domingo, 8 de julio de 2018

La peste chavista y sus propagadores

Cualquier análisis que se haga para tratar de explicar el chavismo sin incluir el colaboracionismo de la falsa oposición durante estos diecinueve años es un análisis incompleto. En mi opinión ese es uno de los problemas con el documental CHAVISMO La peste del siglo XXI de Gustavo Tovar Arroyo.
La metáfora del chavismo como peste pierde fuerza cuando queda planteada como si hubiese aparecido de la nada, producto solo de la equivocación de un pueblo. El documental pierde una preciosa oportunidad para examinar las desviaciones del estado de partidos consagrado en la Constitución de 1961 que llevó a una profunda crisis del sistema político venezolano y esta a su vez le abrió cauces al chavismo para llegar al poder.
La democracia de partidos fue corrupta e ineficiente. Por diseño constitucional se ocupaba más del reparto clientelar del botín del estado que de operar efectivamente en un sistema de libertades políticas con pesos y contrapesos entre poderes públicos separados. Esa partidocracia pretendía hacerse perdonar sus ineficiencias con la demagogia y un manejo clientelar del estado. Es lo que no dicen quienes defienden el sistema de gobierno que había antes de Chávez como si aquello hubiese sido el paraíso terrenal.
Chávez fue el resultado de las frustraciones y las contradicciones que la democracia no logro resolver y cuyos mecanismos constitucionales resultaron inoperantes para defenderse a sí misma.
Luego le tocaría a los mismos beneficiarios del antiguo régimen de partidos, ahora fuera del poder,  tratar de enfrentar al estado chavista. No pudieron ni siquiera defender sus propios privilegios clientelares. Desde 1999 la oposición se disfrazó de electoral y se ocupó de legitimar al régimen chavista en cada elección con algunas excepciones, en lugar de luchar para su derrocamiento.  
Lo que el documental de Tovar Arroyo no dice es que Chávez fue producto de ese régimen de partidos que había antes. Tampoco dice que en estos diecinueve años una falsa oposición actuó como agente legitimador, como propagador de esa peste chavista que el documental denuncia aunque en forma maniquea.
Tampoco ayuda a argumentar la tesis central del referido documental algunas entrevistas que aparecen fuera de contexto donde algunos dirigentes tales como David Smolansky, Yon Goicoechea y Freddy Guevara entre otros aparecen declarando obviedades, más para justificar sus aspiraciones de figuración política que otra cosa.

La tesis del chavismo como plaga histórica es una excelente metáfora que muestra la gravedad y brutalidad del fenómeno expresado en saqueos, muerte y destrucción. Pero esta peste política también tiene sus agentes propagadores desde la falsa oposición que deben ser erradicados con la misma asepsia que la enfermedad infectocontagiosa.- @humbertotweets

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