El régimen sigue quemando semana a semana, dia a dia los lapsos para convocar el Revocatorio.
A la oposición le pidieron todos requisitos imaginables. Hasta los que no están en las leyes y los reglamentos.
Contra todas las previsiones del régimen, la oposición los cumplió.
En cada una de las instancias la oposición ha ido derrotando al gobierno con sus propias reglas de juego.
Ahora falta la fase definitiva: La recolección de firmas.
El gobierno sabe que desde el momento en que el CNE declare que efectivamente la oposición cumplió con todos los recaudos para solicitar el Revocatorio este quedará automáticamente activado.
Y es justamente lo que el régimen no quiere porque sabe que la oposición lograría reunir más firmas de las necesarias.
Los márgenes de maniobra del gobierno se reducen semana a semana, dia a dia.
Frente a esta realidad que pinta adversa al régimen por todos lados, las opciones parecen reducirse a tratar de agregar más trabas técnicas por parte del CNE en la recolección de firmas o usar al TSJ para darle un golpe definitivo al Revocatorio.
En ambos casos con la esperanza que al ser diferido por razones técnicas o legales la oposición, como ya lo han anunciado varios de sus líderes, perdería todo interés en repetir las fases para que el Revocatorio se realice el próximo año.
Ayer ha debido entregarse el informe de la Comisión de Participación Ciudadana del CNE a los rectores del organismo electoral.
No se entrego porque el informe confirma los temores del gobierno.
Será la próxima semana cuando a regañadientes el CNE declare que los requisitos han sido cumplido para convocar el Revocatorio y seguramente al mismo tempo anuncia otro paquete de condiciones para recoger las firmas que trate de hacerlo prácticamente imposible.
Una semana más de espera, de agonía para quienes quieren el cambio.
Pero una semana menos para un régimen que se niega a morir.
Lo que los operadores del gobierno bolivariano parecen no entender es que cada semana o cada dia que prolonguen esta lenta agonía hará irremediablemente más dolorosa y costosa su muerte.
Mientras gobierno y oposición siguen en la puja por el Revocatorio las calles de Venezuela arden en medio del caos y la ruina.
La rabia popular sigue en aumento y a veces pareciera definitivamente fuera de control.
Cada semana que pasa sin una salida política al conflicto es una semana de vida menos, no solo para el gobierno sino también para la oposición.
Y para el pueblo.
Para todos.
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