domingo, 21 de febrero de 2021

Salarios y pensiones en dólares para todos los venezolanos

           Exigir para todos los venezolanos el pago del salario en dólares estadounidenses es simplemente el reconocimiento a una realidad fáctica que se le ha impuesto al régimen chavista: Casi todo se ha dolarizado en Venezuela, menos los salarios y las jubilaciones de los trabajadores del sector público.

Algunas empresas privadas en un intento por retener el talento y el trabajo de sus empleados hacen acuerdos privados para pagar en dólares, pero esta es una situación que hasta ahora es excepcional y aún no ha sido regulada por el régimen por lo que no cubre a la gran mayoría de los trabajadores venezolanos.

No solo los bodegones venden  en dólares. Es prácticamente imposible acceder a bienes y servicios en Venezuela sin pagar en dólares o haciendo el cálculo de su pago con base a la divisa aunque se pague en bolívares. De manera que quien no tenga dólares está excluido del circuito económico. Y en esa situación se encuentran la mayoría de los trabajadores venezolanos. 

Por eso exigir la dolarización de los salarios resulta un reclamo obvio para los trabajadores, pero no para sus dirigentes sindicales y los partidos políticos. Muchos de estos dirigentes tartamudean y se les enreda la lengua a hora de hablar sobre este tema para no provocar al régimen chavista. Lo interesante es que entre los mismos seguidores del chavismo hay apoyo para esta tesis, a pesar de las amenazas de su propio gobierno.

Algunos operadores del chavismo han sido literalmente execrados del régimen por defender esta tesis. Tal es el caso de Oscar Figuera, secretario general del Partido Comunista de Venezuela a quien Jorge Rodríguez lanzó a las fieras chavista para su linchamiento por atreverse a pedirle a Nicolás Maduro que pagara los salarios en dólares. 

Este es un tema clave en la lucha contra el régimen chavista porque lo enfrenta a sus propias contradicciones. Fueron Chávez y el chavismo quienes levantaron la falaz bandera antiimperialista para luego de destruir al país y su economía verse obligados a reconocer la fortaleza de la divisa norteamericana. 

Pero el régimen chavista, con el argumento de la economía de guerra, prefiere pagar su burocracia civil y militar  y todas sus operaciones de corrupción con los dólares disponibles y negarle los dólares a los trabajadores venezolanos. Para el chavismo es un asunto de prioridades. Los trabajadores desahuciados por el régimen, desarticulados y desmoralizados no representan una amenaza real.

En esta lucha los trabajadores están solos, por su cuenta. Los partidos en su mayoría están vendidos al régimen chavista. Y estos partidos controlan los gremios y sindicatos e influencian las agendas de lucha. La mayoría de esa dirigencia sindical siguiendo el cálculo y la cautela aconsejada por los partidos se muestra dubitativa e indecisa. En lugar de lanzarse a la calle abiertamente en una lucha por la dolarización de los salarios prefieren abogar por un aumento de salarios en bolívares y otras reivindicaciones laborales menores. Por eso la lucha por dolarizar los salarios en Venezuela aún no ha alcanzado masa crítica. 

Las condiciones están dadas para el surgimiento de organizaciones sindicales y gremiales de nuevo tipo al margen de los partidos, comprometidas con sus intereses de clase y dispuestas a organizar y acumular fuerzas para enfrentar exitosamente al régimen chavista bajo una consigna que en la actual coyuntura sintetiza un clamor nacional: Por el pago de salarios y jubilaciones en dólares para todos los venezolanos.- @humbertotweets 


domingo, 14 de febrero de 2021

Dolarizar los salarios, a pesar del chavismo

            El balance luego de dos décadas de chavismo es que la clase obrera que decía defender es hoy prácticamente inexistente. Las políticas de Chávez y de su sucesor Nicolás Maduro han destruido por completo la economía venezolana y hoy lo que nos queda ya no es una clase obrera sino venezolanos trabajando en condiciones infrahumanas y esclavizantes por menos de dos dólares al mes.

La otra víctima del desmadre chavista ha sido el signo monetario. Hoy millones de venezolanos desprecian el bolívar mal llamado soberano y prefieren hacer sus transacciones con el dólar. Esta quizás sea la única derrota importante que los venezolanos le haya propinado al chavismo. Se puede decir con propiedad que los venezolanos le han impuesto al gobierno la moneda de curso legal que hoy día es el dólar estadounidense.

Aunque el régimen chavista dice que las sanciones económicas impuestas por algunos países es la razón del descalabro económico en Venezuela, la realidad es que el impacto de estas modestas acciones dirigidas a impedir que Venezuela siga llenado dólares en forma masiva no se  pueden comparar con el destrozo de la industria petrolera.

El petróleo aún no se ha agotado en Venezuela, pero la capacidad del régimen chavista para extraerlo y comercializarlo está totalmente agotada. Sin embargo, el chavismo necesita desesperadamente dólares para subsistir. Sin petróleo y sin poder traficar dólares  libremente usando el sistema de finanzas públicas, al chavismo no le queda otra opción que abrazarse a la última consigna para su salvación: Dolarizar la economía. ¿Pero qué significa dolarizar la economía?

            En la concepción política chavista dolarizar significa ponerle la mano a toda la masa de dólares que sea posible para poder subsistir como régimen político. Esto implica tratar de arrebatarle a la gente sus dólares facilitando sus depósitos en la banca local totalmente controlada por el régimen y reprivatizar todas las empresas que fueron confiscadas por chávez pero en un proceso muy similar al de la caída de la Unión Soviética donde quienes actuaban como administradores y caporales de esas entidades de la noche a la  mañana se convertían en los nuevos dueños creando una nueva y temible oligarquía.

            La dolarización ya existe en Venezuela sin que el régimen haya podido regularla. No solo las transacciones de bienes y servicios se están negociando en dólares. Varias empresas pagan sus salarios en dólares. El florecimiento de los bodegones chavistas con productos importados que solo podrían ser accesibles a quienes ganan en dólares son otra evidencia de esta extraña economía donde no todos pueden participar pues la gran mayoría, que se cuenta por millones, no ganan lo suficiente para comprar en esos sitios.

            Venezuela se divide hoy entre quienes tienen acceso a dólares y quiénes no. Aquellos que reciben dólares vías remesas, los que pueden negociar sus servicio en esa divisa o quienes están enchufados con el régimen por ser parte de la burocracia civil o militar son los afortunados invitados a este convite.

            Para el resto solo queda la mendicidad y la basura.  Y allí se encuentran muchos venezolanos que pertenecían a eso que una vez se conoció como clase obrera. Curiosamente el chavismo que ahora proclama dolarizar la economía no ha dicho nada en cuanto a dolarizar los salarios, las pensiones y jubilaciones de los trabajadores venezolanos. Aquí es donde el chavismo se enfrenta a sus propias miserias. Hasta elementos chavistas como el Partido Comunista de Venezuela ejercitando un falso pudor les ha tocado dejar a un lado el papel de pedigüeños del régimen para ahora pedir que se dolaricen los salarios.

            No hay que ser economista para concluir que si todo se está negociando en Venezuela en dólares entonces los salarios, las jubilaciones y las pensiones de trabajadores, empleados y jubilados deben ser igualmente pagadas en dólares. Dolarizar la economía e imponerle al régimen el uso del dólar es ya una derrota del populismo reencauchado de Hugo Chávez. Obligarlos a que dolaricen los salarios sería el tiro de gracia. Pero esto no debería significar un ratón o resaca moral para el chavismo pues el tráfico de drogas y armas, la corrupción de civiles y militares, y todos los ilícitos amparados por el régimen chavistas son transados igualmente en dólares.-  @humbertotweets

 

domingo, 7 de febrero de 2021

La falsa oposición no aguanta dos pedidas

            En esencia la falsa oposición venezolana está hecha de la misma materia política corrompida que el chavismo. Ambos sectores se disputan el apoyo partidista y mediático para seguir justificando su único siniestro propósito: Seguir saqueando a Venezuela sin piedad hasta que ya no quede nada.

Según un estudio de opinión de Meganálisis más del 80% de los venezolanos encuestados no confían, y no quieren ni al régimen chavista ni a la falsa oposición. Que exista un rechazo generalizado al chavismo se entiende porque son quienes en forma directa han destruido al país. Pero ahora se hace más evidente para los venezolanos que la barbarie chavista solo habría sido posible con el apoyo accesorio e instrumental de una falsa oposición que se presenta como alternativa sin ser tal.

Luego de veinte años de un ciclo vicioso, repetitivo y reciclado de negociaciones-elecciones-negociaciones alimentado por la falsa oposición nos encontramos en el mismo punto. Estamos ante los signos evidentes de un nuevo proceso de negociaciones entre el régimen chavista y la falsa opción, apoyada por sus alas alacrana y G4.

Los alacranes o el grupo de la mesita tapa amarilla se adelantaron y ya desde el año pasado se dejaron de eufemismos y se tiraron por la calle del medio en su apoyo al régimen chavista. Personajes como Luis Brito y Bernabé Gutiérrez lo han dicho de varias formas. Aquí para seguir en la política -¿robando?- hay que bailar pegado con el chavismo. Otros más jabonosos como Timoteo Zambrano tratan de guardar las apariencias y hasta se han propuesto como ministros para un gobierno de amplitud con el chavismo.

Por su parte el grupo del G4 sigue controlado por Leopoldo López quien distribuye las asignaciones desde el hamponato interino. El control del lobby de Guaidó y sus inmensos recursos, vía activos y ayuda humanitaria, le ha dado un poder y capacidad operativa a Leopoldo López y su grupo de Voluntad Popular por encima de los otros partidos. El reclamo de Ramos Allup (AD del G4) y Julio Borges (PJ del G4) al hamponato interino dejó de ser privado y discreto para convertirse en una riña pública por el mal reparto de los dineros que, sin control ni rendición de cuentas,  maneja el hamponato interino.

Este grupo que parasita en torno al hamponato interino se ha dado cuenta que el llamado interinato de Guaidó ha perdido mucha fuerza y credibilidad. Cada día son más los países, incluidos los Estados Unidos, quienes muestran su preocupación por la forma como el interinato se está gastando esos recursos y menos los países dispuestos a jugarse sus intereses en nombre de un lobby de logreros e improvisados.

Además mantener las clientelas partidistas de activistas de Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo requiere de recursos y de un marco político de tolerancia y complicidad que solo puede ser garantizado si ellos se integran formalmente, una vez más, al régimen chavista como la oposición oficialmente aceptada.

La falsa oposición con sus dos alas (Leopoldo López -G4 y Alacranes) harán causa común para ir unidos a negociar con el régimen chavista una nueva ronda de concesiones y prebendas. Lo que desde ya se está negociando es muy básico y concreto. El régimen chavista pide levantamiento de sanciones y una política de aceptación como la que Obama impulsó hacia Cuba. A su vez la falsa oposición quiere desesperadamente participar en las elecciones regionales para iniciar el proceso de reinsertarse como la oposición tolerada por el régimen. Para ello aceptaran unas condiciones electorales mínimas que más o menos cubran las apariencias porque además saben que lo que cuenta en realidad no son los votos sino lo que diga la sala de totalización del CNE que será la encargada de adjudicar los cargos que se hayan negociado. Tal como acaba de ocurrir ante los ojos de millones de venezolanos en el pasado fraude electoral del 6 de Diciembre.

Más allá de la retórica y de las declaraciones protocolares de los embajadores de una “comunidad internacional” para la cual Venezuela poco importa, existe una voluntad firme de negociar y entenderse con el chavismo para reinsertarse y volver a “hacer política desde adentro”. Y esto se concretará este año. Así lo han confirmado tanto Leopoldo López como Henrique Capriles Radonski quienes, como cabezas de la falsa oposición, no van a esperar a que el chavismo se los pida dos veces antes de sentarse diligentemente a negociar e ir a elecciones con el argumento falaz que la pelea hay que darla desde adentro y esta debe, necesariamente, ser electoral. Tal como lo han hecho en forma inalterada en los últimos veinte años.- @humbertotweets