Muchas lecturas se le pueden dar a la designación del General Vladimir Padrino López como nuevo Superministro del gobierno de Maduro.
La explicación oficial es solo la fachada que trata de ocultar la crisis del chavismo.
Allá los que crean que el papel de Padrino López será el de hacer más eficiente el reparto de comida.
En un régimen que, literalmente, colapsa el papel de VPL será el de hombre fuerte de un gobierno débil, fracturado por mafias de corrupción y droga.
En este sentido la misión de VPL será la de poner orden dentro de las diferentes bandas que cohabitan en el seno del régimen.
Y el lo tiene muy claro. Dijo que es necesario poner orden, disciplina, en el gobierno.
La designación de Padrino López viene acompañada del nombramiento de nuevos comandantes militares en las regiones.
Estos nuevos Comandantes estaban alineados con Nicolás Maduro y el nuevo Superministro.
Este es un detalle importante si se toma en cuenta que hasta ahora Maduro le había respetado importantes cuotas a Diosdado Cabello y Tareck El Aissami en la conformación del gobierno y posiciones militares claves.
Uno de los problemas graves que ha venido confrontando Nicolás Maduro es el tener que gobernar con ministros y funcionarios que le siguen linea a Cabello y El Aissami.
Esa es una de las razones de la incoherencia a la hora de formular y ejecutar políticas y lo que hacer ver al gobierno como una entidad contradictoria e improvisada.
El orden y la disciplina que Vladimir Padrino López traerá al gobierno de Maduro es justamente para tratar de controlar funcionarios que no solo no le siguen linea al Presidente de la República sino que están saqueando a sus anchas en nombre de la revolución.
El verdadero sentido del nombramiento de VPL en calidad de Superministro es una jugada que apunta más a cambiar la correlación de fuerzas internas en el seno del PSUV.
Una eventual designación de VPL como Vicepresidente de la República lo pondría a un paso de convertirse en el nuevo Presidente en caso que Maduro pierda el Referéndum el próximo año.
Se trata de una operación dentro del propio chavismo oficialista que dejaría por fuera a facciones como las de Diosdado Cabello que trata de quedarse con el poder una vez liquidado Maduro.
La transición ya comenzó.
Nicolás Maduro es el presidente nominal del gobierno hasta que seguramente sea revocado el próximo año.
El nuevo hombre fuerte del régimen es Vladimir Padrino López, no Diosdado Cabello.-
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