jueves, 7 de septiembre de 2023

Las migraciones definen el momento político de Venezuela

            En Venezuela cada quien anda en lo suyo. Y es que en un país que se cae a pedazos pareciera que las prioridades que se imponen son las propias, no las del colectivo nacional. En buena medida vivimos una dinámica caracterizada por el sálvese quien pueda. Son las horas -¿minutos?- antes del masivo hundimiento del Titanic.

Las diferentes bandas que conforman el régimen chavista siguen saqueando sin piedad ante la incertidumbre de cuándo y cómo termina todo esto. Porque esto tiene un final,  y ellos lo saben. Al mismo tiempo aprietan las tuercas y aceitan la maquinaria político-militar para el próximo fraude electoral. No sin dificultad porque la dramática crisis económica ha desanimado y en muchos casos enardecido a las realengas clientelas chavistas. Estas clientelas, llamadas eufemísticamente “bases” son necesarias para la mascarada electoral.

Por su parte la falsa oposición con todos sus candidatos tratan de presentar la elección Primaria como una batalla épica solo comparable con aquella que condujo a la independencia de Venezuela. Nadie quiere hablar de la falta de condiciones ni garantías electorales. La poderosa industria del voto bajo el chavismo ofrece dividendos muy lucrativos para perder el tiempo en esas nimiedades. Hasta Maria Corina Machado que en el pasado artículo un discurso duro y contundente contra el voto bajo la tiranía chavista hoy está poseída por el éxtasis de la fantasía electoral.

Pero la otra Venezuela que no está conectada directa o indirectamente a los partidos y que no espera nada del régimen chavista solo puede ocuparse de lo más básico: Sobrevivir más allá de las ilusiones. Eso se traduce en tratar de hacer lo necesario para proteger a sus familias y no morir en el intento. Muchos de estos venezolanos forman parte de los 8 millones que ya han abandonado Venezuela en un genuino ejercicio de supervivencia. Con toda certeza otros tantos que se quedaron atrás lo están pensando.

De alguna forma hay que admitir que esos 8 millones de venezolanos al emigrar de Venezuela emitieron un contundente juicio político frente al chavismo y su falsa oposición. La ausencia de opciones viables en un país que se derrumba lentamente solo puede conducir a un rechazo rotundo a toda la clase política y su discurso demagógico.

Hoy cuando algunos ilusos, y otros no tanto, insisten en presentar la candidatura de María Corina Machado como un fenómeno popular en Venezuela cientos de miles de venezolanos se aglomeran en largas romerías, no para atender su discurso sino para despedirse y emprender su huida del país. Ni siquiera su palabra cautivadora con un estilo firme y amable ha logrado persuadir a quienes desesperadamente quieren abandonar el barco.

A pesar de lo que podrían decir sus más apasionados defensores, la candidatura de María Corina Machado ha sido castigada con la misma indiferencia que recibe todo aquel que a estas alturas nos presenta la novedosa idea del voto como medio ideal para salir de la tiranía chavista. Los únicos que andan frenéticamente entusiasmados con su prospecto electoral son los miembros de la clientelas de los partidos que se han cambiado las franelas de Primero Justicia y Voluntad Popular para ponerse la de Vente Venezuela.

En ese sentido la candidatura de Maria Corina Machado ha provocado una verdadera migración de las clientelas de los partidos de la falsa oposición que ahora ven en la popular candidata el aura y las oportunidades que antes vieron en Rosales, Capriles y hasta en Juan Guaido.

Entre la migración de las clientelas partidistas de los partidos de la MUD hacia la candidata más popular y la del resto de los venezolanos para huir de la barbarie chavista Venezuela sucumbe en forma lenta y dolorosa. ¿Hay forma de para esto?.- @humbertotweets 

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