de los trabajadores por todo el mundo. Se podría decir que un Otero Silva con formación marxista comprendía la importancia de la política internacional, la geopolítica y la dialéctica de Estados en la construcción de una nación en la cual participaba el nuevo periódico. Esta comprensión podría explicar por qué El Nacional dedicaba 9 de 13 noticias en su primera página a los temas internacionales más importantes del momento. Pero también se podría decir que la idea de El Nacional es un primer intento de explicar a Venezuela, no a partir de su propio ombligo, sino partiendo de una inevitable dialéctica internacional en la cual siempre hemos estado insertos, querámoslo o no.

La idea filosófica de El Nacional está atravesada por otras ideas que se entrecruzan: país, sociedad, Venezuela, Estado, cultura, totalidad, etc. Podemos mencionar otras, pero, sin duda, el concepto fundamental que atraviesa la idea de El Nacional es la de una nación venezolana desde la perspectiva de una sociedad política en pleno desarrollo que urgentemente busca consolidar y acerar todas sus partes. Son los asuntos nacionales que deben ser repasados y debatidos para organizar y jerarquizar todos los aspectos políticos, sociales, económicos y culturales que nos definen como nación ante nosotros mismos y ante otras en el mundo.

 

La forma y la materia de El Nacional

La idea de El Nacional no habría sido más que una forma hueca sin la materia apropiada aportada por el ejercicio periodístico diario, comprometido profesionalmente con una causa (nacional) y unos valores (moral pública).

El nombre de El Nacional viene a operar como una suerte de forma o molde que imprime los límites y las dimensiones precisas a esa empresa, cuya materia es la práctica periodística ejercitada de acuerdo con unos cánones de conducta que buscan ultimadamente preservar un interés nacional. 

El propio Miguel Otero Silva defendió desde el principio la objetividad y la neutralidad de El Nacional en los conflictos políticos internos. Esta orientación provocó ataques desde cualquier extremo que intentaron someter al periódico a sus intereses particulares.

En el conocido artículo “La dirección de El Nacional no es un lecho de rosas”, Otero Silva expone con orgullo que el cargo de director de El Nacional es uno de los más buscados y codiciados en el sistema venezolano. Por supuesto, se refiere al prestigio y respetabilidad que inspira una posición que más se parece a un árbitro de juego con ideas propias, pero que está obligado a ser justo por la entidad y la calidad de su tarea.

Por cierto, la dirección de El Nacional siempre ha sido una responsabilidad individual, nunca compartida ni colegiada. Esto, a pesar de las ideas democráticas de Miguel Otero Silva. Y seguramente esto también es por diseño, no parece obra del azar, pues desde la fundación de El Nacional el director es el encargado de jerarquizar las informaciones, organizar las páginas y establecer la política editorial del periódico. Estas son responsabilidades delicadas que no se pueden diluir en un comité democrático. Por el contrario, tienen que ser ejercidas por un director con criterio, autoridad y responsabilidad.

El trabajo de reorganizar y jerarquizar los contenidos de un periódico se asemeja, aunque no es igual, al trabajo de organizar y jerarquizar una nación. Con esto no queremos decir o insinuar que El Nacional es el único que ha cumplido con esa función en la sociedad venezolana. La organización y jerarquización de una sociedad política como la venezolana es tarea de muchos individuos e instituciones, y El Nacional es tan solo una de ellas.

No obstante, le corresponde el indisputable honor de haber ejercido esa visión nacional e inclusiva desde su fundación, a diferencia de otros que, teniendo la opción de hacerlo, no lo hicieron.

En el mencionado artículo, Miguel Otero Silva también se refiere a otro aspecto sensible en la gestión del periódico: El Nacional, como empresa comercial, es propiedad de una familia. Pero, a diferencia de otras empresas familiares, en esta no es el jefe de la familia quien decide lo que se hace. La garantía de que esa dinámica se mantenga depende de un director que es designado para actuar con autonomía.

Un periódico como El Nacional es una empresa atípica que no podría ser gestionada con los parámetros tradicionales de costos y beneficios. 

El Nacional podría ser caracterizado como institución según los elementos que nos proporciona el filósofo español Gustavo Bueno para definir las instituciones: 

·       Composición hilemórfica. La institución (el periódico) es una totalidad corpórea que tiene una forma (nombre, política editorial) y una materia (ejercicio diario del periodismo sobre una realidad específica). 

·       Unidad morfológica. Una institución que, a su vez, está conformada por otras partes o instituciones tales como la ética profesional, la diagramación, la corrección de pruebas, el diseño de linotipos, etc. 

·       Coexistencia: Por cuanto coexiste con otras instituciones. 

·       Racionalidad: La conducta de la institución no es errática ni caprichosa, responde a una lógica. 

·       Normatividad: Hay un conjunto de normas que regulan la institución. 

·       Recurrencia: La capacidad para mantenerse y sostenerse en el tiempo mediante la repetición de acciones. 

·       Axiología: Conjunto de valores que tiene la institución (ética periodística, responsabilidad, defensa del territorio, unidad nacional, etc).

 

En sus 80 años de historia, la idea de El Nacional ha sustantivado en sus páginas lo característico de la nación venezolana; sus miserias y sus grandezas, en lo político, social, económico y cultural. Con elocuencia, claridad y objetividad, sus reportajes y noticias han mostrado el acontecer nacional. Sus páginas de opinión han sido verdaderos campos de batalla ideológica.

Pero en el 2023, al igual que en 1943, Venezuela necesita de fuerzas e instituciones unificadoras que luchen por preservar su unidad política y territorial. Sobre todo, hoy, cuando padecemos un régimen político que busca por todos los medios destruir a la nación venezolana, su territorio, sus símbolos, su historia.

La tiranía gobernante celebra cada periódico que clausura y cada hemeroteca que quema, porque en nombre de la barbarie le ha declarado la guerra a la racionalidad y a la venezolanidad.

El Nacional, como idea y como institución, aún puede hacer mucho desde sus páginas —aunque estas por los momentos sean solo digitales— para abrir los cauces y lograr que fluyan las ideas, y salvar así la integridad de la nación venezolana, más allá de partidos e ideologías.

Quizá esto no es nada distinto a lo que ha hecho El Nacional en estos 80 años. Sólo que hoy parece más necesario y definitivo que en 1943.  @humbertotweets