domingo, 17 de junio de 2018

Traición continua a la patria


Lo primero es precisar que la patria no es esa falacia nebulosa e indefinible que vaga errante en la mente de los chavistas. Cuando intentan definir qué es la patria los chavistas, ahora mutados en Maduristas, se pierden en largas divagaciones donde mezclan ideas abstractas de incondicionalidad y servilismo.
Para los chavistas el concepto de patria es tan difuso y circunstancial  que para cada funcionario del régimen existe una forma particular de patria. Para Nicolás maduro patria es el pranato gobernante del PSUV. Para Diosdado Cabello la sumisa asistencia de civiles y militares a su bodrio televisivo todos los miércoles. Para Padrino López y el alto mando militar patria es la obediencia ciega de redes aunque estas atenten abiertamente contra la república.
Todas estas ideas de patria justifican que cualquiera que se salga del plan del régimen sea acusado de traicionar a la patria según la interpretación soberbia y caprichosa de cada funcionario. Y en nombre de esa supuesta traición se encarcela y hasta se asesina.
Desde el punto de vista de la materialidad del estado la patria es el territorio donde se asienta y opera ese estado y sus instituciones. Pero es justamente ese territorio como elemento esencial para la existencia del estado el que el gobierno de Maduro y el alto mando militar sumiso a su régimen han abandonado.
Los militares venezolanos han sido obligados a desatender la defensa territorial de la república y sus fronteras para ocuparse de otros asuntos menos dignos y más menesterosos tales como el reparto de bolsas de comida y el manejo de “perreras”.
El precio de esta infame política avalada por el alto mando militar ha sido cederle el control de la frontera a la guerrilla colombiana y grupos paramilitares. Amplias zonas del territorio venezolano están hoy gobernadas por estos grupos irregulares, lo que en la práctica es un desmembramiento del territorio de la república.
El desinterés del estado chavista por la defensa del territorio es algo que comenzó desde 1999 con los acuerdos explícitos entre Hugo Chávez y la FARC para permitirles el uso de Venezuela como zona de aliviadero y continúa hoy con Nicolás Maduro y su política de tolerancia con el ELN y los paramilitares en la frontera. Esta perversa política se ha materializado con la desmovilización programada e intencional de las FANB en las fronteras venezolanas. Se trata de una traición a la patria en forma pública, notoria y continuada perpetrada por los operadores civiles y militares del régimen que en forma instrumental colaboran para su sostenimiento y que en su momento deberán ser juzgados y condenados por un delito que está a la vista de todos.

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