sábado, 23 de julio de 2016

Entonces, no habrá foto Gobierno-Oposición

El forcejeo Gobierno-Oposición entra en una fase definitiva.

A estas altura es evidente que la propuesta del diálogo y una eventual negociación han sido usadas para los propósitos particulares de los bloques en pugna.

Para el gobierno el diálogo significa un recurso más para legitimar ante la opinión pública internacional la suspensión del Revocatorio y diferirlo para el 2017.

Simple.

Se trata de sentar en la mesa a la oposición para que ella misma acepte diferir el proceso para el otro año y la concesión quede refrendada con una fotografía para los periódicos.

Es la foto de gobierno y oposición sentados en la mesa lo que desesperadamente busca el régimen.

Es el mismo patrón de comportamiento que usó el gobierno en 2002 y 2014.

Para la oposición el diálogo significa la posibilidad de avanzar en el proceso de convocatoria del Revocatorio.

Por eso los voceros de la MUD han dicho “nos sentamos a dialogar si el CNE, o sea el gobierno, da la fecha para recoger las firmas.”

Ni siquiera pide la oposición una fecha específica para el Revocatorio.

Y esto se entiende, porque, en realidad lo que importaría en este momento es avanzar hasta una fase superior en el proceso de convocatoria y al menos llegar al punto de su efectiva activación.

Pero esto lo sabe perfectamente el régimen, que en voz de Diosdado Cabello ha dicho que “si la oposición insiste en Revocatorio para el 2016, entonces no habrá diálogo.”

Lo que dice Cabello es que si la oposición acepta en la mesa diferir el Revocatorio para el 2017 entonces podría ocurrir un amago de diálogo.

Gobierno y oposición parecieran obligados a coquetear con la idea del diálogo por razones distintas.

Para el gobierno es ceder ante la creciente presión internacional, agravada con la pérdida de aliados y la indiferencia de países amigos que no se quieren ensuciar las manos endosando las arbitrariedades del régimen.

Un signo de lo grave que esto es para el gobierno venezolano es que el régimen comienza a ceder en términos de milímetros.

El gobierno acepta la participación del Vaticano en las negociaciones, que era una de las condiciones de la oposición y sugiere que estaría dispuesto a anunciar una fecha para el Revocatorio si la oposición se sienta a dialogar.

Hmmm…

Entonces, después de todo, para el régimen venezolano si hay un valor oculto, no declarado, en el diálogo.

Tomando las palabras de Diosdado y  de Maduro queda en el aire la idea implícita que la concesión sería realizar el Revocatorio el próximo año, no en el 2016.

Esto es algo que difícilmente la oposición podría aceptar en una mesa de negociación.

Pero, la dinámica de la confrontación podría determinar que de todas formas ese sea el resultado.

Es vital para el gobierno tomarse esa foto con la oposición sentados en la misma mesa. Por eso amenaza con “si no hay diálogo este año entonces no habrá Revocatorio nunca,” quizás para ver si la oposición se asusta ante la posibilidad de “perderlo todo,” pestañea y cede ante la presión.

En este estado de cosas lo más probable es que la oposición acepte ir a un diálogo con el gobierno y al mismo tiempo continúe con el proceso de activación del Revocatorio.

Para el régimen esto vale lo mismo que rechazar el diálogo.

Al diluirse la posibilidad de utilizar a la propia oposición para liquidar el Revocatorio no le quedaría más remedio al régimen que hacerlo con sus propios operadores (CNE/TSJ) y, lo más importante, asumir el costo que esto significa.

Hasta el dia de hoy no hay incentivos reales para que la oposición se tome la foto con el gobierno.

¿O si?


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