sábado, 20 de febrero de 2016

La “Estrategia Walesa” para derrotar al régimen


Quizás luego del triunfo del 6D la oposición se desdibujó su estrategia y se dispersó.
Quizás la oposición esta integrada por seres humanos falibles y susceptibles de cometer errores de estrategia y valoración.
Quizás la MUD no tiene por si sola todas las claves para derrotar al régimen.
Quizá es necesario abrirse a una alianza mucho más amplia que incluya no solo sectores golpeados por el régimen sino también a sectores chavistas que quieren el cambio para aegurar la victoria política.
En su visita a Venezuela el líder polaco Lech Walesa delineó lo que podría ser una estrategia política que saque a la oposición de su laberinto y la ponga en la ruta de una victoria política determinante.
Para contextualizar su propuesta Walesa aseguro que en las actuales condiciones la oposición no tiene posibilidades de triunfar, pero al mismo sugirió unas líneas de acción para influir y cambiar esas condiciones que hoy lucen desfavorables.  
Estos son los lineamientos tácticos de la “Estrategia Walesa”.
I. La oposición debe organizarse. La oposición es mucho más que la MUD o la Asamblea Nacional. La oposición debe articularse un movimiento amplio que permita la participación de fuerzas sociales diversas comprometidas con el cambio democrático. Esto implica definir los aliados en esta lucha y caracterizar la naturaleza del adversario. La oposición debe ser inclusiva de trabajadores, estudiantes, empresarios sumados en un esfuerzo colectivo sistemático, no episódico.
II. Dividir el trabajo. No es posible hacerlo todo. Hay que establecer prioridades políticas para el papel que debe jugar la Asamblea Nacional y los diferentes sectores que participan en la alianza. Todo debe corresponder a una estrategia establecida con precisión que combine todas las formas de lucha democrática: El trabajo parlamentario, las movilizaciones de calle, las campañas por redes sociales, contactos internacionales, etc.
III. Alianza con sectores chavistas. Es evidente que hay fuerzas políticas y sociales que pertenecen al chavismo que también quieren el cambio democrático. Pero estos sectores no sienten confianza para participar en una acción conjunta con el resto de la oposición. La dirección política de la oposición debe abrir conversaciones y tender puentes a sectores chavistas ganados para el cambio democrático. Allí están organizaciones sindicales chavistas de Carabobo y Guayana, por ejemplo, además de movimientos políticos como Marea Socialista.
IV. El perdón a los adversarios. Tema delicado, pero inevitable. En el contexto que lo plantea Walesa se trata de abrirse a una negociación que permita avanzar hacia el objetivo final.  Un dialogo franco, por ejemplo, entre las victimas de las guarimbas y las de la represión oficial podría concluir que el gobierno es el responsable en ambos casos al promover condiciones para la violencia social.
V. Organizar el “Frente Legal”. La confrontación es jurídico-política. Hay necesidades específicas que atender para resolver el choque que hay entre los poderes con un Tribunal Supremo de Justicia al servicio del régimen. Es necesario un esfuerzo sistemático  para estudiar y evaluar las situaciones y opciones legales.
VI. Movilización popular. Expresiones de la protestas ciudadana en la calle. El parlamentarismo exclusivo solo asila a la dirección política de la oposición de las masas. Es preciso ir a la calle a explicar las razones de la lucha. No se puede asumir que todo el mundo entiende el cambio que se quiere y por que. Además la calle es por excelencia el escenario natural de la lucha ciudadana y donde se definirá la nueva correlación de fuerzas.
VII. Coordinar la logística. Esta es una confrontación asimétrica. El gobierno dispone de todos los recursos y el aparato del estado para financiar su lucha contra la oposición. La oposición debe hacer un esfuerzo organizado y sistemático para captar recursos y dinero para financiar esa lucha desigual.
La “Estrategia Walesa” combina métodos tradicionales de lucha democrática y tácticas no convencionales para cambar la correlación de fuerzas.
Es un enfoque proactivo que le otorga una papel decisivo a las fuerzas sociales para impulsar los cambios en lugar de dejarlo todo en manos de la inercia voluntarista.
El voluntarismo simplista de la oposición que apuesta a que el régimen se va a caer por si solo es tan peligroso como el voluntarismo del gobierno que asume que la crisis se resolverá por si sola.
Ambas deviaciones solo conducen a la derrota.

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