domingo, 1 de octubre de 2017

El chantaje de la falsa unidad

Las inconsistencias e incoherencias de la oposición en la lucha contra la dictadura chavista no son nuevas. Parece que siempre termina por imponerse la tendencia de opositores “políticamente correctos” que en nombre de una mayoría que no representan hablan y negocian por ella. Esta es la oposición que recomendó no enfrentar a Chávez y su primera Constituyente fraudulenta en 1999 porque Chávez era muy popular. La misma que luego postularía a Arias Cárdenas como candidato presidencial. Es la oposición de los diálogos del 2002 y la que se ha empeñado en participar, aceptar, y hasta defender el sistema electoral electrónico fraudulento del régimen.
En cada uno de esos episodios hubo un segmento importante de venezolanos denunciando el temprano colaboracionismo de esa oposición. Pero los críticos fueron linchados moralmente y acusados de ser aliados del régimen por atreverse a promover esa discusión. En años más recientes han sido etiquetados como “radicales” o “guerreros del teclado” para tratar de desprestigiarlos y cuestionar su derecho a la crítica.
Primero como Coordinadora Democrática y luego como Mesa de la Unidad Democrática, esa oposición que ha tenido el régimen ha estado en manos de los partidos políticos. Esto no debería ser un problema si estos defendieron los intereses de la sociedad y no los suyos propios en forma exclusiva. Así en 18 años se nos ha desdibujado la vida a los venezolanos viviendo de ilusión en ilusión, cada una fabricada en forma conveniente por esta oposición cuyo único balance es extender la agonía del régimen legitimándolo electoralmente una y otra vez.
Esta oposición de partidos que jamás hacen consultas, ni siquiera para elegir a sus autoridades, es sectaria e intolerante con la crítica y el debate. Nunca hay oportunidad de discutir porque siempre hay un evento electoral que obliga a posponer el análisis en aras de proteger la unidad.
Pero, ¿cuál unidad? La unidad falsa de partidos que no representan a la sociedad y nunca quisieron organizar un frente social y político amplio contra la dictadura solo para no perder poder.
Nuevamente nos encontramos frente a decisiones que toma la MUD a espaldas de los ciudadanos. Ir a las elecciones de gobernadores fue una imposición a golpe y porrazo que los partidos contra la sociedad. No hubo la honestidad de preguntarlo en la Consulta Popular del 16 de julio porque sabían que sería rechazado. Por eso ahora intentan emboscar al elector desprevenido con el chantaje de “si no votas gana el candidato del gobierno”, obviando deliberadamente que el problema de fondo no es elegir 23 funcionarios públicos subordinados al régimen sino más bien derrocar al propio régimen.
Esta vez parece que hay muchos mas venezolanos dispuestos a no votar como una forma de expresar su rechazo a esa política. Seguramente la MUD preferirá culparlos a ellos de cualquier derrota y no al fraude electoral. La abstención el 15 de octubre debe marcar el deslinde definitivo con la forma “políticamente correcta” de hacer oposición en estos 18 años y el rompimiento con la falsa unidad.
@humbertotweets

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