jueves, 14 de septiembre de 2023

¿Por qué no hemos logrado salir del chavismo?

            A pesar de la astronómica impopularidad y rechazo del chavismo ¿por qué es tan difícil lograr un cambio de gobierno? Porque a diferencia de otros países en Venezuela no hay condiciones ni garantías para unas elecciones transparentes. No sólo eso, tampoco hay separación ni equilibrio entre los poderes públicos. Es muy improbable que haya un cambio cuando quien organiza la elección, cuenta los votos y adjudica los resultados sea básicamente la misma persona.

En términos de la pragmática política los chavistas están haciendo todo lo que tienen que hacer para aferrarse al poder, según su manual. En otras palabras, que nadie espere que el chavismo haga lo mismo que hizo la clase política en 1998-1999 cuando se rindieron ante los pies de Hugo Chávez. No, esta vez no será así.

Pero esa es tan solo una parte del problema. A esto hay que agregar los bandazos y desaciertos de la falsa oposición desde 1999. Con movimientos tácticos erráticos que van desde embarcarse en aventuras golpistas, llamar a la abstención, regresar a las negociaciones para finalmente morir aceptando unas elecciones sin condiciones ni garantías.

La incoherencia y los movimientos espasmódicos, sin una estrategia de largo plazo han sido lo característico de esa falsa oposición. Pero hay otros factores que pueden explicar su bancarrota actual y el por qué nos ha costado tanto salir del chavismo.

A modo de ejemplo podemos citar algunos. Subestimar a Hugo Chávez y al chavismo fue el primero y quizás uno de los más decisivos. El empeño de buscar siempre a un líder carismático que mueva a la gente, en lugar de definir una tesis política. El cortoplacismo que siempre lleva a buscar atajos y salidas de última hora que fracasan por improvisadas. El voluntarismo con su manía psicologista que todo depende una mente positiva aunque el esfuerzo vaya en la dirección equivocada y esté desconectado de la realidad.

Y la desviación más recurrente de todas, la irresponsabilidad de la dirección política ante el fracaso de todas sus iniciativas. Esa falsa oposición no solo se niega a llevar adelante un debate serio para caracterizar al régimen y establecer una estrategia para combatirlo sino que tampoco rinde cuentas de su gestión. Así la falsa oposición sigue naufragando de un intento fallido al siguiente, sin explicar y sin asumir responsabilidades.

Es más que evidente la ausencia de una dirección política y de una estrategia para enfrentar al régimen chavista. Y cuando se cree que hay un sector que podría asumir esa exigente tarea este sucumbe rápidamente ante los vapores electorales para ir a validarse en una elección Primaria precisamente con quienes llevan 23 años fracasando (¿Por qué María Corina? ¿Por qué?!).

Llevamos dos décadas y no hemos avanzado. Por el contrario hemos retrocedido y perdido en vidas y tiempo. Es el resultado de tener una conducción en las manos equivocadas. Cuesta admitirlo, pero pareciera que la tarea que no hemos hecho en 23 años tenemos que retomarla desde el punto cero.

Y si alguien me pregunta, entonces ¿qué hacemos? Yo diría, aun admitiendo las dramáticas urgencias del presente, que antes que salir frenéticamente corriendo a hacer sin pensar, lo primero es detenerse, hacer una pausa, y entender.  Entender la realidad en la que nos movemos, con los pies en la tierra, sin falsas ilusiones. Entender dónde estamos y hacia dónde queremos ir nos ayudaría a triturar las confusiones, definir un plan de lucha y escoger los mejores para llevarlo a cabo. Pero lo primero, y lo más modesto que podemos aspirar, es entender.- @humbertotweets

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