jueves, 18 de julio de 2024

El gran ausente en la campaña de Nicolás Maduro

            Las elecciones del 2024 se parecen mucho a las anteriores en cuanto al ventajismo oficialista y al cambio constante de las reglas de juego en el desarrollo del proceso.

            Pero esta vez el ventajismo y la alteración de las condiciones se han multiplicado por 10.

            En ambos casos, en estas y en las pasadas elecciones, la incertidumbre ha sido una constante.

            Pero, sin duda, esta vez hay más incertidumbre porque los imprevistos cambios en las reglas de juego afectan sustancialmente el resultado electoral.

            Tómese como ejemplo la situación que impide que 4 millones de venezolanos en el exterior puedan ejercer su voto o que 6 millones de venezolanos dentro de Venezuela no hayan podido actualizar sus datos en el registro electoral.

            Estos dos casos refieren a eventos que irreversiblemente tendrán un impacto en el resultado electoral.

            A pesar de estas graves anomalías, entre muchas otras, la campaña sigue su curso y entra en su recta final.

            Edmundo Gonzalez sigue visitando ciudades con su mejor activo político María Corina Machado, con formidables movilizaciones donde lo único que faltaría para lograr una foto perfecta es que esos millones acudan a votar y esos votos sean contados correctamente.

            Nicolás Maduro por el contrario hace una campaña donde abundan los recursos pero se nota el descuido  en los detalles.

            Es una campaña que asume con desenfado y hasta cierta naturalidad los videos que circulan virales de Maduro en actos de campaña con una asistencia precaria.

            Una campaña que exhibe sin rubor un rostro de certeza pasmosa cuyo origen los demás desconocemos.

            Y en esa campaña, que pareciera descolorida y apagada por diseño, nos percatamos que falta un elemento propio del imaginario chavista. La figura, la imagen y la voz de Hugo Chávez quien inauguró en 1999 la era que hoy tratamos de terminar.

            No se trata del uso de los ojos con la mirada vigilante de Chávez, sino de su figura como fundador del movimiento político que hoy postula la reelección de Nicolás Maduro.

            Chávez y muchos chavistas que acompañaron al Comandante hoy no aparecen al lado de Maduro.

            Según los contenidos de la campaña de Maduro pareciera que la revolución comenzó en 2013 con Maduro.

            Es posible que esto sea intencional.

            En 25 años de retroceso para Venezuela habría que repartir el peso de las culpas.

            Y si bien alguien podría argumentar que los primeros años con Chávez fueron mejores que los últimos 10 de Maduro, lo cierto es que el balance global es dramáticamente negativo para el chavismo en general.

            En los próximos días sabremos si la decisión de no usar a imagen de Chávez en la campaña de Maduro fue intencional o fue un inexplicable e imperdonable descuido.- @humbertotweets

No hay comentarios.:

Publicar un comentario