Ya sabemos lo diligente que es Nicolás Maduro para reciclar ministros.
Esto en Maduro es
compulsivo y emblemático.
Por eso es que mucha
gente amiga del gobierno prefiere seguir trabajando en la sombra antes que
aceptar un ministerio.
Nunca se sabe cuando serán
defenestrados.
La designación de Luis
Salas se hizo con todos los rigores y protocolos socialistas.
Se pensó en su momento
que era un triunfo de la línea dura marxista-leninista en el gobierno.
Y así fue.
Pero la policía es dinámica
y cambiante nos vienen diciendo desde que éramos niños.
La política cambió y
ahora el gobierno ha optado por asumir una postura más pragmática y menos ideológica.
La destitución de Luis
Salas como Vice Presidente de Economía dice mucho de lo que ocurre internamente
en el gobierno.
El plan de la patria es
un pesado fardo de papel con tinta del que nadie quiere saber.
Ni siquiera Maduro.
Aquellos que se lo
tomaron en serio, como el Ministro Salas, quedaron fuera del juego.
Aquí la prioridad del
gobierno es luchar para mantenerse y tratar de detener la caída libre del régimen.
La designación de Pérez
Abad como Súper ministro de la economía es en parte una buena noticia para el
sector privado.
Los problemas no se resolverán
por arte de magia, pero al menos hay con quien hablar.
También esta designación
es una buena noticia para Polar y las empresas de Lorenzo Mendoza.
Después todo, no habrá expropiación.
Por ahora.
La malas noticias son
para el PSUV que ahora debe explicarle a su militancia esa maroma política de dejar
el manejo de la economía del régimen socialista en anos de...la burguesía.
Nada más y nada menos.
Es previsible que esta decisión
sumada a los anuncios que hará Maduro -por fin!- mañana sean la chispa que
encienda una rebelión interna en el chavismo.
Y se entiende.
Después de tanta
retorica en contra del capitalismo no es fácil digerir que finalmente la burguesía
tenía la razón.-
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