domingo, 24 de diciembre de 2017

PSUV-MUD: Dos facciones del régimen

Sin duda es muy difícil combatir a dos enemigos al mismo tiempo. Eso es totalmente contraproducente para cualquier estrategia política o militar. Pero esta ley de la guerra no debe empañar el juicio para caracterizar correctamente a un enemigo único que se presenta como dos cabezas del mismo monstruo.
Ese es el dilema que tenemos en Venezuela a la hora de luchar contra la dictadura chavista y desmarcarnos de la oposición colaboracionista de la MUD. Hay quienes dicen, con buena intención pero absoluta ignorancia de la política y la guerra que mientras la oposición permanezca dividida no será posible derrotar al régimen. Esto significa la oposición en su sentido más amplio, como un saco de gatos donde todos caben: Los opositores de verdad y los colaboracionistas.
Bajo esa falacia siempre se invoca la unidad de la oposición para enfrentar al chavismo, pero en realidad se trata de una falsa unidad oportunista y electoral que le hace el juego al propio chavismo. Son quienes arbitrariamente desde la MUD se han atribuido la condición de representar a millones de opositores para defender una agenda de negociación que solo beneficia al régimen.
Es vital declararle la guerra a la falsa oposición porque su efecto tóxico es más perverso y devastador que el propio chavismo al propagar falsas ilusiones electorales que terminan atornillando al régimen. Además su papel para confundir ha sido instrumental. Unas veces llamando a votar aunque no haya las más mínimas garantías políticas ni electorales. Otras simulando promover la abstención, pero postulando candidatos, a escondidas,  a través de otros partidos como lo hicieron recientemente en las elecciones de alcaldes.
Mientras el país colapsa con sus instituciones y servicios, sin dinero, ni comida, ni medicinas, ni gasolina esa falsa oposición invierte su desprestigiado capital político tratando de negociar con el régimen una salida electoral que siempre será en los términos que favorezcan al estado chavista para nunca entregar el poder. La gente en la calle está enardecida y se siente frustrada e impotente ante tanto engaño y traición. Pero los partidos de la MUD prefieren jugar a desmovilizar la protesta para tratar de complacer a un gobierno que les sigue ofreciendo muestras públicas de desprecio ante tanta sumisión (hasta inhabilitaron electoralmente a los partidos de la MUD!).
Lo que podría explicar esa apuesta a la servidumbre voluntaria que hace la MUD como su estrategia política elite es su exclusivo interés en ir a una transición de gobierno que les permita heredar los privilegios que hoy tiene el estado chavista. Pero no es una transición para que todo siga igual en un estado secuestrado por el clientelismo partidista, hoy rojo y mañana de otro color, lo que necesitamos. Es una ruptura con el estado chavista que permita avanzar para refundar la república sobre bases democráticas, éticas y constitucionales con separación absoluta e independencia de poderes públicos.
No se trata de una batalla contra dos adversarios. Se trata de enfrentar dos formas de hacer política que significan el mismo modelo de corrupción que representan el régimen chavista y los partidos de la MUD. Por eso ambas facciones coinciden en buscar formas de cohabitación política que eventualmente lleven a una supuesta “transición democrática” @humbertotweets


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