I. Gorgojo. Presionado por una dramática pérdida de apoyo
en sus propias bases el régimen se ve forzado a, finalmente, hacer algo. Una de
las críticas más implacables en las bases del chavismo es la proliferación de
la corrupción a todos los niveles. La falta de control ha reproducido las
condiciones para el robo descarado desde PDVSA, hasta las más modestas Juntas
Comunales, pasando por la putrefacta red de los Abastos Bicentenario. A eso se
suma el guiso de todos los guisos con una política cambiaria que continua transfiriendo
grandes masas de dólares subsidiados a los bolsillos de mafias oficiales. Pero siguiendo
la tradición de los chinos de RECADI el gobierno se han centrado en perseguir a
las mafias corruptas que operan en toda la red oficial de distribución de
comida: PDVAL, MERCAL, etc. Eso esta muy bien. Pero seria extraordinario, épico,
que el gobierno aplicara la misma medida de profilaxis a las mafias que operan
a la sombra de las bondades de la política cambiaria oficial.
II. Corrupción
roja. Nicolás Maduro y el
PSUV despacharon a una veintena de dirigentes nacionales a los estados para revisar
el funcionamiento del gobierno y el
partido. Con el auxilio del SEBIN se han elaborado informes de inteligencia que
ponen al descubierto poderosas mafias que operan al amparo de negocios con el
gobierno. Comenzaron por la red de distribución de comida que opera como un
estado dentro del estado. Hay casos donde los directivos de MERCAL desviaban
comida para “abastos de maletín”. Se multiplican las denuncias de en San Cristóbal,
Barquisimeto, Maracay, Puerto Ordaz y Caracas. Uno de los problemas que han
encontrado los investigadores es que estos pillos de bajo rango tienen padrinos
en las altas esferas del gobierno. A pesar de ello Maduro ha instruido a sus
agentes investigar y detener “caiga quien caiga.”
III. Oposición
aislada. Cada día que pasa la ilusión
y la esperanza que nació el 6D se desvanece. Por una parte esta la expectativa
creada de soluciones cortoplacistas para asacar a Maduro del poder y promover
un cambio político. Por otra parte esta la dispersión de la agenda política de
la Asamblea Nacional como nueva dirección política de la oposición democrática.
Los debates en el seno de la AN intentan abordar todos los aspectos de la
crisis y esto es virtualmente imposible. Además le ha restado efectividad y contundencia
a una AN que no logra cambiar la correlación de fuerzas para derrotar al
gobierno. El parlamentarismo parece haber creado una ilusión de estar haciendo
algo para cambiar el régimen cuando en
la practica parece estar asilando a la oposición y a la AN cada vez mas de la
calle. La oposición debe combinar la acción parlamentaria con movilizaciones
populares para crear las condiciones que permitan avanzar en el camino a un cambio
de gobierno.
IV. Aliados. Otra cosa que llama la atención es la poca disposición
que se aprecia en la oposición en buscar aliados para derrotar al gobierno. La conformación
inicial de partidos opositores y sectores empresariales se han mantenido
intacta luego del 6D. Pero hay muchas otras fuerzas sociales que habían acompañado
al régimen y que hoy exigen su renuncia. La oposición debería hacer un esfuerzo
para asumir un dialogo sin complejos con sectores chavistas disidentes y
hacerlos partes de una propuesta de cambio político. La oposición por si sola
no tiene las fuerzas para derrotar al gobierno. Los próximos meses serán
decisivos.
V. Candidaturas. ¿Cual es el objetivo de lanzar candidaturas presidenciales
en este momento? ¿A quien beneficia discutir si es mejor Ramos Allup, Leopoldo López
o Capriles? Pareciera que desde el gobierno hay interés en fomentar las
candidaturas en la oposición. Y algunos mordieron al anzuelo. Adelantar esa conversación
en este momento revela una falta de carácter y rigor estratégico en la oposición.
La inveterada regla básica de la política dice: “Divide y vencerás.”
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