El juego esta trancado.
Ni pa’tras ni pa’lante.
Hay un gobierno que no
gobierna.
Pero que tampoco deja
gobernar.
Todo parece indicar que
la confrontación Asamblea Nacional-Miraflores se agudizara en los próximos días.
Se teme lo peor.
Esto seria que aun en el
uso de sus facultades legislativas la Asamblea Nacional apruebe leyes y medidas
que en la práctica no serán acatadas por ejecutivo por una variedad de razones.
Las opciones para salir
de esta crisis política no lucen expeditas.
Los más optimistas
vislumbran una consulta popular, quizás, para mediados de 2017.
¿Aguantaremos?
Por otra parte aumentan
las presiones, internas y externas, ara que renuncie Nicolás Maduro.
Pero esto ni siquiera
depende de el.
Esto podría ser el
resultado de un complejo proceso de estrategia y decisión dentro del PSUV.
De todas las opciones en
la mesa, la renuncia seria la más viable sólo si hubiese condiciones para ello.
Una eventual renuncia de
Maduro pondría al PSUV al borde de entregar el gobierno.
Pero esto no quiere
decir al borde de desprenderse del poder.
Aun les quedan importantes
cuotas de poder institucional y militar que trataran de ser preservadas.
La lógica de esa decisión
estaría inspirada en una necesidad justificada de preservación política para
evitar la extinción total.
Tal como están
planteadas las cosas hoy, no hay señales que muestren un movimiento para sacar
a Maduro del gobierno desde el PSUV.
Al igual que en el
gobierno el PSUV esta paralizado.
Su cúpula no sabe que
hacer y duda.
Frente a la duda el
curso de acción que se impone es dejar hacer y dejar pasar.
Dejar que los días sigan
corriendo a ver si pasa “algo.”
No hacer nada también es
una opción para el PSUV.
Es lo que emocionalmente
le daría más refugio a una dirigencia que se niega a aceptar el derrumbe del socialismo
del siglo XXI.
Pero el no hacer nada
condena desde ya el futuro político del PSUV.
No del chavismo que es
otra cosa.
Si el PSUV quiere
sobrevivir políticamente a esta debacle política tiene que enfrentar sus
demonios y comenzar por arreglar la remoción de Nicolás Maduro de la
Presidencia.
Al PSUV le toca sacar a
Maduro.
Más que una decisión política
es una decisión existencial.
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