domingo, 1 de abril de 2018

La MUD va a la deriva


La Mesa de la Unidad Democrática es una alianza electoral creada justamente para eso, para participar en procesos electorales. Esto parte de la premisa, hoy destrozada por la realidad, de que exista un ambiente con garantías políticas suficientes para que los ciudadanos se expresen libremente.
Lamentablemente, desde 1999 el régimen de Chávez tomó por asalto todo el sistema político y electoral para fabricar resultados a su conveniencia. Esta perversión se manifestó en muchas formas. El ventajismo, el uso de dineros públicos para las campañas oficiales, el papel de militares y bandas armadas para intimidar a los electores, la manipulación del registro electoral, la reubicación de centros de votación, etc.
Pero lo más grave de todo es que el régimen anuló cualquier institución del estado venezolano que podría intervenir para sancionar y corregir estas anomalías. Así el gobierno de chávez, y luego el de Maduro, controlaban todas y cada una de las instancias del proceso electoral en un fraude permanente que ha sido refrendado por la pseudo legalidad chavista desde el también fraudulento Tribunal Supremo de Justicia.
Sin duda que el régimen comenzó a actuar como una tiranía en contra de la voluntad popular desde el principio. Y también desde el comienzo la oposición electoral aceptó como normales unas desviaciones que nos han traído a la debacle del sistema político venezolano.
Con el argumento de que la única forma para salir de este régimen era la vía electoral se sacrificaron todos los otros métodos de lucha y la dirección opositora embarcó a todos los venezolanos en una lucha inútil y fútil que nos arrastraba de ningún lado a ninguna parte.
Aceptar formar parte del circo electoral del régimen chavista venía con el precio de legitimar un sistema que ha sido fraudulento desde el principio. Es el precio que decidió pagar la MUD. Invocando tesis metafísicas y voluntaristas la oposición electoral siempre ha dicho que si vota bastante gente se podría superar el fraude del régimen. Esto por supuesto significaba admitir la monstruosidad del fraude pero al mismo tiempo atemperarse con la falsa ilusión del cambio por la vía electoral. Y con esa narrativa nos han tenido durante diecinueve años.
Hoy la realidad revienta pestilente y viscosa en la propia cara de la MUD. Después de tanto estirar la arruga de la mentira hasta la misma oposición electoral tiene que admitir que efectivamente no hay forma de ganarle al régimen en las actuales condiciones de fraude, que son las mismas que ella aceptó desde 1999.
Aunque en el fondo la MUD abriga la esperanza de que el régimen en alguna negociación conceda las garantías para unas elecciones en las cuales sería decapitado. Por eso la MUD sigue insistiendo, ya ni siquiera pide, ahora ruega e implora al régimen para que en un gesto de sentido común piense en el país y acepte las condiciones de su muerte. Otra ilusión vana como aquella de la vía electoral.
La MUD y su forma débil y colaboracionista de hacer oposición al régimen han quedado completamente desbordadas en la actual coyuntura. Lo que se necesita es una alianza amplia para derrocar la dictadura y no una franquicia electoral para agenciar los intereses particulares de cada partido. En otras palabras, ante la ausencia total de una salida electoral y democrática el esquema de lucha basado en una alianza electoral para unas elecciones con musiquita y bailantas ha quedado superado.
Tan es así que la MUD ha tratado de sobrevivir esta nueva coyuntura llamando en forma oportunista a no participar en las elecciones fraudulentas del 20 de mayo y escondiéndose detrás de un sospechoso frente amplio para pedir mejores condiciones electorales al régimen, pero sin ningún resultado. La gente ya no cree en las consignas blandengues y oportunistas. La MUD está a la deriva, tratando de justificarse a sí misma, sin tesis ni propuestas. Mientras tanto el país está incendiado por la protesta social que reclama en forma urgente una nueva dirección política de la verdadera oposición para derrocar al régimen y no para negociar con él.- @humbertotweets

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