domingo, 3 de febrero de 2019

Papel de la nueva FANB en la ruptura


Veinte años de chavismo han sido tóxicos y nocivos para las fuerzas armadas venezolanas. No solo se trata de la ideologización de sus efectivos y de la propagación de la corrupción a todos los niveles para promover un clima de complicidad interna.
A todo esto habría que agregar el verdadero proceso subyacente que se ha venido desarrollando de desarticular la verdadera fuerza armada como cuerpo institucional de la república para reducirla a un grupo armado que sostiene al régimen.
Sin embargo, en el terreno odioso de las realidades es con esa fuerza armada conformada por oficiales con debilidades éticas y lealtades en conflicto con la cual se contaría en primera instancia para producir un rompimiento interno por la fuerza con el régimen chavista. Es la tesis que por varios años ha venido defendiendo Alberto Franceschi como la fractura militar, la cual igualmente suscribo.
Y es que la razón es que hay segmentos en lo interior de las FANB que a, pesar del deterioro moral del cuerpo mantienen una posición institucional. Se trata de los militares que aun siendo formados bajo la propaganda chavista ven en la carrera militar una forma digna de vivir y servir a la república.
Aunque estos sectores sean una minoría son los que podrían terminar de motorizar la necesaria fractura en las FANB para derrocar al régimen chavista de Nicolás Maduro. No es sencillo porque así como la designación de Juan Guaidó como presidente interino es un evento de alto impacto en las FANB lo que estas hagan determinará en buena medida cómo será el desenlace de este conflicto.
Por ejemplo, desde la perspectiva de estos sectores militares la tesis de instalar un gobierno blandengue de transición no logra conmover ni entusiasmar a nadie. Es el equivalente de la oferta que Guaidó les hace a los militares de ofrecerles una amnistía a todos de manera indiscriminada la cual fue recibida con indiferencia.
La mayoría de los militares entiende que para derrocar al régimen se necesitan mucho más que ofertas y palabras. Además, qué razón tendrían ellos de inclinarse a apoyar a Guaidó si con una propuesta de gobierno de transición ellos solo tendrían que ser parte del flujo natural de los acontecimientos donde otros actores, no ellos, harían las concesiones y los sacrificios.
Para lograr una transición lenta, pacífica y negociada entre el régimen chavista y el gobierno de Guaidó no hacen falta los militares quienes como cuerpo podrían continuar al lado del régimen y cosechar incluso para sus generales más criminales y corruptos las más generosas concesiones en perdones y amnistías.
Por el contrario, el necesario e inevitable proceso de ruptura con el régimen chavista no solo requiere la fractura militar interna y la participación de amplios sectores de las FANB sino que además esta debe ser decisiva en la conformación de un nuevo régimen civil y militar que restablezca la nueva república al margen de la pseudo legalidad del estado chavista.

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