lunes, 28 de junio de 2021

Del “cese de la usurpación” al cese de las sanciones

            Abunda la evidencia que la falsa oposición atrincherada en el llamado gobierno interno de Juan Guaidó trabaja activamente en una nueva estafa política. El objeto de este nuevo fraude es justificar ante los venezolanos la necesidad de levantar las sanciones al régimen con el pretexto de permitir la entrada de la ayuda humanitaria y participar en las elecciones regionales de noviembre para supuestamente lograr o mantener “espacios de lucha democrática.”

            En realidad para millones de venezolanos resulta evidente que lo que quiere la falsa oposición es regresar a la talanquera del estado chavista para compensar la inevitable pérdida de apoyos del llamado gobierno interino. Los Estados Unidos y la Unión Europea han ido ajustando progresivamente sus posiciones hasta llegar a un punto donde la reiteración del respaldo a las negociaciones entre el Interinato y el régimen chavista se entienden más como una fecha de vencimiento precisa de una caricatura de gobierno diseñada para operar en forma indefinida. Pero todo indica que estos países necesitan retractarse de un apoyo diplomático que no lleva a ninguna parte y solo ha servido para justificar la burocracia y la corrupción del interinato que preside Juan Guaidó.

            Sin embargo, aunque todo esto puede resultar claro para muchos no deja de ser curioso examinar el tipo de negociación en la cual nuevamente se han embarcado la falsa oposición y el régimen chavista. Se trata de un asunto de interés porque pone en evidencia, una vez más, los mecanismos internos de una estafa política continuada que comenzó en 1999.

            Lo primero que llama la atención de esta supuesta negociación entre la falsa oposición y el chavismo es el contraste entre el afán de la primera con el desinterés del segundo en llevarlas adelante. Es evidente que la falsa oposición está buscando unas negociaciones en las cuales el chavismo no tiene el menor interés. Algunos operadores mediáticos al servicio de la falsa oposición y el interinato han creado teorías para vender la idea que el régimen chavista está acorralado por las sanciones y desesperado por buscar una negociación que las suspenda. De esta forma se intenta argumentar que es el chavismo quien está urgido por negociar para mejorar su posición.

Desde el ámbito de la política real esto ha resultado una completa falacia. No hay tal interés del chavismo en negociar porque además tampoco es cierto que el régimen chavista haya sido sustancialmente afectado por las sanciones.  Mientras países como China, Rusia, Irán y Turquía sigan traficando diversidad de bienes y servicios con el estado chavista, frente a las costas de los Estados Unidos, no habrá forma que el régimen pueda sentir el peso de unas sanciones que ya por diseño eran débiles. 

El régimen chavista podría seguir operando varios años más con el esquema actual de las sanciones, pero sin que estas hayan logrado un efecto mínimo ya se está pidiendo que se levanten. Y aquí se presenta otra curiosidad en estas negociaciones. Es precisamente la falsa oposición quien pública y privadamente ha emprendido un lobby agresivo para justificar el cese de las sanciones al régimen chavista. Lo extraño es que lo pidan incluso antes de hacer la parodia de sentarse a dialogar con su contraparte.

La excusa pública para semejante maroma no podría ser otra que permitir el ingreso de las vacunas contra el COVID y la ayuda humanitaria a Venezuela. De esta forma miserable y audaz la falsa oposición y el interinato esperan que los venezolanos los miren con ojos de piedad mientras ellos se benefician de las negociaciones con el régimen. Esta es la misma política que busca hacerse perdonar por el saqueo de los activos en el exterior ofreciendo un bono de 100 dólares a todos los trabajadores de la salud, oferta engañosa sobre la cual más nunca se volvió a hablar. Estos son los mismos operadores que han articulado una costosa campaña publicitaria llamada “Acuerdo Para La Salvación Nacional” cuya perversión busca hacer a los venezolanos cómplices de la traición justificándola como un sacrificio necesario por el bien de la nación.

La política de la falsa oposición y el llamado interinato de Juan Guaidó ha fracasado en su supuesto propósito de sacar al chavismo del poder. En su alegado intento ocurrieron otras cosas. Unos operadores se hicieron más ricos que otros manejando a discreción los activos de Venezuela en el exterior. La inminencia de un real cese de los apoyos internacionales a un gobierno que opera como lobby más que como estado ha llevado a un cambio abrupto y apurado de dirección. El llamado “cese de la usurpación” ha sido sustituido por un militante cese a las sanciones contra el régimen como tributo público que le permita a la falsa oposición entenderse con el chavismo en la etapa de la nueva normalidad.- @humbertotweets

 

 

jueves, 24 de junio de 2021

Un fosforito para incendiar al régimen chavista

            La política de Hugo Chávez de alentar alianzas antinaturales entre su régimen y las bandas criminales locales encontró en Iris Varela a su más comprometido operador. Atribuyéndose a sí misma ser más chavista que Chávez, como prueba indudable de su radicalidad, se instaló desde el 2011 en el Ministerio de Asuntos Penitenciarios con plenos poderes e inmunidades dentro de la burocracia chavista para decidir todo lo concerniente a la administración de justicia y poder judicial.

La idea de ver en el hampa común aliados políticos para chantajear a la población civil, adversa mayoritariamente al chavismo, rápidamente ganó apoyo en el régimen y se convirtió en la ideología oficial. De esa concepción salieron diseños concretos tales como las zonas liberadas y entregadas al control de las megabandas en Caracas y otras ciudades de Venezuela y la persecución selectiva de grupos criminales según su adhesión o no al régimen chavista.

No es posible explicar el crecimiento exponencial de las megabandas y sindicatos del crimen en Venezuela sin un apoyo estructural del propio estado chavista. Y este apoyo que se ha mantenido hasta ahora se manifiesta no solo en acuerdos públicos entre el gobierno y bandas criminales sino también en la permisividad con el crimen y los privilegios concedidos a los pranes dentro y fuera de las cárceles administradas por el gobierno. A esto habría que agregar eventos que se desarrollan al margen de esa política pero que están conectados con la misma dinámica como la transferencia de armas de los componentes militares a las megabandas en un próspero mercado negro que es controlado por comandantes chavistas. 

La multiplicación de las megabandas y el crecimiento de la industria del crimen en Venezuela ha alcanzado un nivel que resulta evidente está fuera del control del gobierno. Estos grupos criminales tienen su propia agenda e intereses que no son necesariamente los del régimen chavista. Además han adquirido una capacidad de fuego que les permite expulsar a las fuerzas militares y policiales del régimen de ciertas zonas que ellos controlan en Caracas.

Hipotéticamente si un grupo pequeño, con capacidad de fuego y control del territorio como la FARC-Gentil Duarte logró expulsar a las FANB chavistas de Apure es muy probable que megabandas como la de alias “El Coqui” y “El Tren de Aragua” hagan lo mismo en Caracas y hasta pasen a la ofensiva. Es cuestión de meses o semanas para verificar o no esta hipótesis. De alguna forma se podría decir que con sus iniciativas exóticas  Iris Varela, alias “Fosforito” le prendió un candelero al régimen chavista que ahora otros operadores intentan apagar.

Todo esto presenta un grave problema para el estado chavista que debe ser atendido porque sin duda afecta su propia estabilidad. Sin embargo, no es fácil resolverlo porque solo intentarlo implica desmontar políticas laxas con el crimen, desmantelar mafias en el poder judicial y hasta neutralizar a la principal representante de esa política la excéntrica y recalcitrante operadora chavista Iris Varela.

Quizás sea esto último lo más delicado de toda la operación que busca sacar a Iris Varela del anillo interno de poder para moverla más hacia la periferia en una posición que no le permita sabotear los esfuerzos del régimen para retomar el control de una situación que sin duda afecta su estabilidad. Aunque ella está en la Asamblea Nacional chavista, Varela aun controla el Ministerio de Asuntos Penitenciarios a través de su proxy Mirelys Zulay Contreras, Es posible que le asignen un cargo que tenga que ver con lo judicial pero sin el poder que tuvo antes para nombrar jueces, modificar sentencias judiciales y liberar hampones todo con el pretexto de ayudar a la revolución. En los mentideros chavistas se dice que Cilia Flores ha podido darle un ascenso a Iris Varela como nueva Fiscal General para agradecerle sus aportes a la revolución. Brillante.

Lo concreto es que la comisión nombrada por Nicolás Maduro para resolver el desmadre judicial creado por  Iris Varela en nombre de la revolución no la incluye a ella, por supuesto. Allí estarán Diosdado Cabello, Cilia Flores, y Lourdes Suárez Ánderson con plenos poderes para hacer una purga dentro de las mafias judiciales que operan en el régimen. El tuit de Venezolana de Televisión no deja lugar a dudas, (la comisión) “...tendrá 60 días, para que solucione con justicia y, sin impunidad, el hacinamiento en los Centros de Detención Preventiva del país.” Viniendo desde las entrañas del propio régimen, este es el mejor reconocimiento al fracaso de Iris Varela, quien tendrá que conformarse con ser un incómodo jarrón chino en un tema donde nadie, ni siquiera los mismos chavistas, quieren saber su opinión.- @humbertotweets

 

 

domingo, 20 de junio de 2021

FANB chavista: Los errores de Apure, ahora en Caracas

               El régimen chavista está atrapado en las contradicciones de su propia política diseñada para seguir en el poder, a cualquier precio. Hugo Chávez inauguró una serie de alianzas, inusuales para Venezuela hasta ese momento, con gobiernos y grupos terroristas para compensar el apoyo del que carecía por parte de gobiernos democráticos. Esto ocurría al tiempo que en lo interno desmontaba instituciones que podrían representar un freno a sus planes tales como la Corte Suprema de Justicia, el Congreso y hasta la misma Fuerza Armada.

La relación, por ejemplo, entre Hugo Chávez y el régimen chavista en su conjunto con la guerrilla colombiana de las FARC ha sido muy bien documentada. Se trata de una relación con rango de política de estado que consideraba la FARC como un aliado dentro de Colombia y que luego de los acuerdos de paz se transformó en la alianza del régimen chavista con la FARC de Iván Márquez y Jesús Santrich.

Esta conexión régimen chavista-FARC (Márquez & Santrich) va desde el más alto nivel del estado chavista hasta pequeñas asociaciones fácticas que ocurren en el terreno donde los comandantes de las FARC y los de la fuerza armada chavista se entienden y colaboran para usufructuar los beneficios de una economía que se apoya en actividades criminales como el tráfico de droga, la extorsión y el secuestro.

Reproduciendo la misma lógica en la política interna el régimen alentó, promovió y apoyó el surgimiento de los colectivos paramilitares chavistas. Este concepto del brazo armado del régimen fue concebido como un seguro frente a la eventualidad de perder el control de las fuerzas armadas. Con el tiempo los colectivos avanzaron en la adquisición de armas y dinero provenientes del gobierno y las fuerzas armadas cayeron en manos del chavismo a un nivel donde ya prácticamente no hay diferencias entre unos y otros. Las propias fuerzas armadas chavistas en un acto completamente desnaturalizado se ofrecieron para ser el soporte logístico de la naciente milicia bolivariana que sería un intento de coordinar y sistematizar a los colectivos chavistas.

Tanto los efectivos de las fuerzas armadas chavistas, como los colectivos y las milicias armadas han jugado un papel determinante para sostener al régimen por la vía de las armas. Estos tres componentes actúan en forma coordinada para imponerse sobre la población civil desarmada.

Este tipo de relación entre bandas criminales y grupos terroristas con el régimen chavista sentó las bases para la construcción de una política que le reconoce a estas organizaciones un rango político y militar que les permite actuar de acuerdo a lo que hayan negociado con el régimen chavista.

Operadores conspicuos del régimen chavista tales como Iris Varela y José Vicente Rangel Avalos han sido promotores de reconocer territorios y entidad a las pandillas criminales que bajo la sombra del chavismo han crecido hasta adquirir la dimensión de verdaderos ejércitos urbanos conocidos como las megabandas.

El problema para el régimen chavista surge cuando estos grupos y pandillas comienzan a tener una agenda propia que ya no es posible coordinar con el gobierno por el complejo entramado de estas asociaciones con militares y policías corruptos a escala local. Y eso fue precisamente lo que ocurrió en Apure donde existe un acuerdo de hecho entre las FANB chavistas y los más diversos grupos irregulares que operan en la zona. Una disputa por el control de las rutas del narcotráfico provoca el inicio de hostilidades donde el régimen chavista se alinea con uno de los grupos en contra del otro para recibir una humillante derrota militar.

Reconocerle beligerancia y territorios a la guerrilla en Apure durante todos estos años de chavismo es lo que ha permitido la consolidación de varios ejércitos con la capacidad de fuego para derrotar y humillar a las fuerzas armadas chavistas. Es exactamente lo que hace el chavismo en las zonas urbanas donde en lugar de enfrentar al crimen le hace concesiones y le ceden espacios. Bajo la sombra de esta política las megabandas surgen hoy como una genuina creación chavista con capacidad para enfrentar y hasta derrotar a las fuerzas militares y policiales del propio chavismo.

Arrastrado por un curso que parece no tener regreso al régimen chavista no le ha quedado otra alternativa que buscar alianzas con unas megabandas para enfrentar a otras. Eso fue lo que pasó el 12 de Junio en la Vega donde las fuerzas militares y policiales del régimen chavista, al igual que lo hicieron en Apure, decidieron desplegar un ataque selectivo contra la banda de “El Coqui” para favorecer los intereses de otras bandas rivales. Un mal precedente para una estrategia que acaba de ser derrotada en Apure y que luce impotente para detener el avance en Caracas de zonas liberadas y controladas por megabandas, cada día más cerca del perímetro de Miraflores.-  @humbertotweets

 

 

lunes, 14 de junio de 2021

La vía a la nueva normalidad del estado chavista

             Aprovechando la confusión de la llamada comunidad internacional y la ausencia de una oposición real el chavismo desarrolla un plan para tratar de llegar hasta el 2024 y continuar en el poder en el contexto de una nueva normalidad que tolere al estado chavista como algo inevitable y cohabite con él. Las sanciones contra el régimen y algunos de sus operadores han limitado parcialmente su capacidad para operar, pero no han sido ni serán suficientes para sacar al chavismo del poder. El apoyo público de potencias como China y Rusia y de países como Irán y Turquía le permiten al régimen burlar las sanciones y seguir a flote.

Suponiendo que el esquema de las sanciones se mantenga el régimen podría perfectamente operar un año, dos y hasta quizás tres. Pero no será así. Será mucho mejor para el chavismo porque las sanciones no produjeron los resultados esperados y ya sus diseñadores hablan de retroceder y flexibilizarlas quizás a un punto simbólico. Esta lógica buscaría ofrecer un incentivo al chavismo para animarlo a hacer concesiones políticas. Pero el régimen chavista, que en realidad no depende de esas sanciones ineficaces para sobrevivir, muy probablemente cobre los incentivos sin ceder nada sustancial a cambio. Esta no sería la primera vez en veintidós años que la ingenuidad se estrella con el pragmatismo chavista.

            En la política interna el chavismo se beneficia de contar con el apoyo instrumental de una falsa oposición en sus dos variedades, interinato y alacranes, ambas luchando para ser el contrapeso oficialmente reconocido por el régimen, lo cual equivale a no tener oposición. Existe una inmensa voluntad nacional para salir del régimen pero la ausencia de una dirección política que lidere esas energías obsequia otra ventaja al chavismo para continuar en el poder. Obligados a decidir entre la tiranía chavista y la falsa oposición a la mayoría de los venezolanos no les queda otra opción que protegerse en el escepticismo militante para resistir y sobrevivir.

            Beneficiándose más de las debilidades de los factores que le adversan que de sus propias fortalezas el régimen chavista avanza varias operaciones con el claro objetivo de seguir gobernando más allá del 2024. Parte de esta estrategia consiste en provocar situaciones y cambios estructurales que sin alterar lo esencial del régimen lo presenten como potable e inevitable tanto para una comunidad internacional como para unos supuestos opositores que estarían dispuestos a convivir y cohabitar con él.

Negociaciones. Este es el señuelo preferido por el régimen por su probada efectividad en el pasado y ahora.  En una calculada combinación de marchas y contramarchas se ofrece la ilusión que el régimen podría sentarse a discutir los términos de su salida. Pero no es más que una ilusión que el propio chavismo alimenta hasta la nueva ronda de negociaciones y la siguiente, y la que vendrá después. Pero mientras se negocia, entre una ronda y otra, el chavismo realiza cambios a la estructura de su estado que cada vez hacen más difícil, casi imposible, pensar en un desenlace armónico-electoral que no toque sus estructuras fundacionales.

Elecciones. Esta es la llamada “fiesta democrática” que antes encandilaba e ilusionaba a las masas, pero que ahora ante la gran desesperanza y frustración nacional solo es un cebo para las clientelas y operadores del chavismo y la falsa oposición que parasitan de la política y el estado. Este es el mito que algún día el chavismo, que controla todo el aparato electoral y militar, milagrosamente perderá las elecciones y entregará el poder. El régimen podría sobrevivir sin elecciones, algo que podría venir después del 2024, pero hacerlas aunque sean cuestionadas ofrece otro eje para la propaganda chavista que quiere revestirse de cierta legitimidad en el concierto internacional. La salida electoral también es apoyada por la falsa oposición que suscribe la tesis de la inevitabilidad de un régimen con el cual habría que convivir y, por consiguiente, “hacerle oposición desde adentro.”

Ley de comunas. Esta ley busca adecuar la estructura política, administrativa y territorial del estado chavista a las necesidades de la camarilla gobernante. En la práctica ya hay instrumentos como el sistema Patria para segregar al país entre chavistas y no chavistas. Para ejercer un derecho dentro del estado chavista hay que ser, por supuesto, chavista. Esto aplica para cualquier cosa o gestión que requiera la aprobación del régimen llámese cajitas CLAP, empleos, gasolina y hasta vacunas anti COVID 19. Con el estado comunal se busca sistematizar más aún el control político y social que ya ejerce el régimen sobre la población al otorgarle poderes a estas estructuras paraestatales para distribuir prebendas, ideologizar a través de la educación y hasta regresar a formas primitivas de intercambio como el trueque.

Ley de zonas económicas especiales. Esta ley se propone dos objetivos fundamentales para el sostenimiento del régimen. Por una parte la ley busca establecer unas áreas territoriales que se regularían de acuerdo a formas estrictamente capitalistas con garantías para atraer masas de capital extranjero burlando las sanciones con el soporte del anonimato que ofrece la Ley Anti Bloqueo. Por otra parte intenta crear las bases para construir la nueva burguesía chavista con sus ramas bancaria, industrial y comercial. De hecho ya operan grupos empresariales chavistas conocidos como boliburgueses y bolichicos enchufados al estado chavista. Con esta ley se buscaría la promoción, coordinada y planificada, de los nuevos ricos chavistas que tendrían en esas zonas económicas especiales su principal teatro de operaciones libre de impuestos.

            Todos estos son procesos que están en marcha y se encuentran en diferentes grados de ejecución. Ya está negociando el régimen chavista y la falsa oposición del Interinato. El cronograma electoral, que no cambiará con las negociaciones interinato-chavismo, tiene lapsos específicos para la elección que se hará en Noviembre. La Ley de comunas y la Ley de zonas económicas especiales deberían ser aprobadas ambas en unas semanas. Para finales de año el estado chavista espera haber avanzado un tramo más en su estrategia de atornillarse al poder mientras sigue engañando con el viejo y conocido truco de las negociaciones. En la coyuntura actual solo una serie de eventos sobrevenidos y sorpresivos en las fuerzas armadas, único soporte real del régimen, podrían desacelerar o interrumpir el tránsito hacia la nueva normalidad que afanosamente busca el estado chavista.- @humbertotweets

 

 

domingo, 13 de junio de 2021

¿Se impondrá la nueva normalidad del estado chavista?

            Cualquier iniciativa o política que produzca el estado chavista solo tiene un único objetivo y es asegurar la continuidad del chavismo en el poder. Suponer algo distinto sería ingenuidad o un intento solapado de hacerse parte de la estafa. No hay evento que impulse el chavismo que vaya en otra dirección. Ya se trate de elecciones, negociaciones con la falsa oposición, supuesta apertura económica, etc. El objeto de esas iniciativas siempre será crear las condiciones para presentar al estado chavista como algo inevitable con lo cual hay que cohabitar.       

Con la llegada del demócrata Joe Biden a la presidencia de los Estados Unidos se inicia una nueva etapa en las relaciones entre los EEUU y el régimen chavista de Venezuela. Esta etapa parece definida por la incapacidad de la administración Biden de caracterizar correctamente al régimen chavista como un estado criminal y en consecuencia regresar a los tiempos de Barack Obama donde los norteamericanos pensaban que con el chavismo se podía negociar. Esto es por supuesto un retroceso frente a la administración de Donald Trump que al menos avanzó en la imputación criminal del régimen y algunos de sus jerarcas a cuyas cabezas puso precio. Ahora el gobierno de Biden propone apoyar una negociación precisamente con personas que son acusadas por una variedad de delitos en los Estados Unidos. Una evidente e inexplicable contradicción.

La sumisión de las fuerzas armadas en su conjunto, reducidas al vergonzoso papel de fuerzas armadas chavistas, también son otro factor decisivo para el sostenimiento del chavismo en el poder. Las armas de la nación venezolana están al servicio de la camarilla gobernante y en contra del resto de la población civil liquidando cualquier posibilidad de unas fuerzas que pueda restablecer el orden y la paz.

Por si esto fuese poco hay que sumar la traición de la clase política autodenominada genéricamente como “la oposición.” Este grupo que se subdivide entre seguidores del interinato y alacranes no cesa en buscar formas de entenderse con el régimen chavista vía elecciones o negociaciones.

En este contexto el chavismo, que también está acosado por los problemas de la política real tales como el descalabro social y económico de Venezuela, se ve obligado a generar políticas, no para superar la crisis, sino para continuar en el poder. La debilidad evidente de las fuerzas que podrían enfrentar al chavismo en la política internacional y en la política doméstica le ofrece al régimen una oportunidad única para tratar de blindar su modelo e impulsar lo que hemos llamado la nueva normalidad del estado chavista.

Esta nueva normalidad del estado chavista busca articular elementos de la política real para intentar hacer del régimen algo inevitable frente al cual la única opción sería cohabitar con el. Y no hay mejor momento que este con la ausencia de iniciativas de lucha concretas en el frente internacional y el nacional, además de la fatiga y el cansancio mismo de la población venezolana que ha sido arrastrada en su mayor parte a una lucha diaria por la supervivencia.

Esta suerte de reseteo que busca ansiosamente el chavismo cuenta de hecho con un cronograma de eventos que deben verificarse este año y sin duda serán decisivos en su permanencia o no en el poder. Las elecciones programadas para finales de año, las negociaciones en marcha con el sector de la falsa oposición que lidera Leopoldo López, la aprobación de la ley de comunas y la ley de zonas económicas especiales en las próximas semanas son dinámicas concretas que le permiten al chavismo avanzar su posición actual hacia una de mayor consolidación y control. Para lograr esto el chavismo cuenta con todo el aparato del estado y por supuesto con la violencia ejercitada por las fuerzas armadas.

Para esta nueva etapa el chavismo promoverá activamente la cohabitación con los dos sectores de la falsa oposición sin negarse, de ser necesario, a un eventual cogobierno siempre dejando intactas las estructuras fundamentales en las que se apoya el régimen. No hay forma de interrumpir este reseteo que no sea por acciones de facto y de fuerza. Pero estas no necesariamente tendrían que surgir fuera del régimen. Por ejemplo, la crisis latente en el seno de las fuerzas armadas chavistas ante el derrumbe de su propio mito de fortaleza podrían, sorpresivamente, dinamitar la nueva normalidad y provocar un violento reacomodo de los factores que controlan el régimen con otros operadores chavistas más eficientes que promuevan a su vez otro tipo de normalidad, pero esta vez sin Nicolás Maduro y Vladimir Padrino López a la cabeza.- @humbertotweets

 

 

lunes, 7 de junio de 2021

La falsa oposición va a elecciones sí o sí

            Estamos frente a un hecho cumplido, una decisión ya acordada. Las dos alas de la falsa oposición (Capriles y Guaidó-López) ya resolvieron que en esta nueva fase necesitan un mejor acoplamiento con el régimen chavista. De lo que se trata ahora es de cómo justificar y explicar al país y a sus propios seguidores el propósito y el alcance de la nueva maroma.

            El ala de los llamados alacranes liderados por Henrique Capriles Radonski emprendió una breve y eficaz negociación con el régimen chavista que dejó como resultado al nuevo Consejo Nacional Electoral controlado en su totalidad por el chavismo. Por supuesto, allí está el adorno de dos miembros supuestamente opositores cuya misión es crear la apariencia de un contrapeso institucional que incentive, tal como lo quiere el chavismo, a participar a las dos alas de la falsa oposición.

            Mientras los alacranes dejaron la vergüenza a un lado y asumieron públicamente su papel colaboracionistas el ala del llamado gobierno interino se había tomado su tiempo para calibrar sus opciones pensando quizás que el entramado burocrático del interinato duraría “hasta que caiga la tiranía” o sea hacia el infinito y sin fecha de vencimiento. El manejo de la ayuda humanitaria y de los activos de Venezuela en el exterior (Citgo, PDVSA,  etc.) sin rendición de cuentas a nadie son un potente incentivo para apostar por el sostenimiento indefinido de ese “gobierno.”

            Pero los Estados Unidos, que a la hora de la verdad es el único país que cuenta de la llamada comunidad internacional para el tema Venezuela, ya ha enviado suficientes mensajes, públicos y privados, al gobierno interino de Juan Guaidó que no está dispuesto a seguir siendo parte de esa operación política de desgaste que no ha servido para sacar al chavismo del poder.

            Pareciera que la administración de Joe Biden tiene una agenda diplomática con otras prioridades y está urgida en producir un resultado concreto sobre el tema Venezuela, cualquiera que sea, antes de finales de año. El pragmatismo del departamento de estado norteamericano quiere salirse de la dinámica del tornillo que gira en una tuerca aislada en un movimiento infinito que no llega a ninguna parte.

            Este nuevo giro en la diplomacia norteamericana es lo que seguramente puso en preaviso al interinato haciéndolo consciente de su fecha de vencimiento. Y de allí el acto de magia que saca del sombrero del mago al llamado Acuerdo de Salvación Nacional que por su improvisación y apuro masa luce como un ruego desesperado para salvar al Interinato. No esperemos que la diplomacia norteamericana le haga algún desplante público a Juan Guaidó. Lo seguirán reconcomiendo como un presidente simbólico, por lo menos hasta finales de año, al tiempo que comienzan una operación de desmontaje de su entramado que incluye controlar o detener el acceso del interinato al manejo de los activos de Venezuela en el exterior y el tan deseado alivio de las sanciones al régimen chavista.

            Todo esto no le ha dejado otra alternativa a esta ala de la falsa oposición que embarcarse en una ronda de negociaciones con el régimen chavista (otra más!) para supuestamente lograr condiciones electorales que les permitan participar en las elecciones de este año y buscar una forma de integrarse en las estructuras del régimen para no quedarse afuera.

            Estamos en presencia de una decisión que ya ha sido tomada por el G4 (Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo) y de lo que se trata ahora es de justificarla tratando de cuidar las formas para convertir un acto de entrega y sumisión en una conquista o victoria. Es absolutamente irrelevante las condiciones que se negocien, cualquiera sea el resultado este será presentado como el logro que justifica hacer el “sacrificio” de participar en las elecciones que convoca el chavismo. En este contexto se presenta el Acuerdo de Salvación Nacional y otras iniciativas mediáticas que vendrán como producto de un marketing político de muy mala calidad para enmascarar la decisión de participar en este nuevo fraude electoral, si o si, aunque sea con tarjeta prestada.- @humbertotweets

 

 

domingo, 6 de junio de 2021

FANB chavista, derrotada y engolosinada

            La preocupación para el gobierno de Nicolás Maduro no es que la FARC-Gentil Duarte, aun teniendo la capacidad de fuego para hacerlo, intente acabar con el estado chavista. Se trata de una guerrilla con objetivos políticos y militares muy definidos y con el control de Apure estos parecen haberse cumplido por los momentos. La angustia -¿pánico?-, que difícilmente el chavismo puede disimular, viene dada por el simple hecho que el componente esencial sobre el cual se soporta el régimen ha quedado en entredicho, no sólo en términos políticos sino fundamentalmente militares. 

La captura de los 8 militares y la posterior distribución de videos como fe de vida fue un certero golpe político y militar que le daba la FARC-Gentil Duarte a la FANB chavista. De esta forma el reducido grupo guerrillero lograba no solo beligerancia y reconocimiento sino también poner de rodillas a la aparentemente invulnerable FANB chavista.

Con su habitual retórica, Padrino López trató de restarle importancia a los hechos con manipulaciones tales como no mencionar a las FARC por su nombre o no reconocer desde un principio los nombres de los militares muertos y los capturados. Detalles que se pudieron conocer por la eficiencia del grupo guerrillero en divulgar la información contrastando con el silencio del Ministerio de la Defensa y del propio régimen. Más allá de las maniobras mediáticas la realidad está ahí, visible ante todos, y más aún ante los incrédulos ojos de los militares chavistas que ahora pueden tener la certeza de estar comandados por unos jefes cobardes, mediocres e incapaces.

Sin embargo, todo parece indicar que el chavismo seguirá apostando por negar la realidad y tratar de maquillarla. Pareciera que la política del estado chavista se reduce a un ejercicio instrumental de propaganda y eso bastaría para cambiar la esencia de lo real. El comunicado de Vladimir Padrino López a propósito de la liberación de los 8 militares capturados habla de una inexistente operación de rescate llamada “Águila Centenaria” que supuestamente liberó a los oficiales en “circunstancias sumamente adversas”.

Fue un hecho público y notorio que los militares fueron liberados y entregados por la FARC-Gentil Duarte a las FANB chavistas en el marco de unas negociaciones cuyos detalles se desconocen pero que habrían incluido la desmovilización de los militares en la zona y la entrega del estado Apure al grupo guerrillero. No podría ser casual que una vez que la FANB chavista retira sus tropas de la zona inmediatamente después, en cuestión de horas, se produzca la entrega de los soldados capturados.

Pero no nos llamemos a engaño. Lo que en verdad avergüenza al régimen chavista y al CEOFANB no es la entrega del estado Apure, como parte del territorio venezolano, a los grupos guerrilleros. Al régimen y las FANB les produce vergüenza y preocupación haber quedado en ridículo ante su propia tropa y oficialidad.  La constatación que las fuerzas armadas chavistas, sobre las cuales se apoya por las armas el régimen, no son más que un cascarón podrido, vacío e inútil debe producir inquietud por decir lo menos.

Un instinto natural de supervivencia de los operadores y grupos que parasitan del estado chavista debería llevar a una purga y a una profunda reorganización de lo político y lo militar con el objetivo pragmático de salvar el ecosistema corrupto del cual viven. Esto se podría traducir en la necesaria liquidación de la cúpula inepta encabezada por Nicolás Maduro y Vladimir Padrino López para asegurar la supervivencia del régimen con otros operadores más eficientes a la cabeza. Y esta confrontación sólo podría darse en lo interno de las fuerzas armadas chavistas. Se trata de un escenario plausible si la lógica que se impone es la de extirpar al órgano canceroso para salvar al cuerpo.

La crisis de la FANB chavista es la crisis misma del régimen y esta no puede ser atendida solo con campañas ridículas de marketing para imbéciles como pretende Vladimir Padrino López. La imagen de los militares liberados por la guerrilla, contentos, sonrientes y con golosinas en la mano solo refuerza la idea de unos muchachos desubicados, mal preparados y engolosinados. Y así fueron despacharon a Apure a enfrentar un grupo armado con más de 6 décadas de experiencia.

Esa imagen que circuló vía redes sociales es más o menos el retrato de la FANB chavista hoy. Un cuerpo armado discapacitado, derrotado y engolosinado con las prebendas y la corrupción del régimen. Pero eso ya la mayoría de los venezolanos lo sabíamos. Lo que importa ahora es que esta vez ellos mismos lo saben.- @humbertotweets