domingo, 22 de julio de 2018

Unidad electoral vs unidad insurreccional


La falsa oposición ha fracasado en definir una estrategia de lucha política exitosa contra el régimen. En casi dos décadas los esfuerzos se han concentrado en negociaciones y elecciones. Las movilizaciones de calle más grandes que se han convocado han sido rápidamente desarticuladas para sembrar más desesperanza y confusión con la tesis electoral.
El fetichismo electoral ha dominado la agenda de la falsa oposición. Aunque abunda la evidencia en contrario estos operadores continúan aferrados a pedir por condiciones electorales favorables dentro de un sistema político electoral diseñado para beneficiar al chavismo.
Para esta oposición todo se reduce a tratar de cambiar el gobierno jugando dentro de sus propias reglas. Da pena ajena que se traten de justificar las derrotas políticas de la MUD porque esta fue incapaz de escoger un burocrático secretario ejecutivo o porque se incumplieron acuerdos clientelares entre las franquicias partidistas.
En realidad lo que ha fracasado ha sido la siempre equivocada estrategia de la unidad clientelar para lo electoral. Ahora que el régimen ya no cuida las formas se ve con más claridad el engaño de la falsa oposición siempre escondida detrás de un discurso retórico contra el gobierno pero dispuesta a nunca salirse de los rígidos limites de la legalidad del estado chavista. Esa idea de unidad ha fracasado aunque la siguen invocando como el último recurso para enfrentar al régimen.
Lo que se impone es otro tipo de unidad. La unidad con propósito insurreccional para confrontar y destruir las estructuras políticas, financieras y militares del estado chavista. Esto ciertamente no se logra con votos. Para esto es necesario promover una alianza entre fuerzas sociales civiles y las facciones institucionales y honestas de las fuerzas armadas que pueda articular una estrategia de victoria y poder.
Solo sobre la destrucción del estado chavista será posible plantearse un cambio político que recupere la republica en Venezuela. Para este propósito hace falta unidad, pero no la unidad colaboracionista. Hace falta una unidad de tipo insurreccional que sume fuerzas en torno a una tesis y un propósito político común de desmontar el tinglado pseudo legal que sostiene al régimen. En esta unidad de tipo insurreccional no caben quienes quieren seguir participando de las bondades del régimen del estado chavista.-

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