jueves, 30 de mayo de 2024

El chavismo se burla de los jubilados y pensionados

            En la Venezuela que se derrumba por la acción depredadora del chavismo los jubilados y pensionados y los adultos mayores en general son quizás el grupo social más vulnerable después de los recién nacidos. En estos 25 años el chavismo ha destruido la economía nacional y con ello el valor del bolívar como signo monetario. El resultado es una moneda ultra devaluada y una economía dolarizada de facto que deja por fuera a los jubilados y pensionados que carecen de los medios para sobrevivir a menos que tengan una familia que les ayude.

            El abandono de los venezolanos de la tercera edad es tan solo otra muestra de la descomposición moral y política de una sociedad que, en su degradación, ha quedado reducida a un trapiche que luego de sacarle el jugo de las venas a generaciones enteras ya no quiere saber de lo que considera un bagazo o desperdicio de hombres y mujeres inhabilitados para vivir por sus propios medios.

            No se puede excusar la responsabilidad de chavistas y falsos opositores para quienes los venezolanos de la tercera edad sólo representan la posibilidad de un uso instrumental para sus campañas de propaganda política. Pero sin lugar a dudas le corresponde al chavismo la mayor cuota de responsabilidad por tratarse del poder político realmente existente en Venezuela y quien define las políticas en la materia.

            Con la intención de venderse ante sus clientelas civiles y militares como un socialismo que dignifica la condición humana y que merece ser defendido el chavismo ha aprobado la llamada “Ley de Pensiones de la Seguridad Social frente al Bloqueo Imperialista”. Esto ocurre en el pleno desarrollo del fraude electoral del 2024 con el expreso propósito de crear un ambiente que contribuya a racionalizar porque Nicolás Maduro ganó el 28 de Julio en contra de todas las encuestas incluyendo las que se ordenan desde Miraflores.

            Y es que a los efectos que persigue el chavismo poco o nada importa que los venezolanos de la tercera edad acudan a votar y por quien lo hagan. Eso es irrelevante porque será en definitiva el CNE chavista quien ponga los votos y proclame los resultados. Aquí lo que está en juego es el desarrollo de una campaña mediática para vender a Maduro y el chavismo como solidarios y compasivos con un sector de la población por el cual muchos expresan simpatía pero muy pocos hacen algo para ayudarle.

            Así la mencionada Ley de Pensiones ya comunica en su título su burda pretensión propagandística al presentarse como un instrumento “frente al Bloqueo Imperialista”. Este no es más que otro intento descarado de decirle a los ancianos que si en Venezuela no existe un sistema efectivo de protección a los jubilados y pensionados no es porque los operadores del régimen chavista han saqueado el tesoro nacional o han desmantelado los recursos de la seguridad social sino más bien todo esto sería culpa de los imperialistas norteamericanos, enemigos del pueblo.

            La referida Ley en sí misma es un reconocimiento al fracaso del chavismo en esta área al decretar una “contribución especial” que deberá pagar el sector privado, no el sector público, a los jubilados y pensionados. Muchos se preguntan con toda justicia y donde están los recursos que al tenor de la actual Ley del IVSS están pagando las empresas y las industrias en Venezuela para contribuir con la seguridad social. Estos son dineros calculados sobre una base de contribución que oscila entre el 9% y el 11% del salario. En otras palabras el producto de la actual recaudación entro a un hueco negro de corrupción y ahora el chavismo aprueba una ley para sacar más dinero.

            Otra de las estafas a los jubilados y pensionados es que la base de cálculo que toma la Ley de marras es la idea absurda y arcana de “ingreso mínimo integra indexado” que ni siquiera aparece en la Constitución chavista de 1999. Esa Constitución es muy clara al establecer que la base de cálculo de los beneficios para los trabajadores será el salario, no el miserable robo que significa el “salario bonificado” creación del socialismo chavista-madurista.

            Pero como todo no es propaganda y retórica en el régimen chavista alguien vio en esta ley la oportunidad de seguir asaltando el erario público y hábilmente se dejó colar una disposición que obliga que los recursos recaudados, por vía de estas contribuciones especiales, vayan directamente al hueco negro del tesoro nacional y no al fondo que por ley administra el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales. No es que exista mayor diferencia si se roban los recursos del bolsillo izquierdo o del bolsillo derecho sino que pone de manifiesto la rapiña entre unos grupos y otros, todos unidos en el emprendimiento de raspar la olla.

            En un país donde el empleador número uno es el gobierno la Ley chavista de pensiones, que solo obliga al exiguo sector privado, probará en la práctica su inutilidad para otorgarle a los venezolanos de la tercera edad ingresos decentes y sostenibles. Como la mayoría de los problemas que padece Venezuela solo un cambio de régimen político, no de gobierno, podría corregir la afrenta y la burla continuada que el chavismo perpetra contra los jubilados y pensionados.- @humbertotweets

¿Cómo ve los Estados Unidos la actual coyuntura en Venezuela?

Lo que más sobresale en las difíciles relaciones entre los Estados Unidos y Venezuela en los últimos 25 años es precisamente la ausencia de una política por parte de la potencia del Norte hacia uno de sus vecinos más importantes.

            El Departamento de Estado Norteamericano ha tomado las más diversas medidas que van desde la prudente distensión a las sanciones económicas pasando por periodos de negociaciones. Pero estas medidas más de tipo coyuntural y ejecutadas en forma espasmódica carecen totalmente de un diseño de política de Estado pensada a largo plazo.

            Sin embargo, estas medidas a lo largo de estos 25 años han sido consistentes en reconocer siempre el papel de Venezuela como un suplidor confiable de petróleo para los Estados Unidos, a pesar de las militantes simpatías que públicamente expresa el gobierno venezolano hacia regímenes que se definen abiertamente como adversarios políticos y militares de los EEUU tales como China, Rusia e Irán.

            Esto contradice los ataques verbales que frecuentemente intercambian Washington y Caracas e incluso la aparente política de sancionar al gobierno venezolano para presionar por unas elecciones más competitivas.

            Los voceros del gobierno aseguran que Edmundo Gonzalez, el candidato presidencial de la PU/MUD es un “títere del imperialismo norteamericano”. Habría que examinar cómo el gobierno norteamericano “ayuda” a su candidato honrando su promesa de imponer más sanciones contra el gobierno de Nicolás Maduro si no permite unas elecciones competitivas.

            Pero lejos de cumplir con lo prometido los EEUU han emprendido un proceso de levantar todas las medidas contra el gobierno venezolano por la vía de otorgar excepciones a más de una decena de transnacionales para que puedan libremente continuar sus operaciones en Venezuela.

            El subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Brian A. Nichols ha dicho “...no voy a predecir qué medidas vamos a tomar sobre las elecciones del 28 de julio en Venezuela. Hay muchas políticas y estas siguen en curso…”.

            Ciertamente, parte de esas medidas en curso han sido el otorgamiento de licencias y excepciones a empresas transnacionales para que continúen explotando petróleo en Venezuela y otras para que inicien operaciones, tal como ha ocurrido recientemente con la British Petroleum y la empresa energética estatal de Trinidad y Tobago NGC cuyas autorizaciones tendrían vigencia hasta el 2025.

            Una cosa parece decir Nichols, con suficiente ambigüedad, que al mismo tiempo cubre lo que hace la OFAC evidenciando una absoluta coherencia detrás de una aparente contradicción. Un gobierno que concede licencias a empresas para operar en Venezuela hasta el año 2025 no parece tener interés en ayudar a su supuesto “candidato títere" y menos aún mostrar confianza en su victoria electoral el 28 de julio.  Definitivamente los cálculos de los EEUU apuntan a un mantenimiento del statu quo político en Venezuela.

            John Maisto entonces embajador de Venezuela, aludiendo a Hugo Chávez, decía en el año 2000 “...miren sus manos, no sus labios”. Se trata de una inveterada praxis en la Geopolítica mundial adoptada por el Departamento de Estado Norteamericano.  Más allá de lo que se dice, lo que cuenta es lo que se hace.- @humbertotweets

lunes, 27 de mayo de 2024

La elección del 28J está viciada y la oposición lo sabe

            En el 2021 la facción de la falsa oposición venezolana agrupada en la PU/MUD que hoy apoya a Edmundo Gonzalez justificó la necesidad de emprender una nueva ronda de negociaciones con el régimen chavista con el objeto de lograr condiciones y garantías electorales. Al menos esa fue la excusa que se dio para iniciar las negociaciones en México que luego naufragarían en los llamados Acuerdos de Barbados. Así quedó establecido en los puntos 1 y 2 de la Agenda del Memorándum de Entendimiento firmado entre la falsa oposición y el régimen chavista el 13 de agosto de 2021 enunciados como Derechos políticos para todos; y Garantías electorales para todos. Cronograma electoral para elecciones observables.

            Sin duda los partidos de la  PU/MUD que han participado y convalidado todos los procesos electorales celebrados desde 1999 saben perfectamente que con las condiciones electorales ofrecidas por el régimen es prácticamente imposible ganar una elección. Por eso a pesar de contar con la experiencia de 2015, tomada más como una rara excepción mas no la regla, uno de los puntos prioritarios en la negociación era precisamente el que buscaba un proceso electoral transparente y equilibrado.

            Esa petición es un reconocimiento a la realidad y esta no es otra que mientras el chavismo controle todas las instancias del proceso electoral no habrá forma de enfrentarlo y ganarle con votos.

            El esquema de fraude no ocurre solamente el día de las elecciones con las actividades de la mesa electoral y la transmisión electrónica de la data a la sala de totalizaciones. El fraude comienza con la designación de un Consejo Nacional Electoral totalmente parcializado con el régimen, la inhabilitación de partidos, candidatos y electores, la designación de miembros de mesa en sorteos de dudosa credibilidad, entre otras manipulaciones. Pero además forman parte del fraude los mecanismos pseudo legales que puede usar el chavismo para suspender la elección, posponerla y hasta anular “legalmente” sus resultados.

            Esta vez el régimen chavista ha mostrado por donde viene a la hora de perpetrar el fraude electoral de esta temporada. En forma por demás burda y descarada el chavismo está publicitando unas “encuestas” que ponen a Nicolás Maduro con ventajas de más de 20 puntos sobre Edmundo Gonzalez. En otras Gonzalez aparece de tercero por debajo de Antonio Ecarri.

            Igualmente en una suerte de persecución en caliente Diosdado Cabello asiste a concentraciones chavistas en los mismos sitios y los mismos días que María Corina Machado. Las diferencias entre unas y otras son abismales, siendo las de Machado masivas y entusiastas contrastando con las de Cabello más modestas y apagadas. Sin embargo, los chavistas siguen apegados fielmente a su guión “marcando” a los opositores. De esto se puede hacer un chiste, pero lo que no se puede pensar es que los chavistas lo hacen por descuido.

            Frente a la incertidumbre que rodea la elección del 28 de julio la falsa oposición PU/MUD parece haber archivado sus preocupaciones por la ausencia de condiciones y garantías electorales como una vez quedó plasmado en los documentos de las negociaciones en México. Hoy esa oposición parece admitir que sí habrá fraude pero rápidamente riposta si la gente sale a votar masivamente no habrá fraude que valga. Algo así como voto (masivo) mata fraude.

            Algunos epígonos de la falsa oposición como el exrector del CNE Vicente Díaz han saltado al ruedo y se atreven a asegurar que “...es imposible que el CNE manipule los resultados de las presidenciales”. Sin duda él aspira que con la autoridad profesional que le reviste su palabra sea tomada como definitiva y pulverice cualquier asomo de duda. Con la certeza que el exrector Díaz formula esa afirmación categórica lo único que quedaría es hacer campaña y confiar en el resultado que emitirán las cajas negras del CNE el 28 de Julio.

            Algunos opositores, que aún se debaten entre la ficción y la realidad, evitan cuidadosamente desmentir al exrector Vicente Diaz pero sugieren que para curarse en salud sería una buena idea tomarle una foto al comprobante del voto que emite la máquina para compararla con el acta electrónica también emitida por la máquina y los resultados de la sala de totalización publicados en la página del CNE.

            El aparato de fraude del chavismo tiene las capacidades para satisfacer ese cotejo de voto y actas en la mesa y aun así procurarse un resultado global que presente a su candidato Nicolás Maduro como el ganador de la noche. En realidad lo único que podría develar este nivel de fraude es que se realice una auditoria manual del 100% de las mesas en todo el país para descubrir las numerosas inconsistencias. Eso equivaldría a realizar nuevamente un escrutinio pero manual y lo más probable es que el CNE chavista lo niegue.

            Por lo que se puede apreciar el chavismo está resuelto a anunciar un resultado electoral el 28 de julio que aunque no se parezca a la realidad tenga algunos visos de verosimilitud por absurdos que sean. Allí cobra sentido las curiosas tácticas de presentar a Maduro como ganador en encuestas fantasmas o las movilizaciones de Diosdado persiguiendo a María Corina. A los efectos de justificar el escandaloso resultado el chavismo dirá que ellos también ganaron encuestas, llenaron calles y por eso fueron favorecidos con el voto.

            Nada de esto es nuevo para la falsa oposición electorera, porque si de algo saben ellos es de elecciones. 25 años de campañas electorales con el chavismo no pasan en vano. Por eso siempre que se han sentado a negociar con el régimen el primer punto en la agenda no son los presos políticos, sino precisamente las condiciones y las garantías electorales.

            Es un grave error que la oposición de la PU/MUD le dé un voto de confianza incondicional al CNE chavista y al viciado sistema electoral venezolano al modo como generosamente lo hace el exrector Vicente Díaz. O como lo hacen María Corina Machado y Edmundo Gonzalez diciendo que si la gente sale a votar masivamente el chavismo pierde. De manera que si se pierde no lo será por el tramposo sistema electoral chavista.

La consecuencia más probable de esta táctica equivocada es que el 28 de julio cuando se anuncien los increíbles resultados miles de venezolanos, que creyeron genuinamente en el voto, se desahogaran con ira y se encontraran sin esperanza, pero además sin una dirección política que resuelva la pregunta del momento ¿Y ahora qué hacer?.- @humbertotweets

jueves, 23 de mayo de 2024

Punto de quiebre y punto de no retorno

            El 8 de abril de 2019 el régimen chavista publicaba en la Gaceta Oficial el “Proyecto Nacional Simón Bolívar, Tercer Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2019-2025” mejor conocido como el Plan de la Patria. El documento hace un balance de la gestión chavista y proyecta lo que serían sus líneas maestras hacia el 2030 y más allá.

El valor de este libraco no supera las pretensiones de una pieza de propaganda y adoctrinamiento para las clientelas civiles y militares del chavismo. Se trata de un documento plagado de groseras mentiras sobre los logros de la revolución bolivariana y fantásticas promesas para un futuro socialista, como si el chavismo hubiese aterrizado en Venezuela hoy en la mañana.

Pero el referido documento tiene un valor extraordinario para comprender las previsiones que había hecho el chavismo en el 2019 sobre su permanencia en el poder y contrastarlas con la realidad, sobre todo con la actual coyuntura política y económica.

Lo primero que resalta en el Plan de la Patria 2019-2015 es la pretensión de irreversibilidad de la revolución bolivariana cruzando lo que operadores chavistas han definido como el punto de no retorno. Se trata de una aspiración de vieja data cuya pieza fundamental fue la imposición de la Constitución chavista de 1999 para sentar las bases de lo que sería el Estado Chavista en sustitución del Estado nacional venezolano.

Es evidente que estamos en la fase de un régimen político tiránico y autoritario que recurriendo a la violencia puede prescindir del apoyo popular. Este sistema político-jurídico-militar se articula para defender la oligarquía gobernante sin límites para la camarilla gobernante y sin garantías para el resto de los ciudadanos.

Sin embargo, en esa transición hacia la llamada sociedad socialista aún subsisten algunos trámites heredados del viejo régimen tales como las elecciones. En realidad, el chavismo no necesita someterse a elecciones cada cierto tiempo para seguir amarrado al poder. Ellos tienen todos los recursos y el poder para copiar el modelo electoral cubano que les resultaría más estable y expedito.

Si el chavismo todavía convoca a elecciones en Venezuela, aunque estas sean fraudulentas, es como una concesión o estímulo a sus propias clientelas que culturalmente se movilizan y responden a estos incentivos. Sin embargo, en el estado Mayor del régimen chavista parece existir consenso que hay un agotamiento en sus bases y estas podrían eventualmente dejar de cooperar como un reconocimiento a la dramática crisis que afecta a todos los venezolanos incluyéndolos a ellos mismos.

La idea era copiar el modelo político y electoral cubano de delegados escogidos por la cúpula del Partido Comunista que a su vez escogen a las autoridades del partido y estas a las del gobierno. Esto es lo que aún se esconde tras la fachada del llamado Estado comunal y sus estructuras territoriales, las comunas. Estas comunas serían nombradas por delegados elegidos por “el pueblo” y a ellas se les debería transferir competencias de los actuales órganos del poder público ejecutivo y legislativo a escala municipal, estadal y nacional.

Esto según las previsiones del chavismo ha debido completarse en los últimos 5 años, pero el balance es que el régimen se ha quedado a mitad de camino sin poder lograr sus objetivos. La oposición más dura e inclemente que ha tenido que enfrentar el chavismo no es precisamente la de la falsa oposición venezolana que en su momento postuló la tesis de meterse de frente en las elecciones de las comunas para disputarle el poder al chavismo en su terreno. La realidad ha sido la oposición más formidable y la encargada de pulverizar esta pretensión que sólo tiene vida en las cabezas de la oligarquía chavista.

El chavismo con sus bases agotadas y desmoralizadas no pudo fundar suficientes Consejos Comunales para cubrir territorialmente a toda Venezuela. A los 8000 que lograron crear no les pudieron transferir competencias propias de los poderes públicos por la corrupción, el caos y el desorden de su propio gobierno.

Asumiendo que el chavismo logra perpetrar su fraude electoral para el 28 de julio sus capacidades para este tipo de maniobra se verán cada vez más reducidas. Esto puede empujar al chavismo a tratar de imponer el modelo del Estado comunal a la fuerza en un intento desesperado por lograr la irreversibilidad de la revolución bolivariana.  El problema es que el debilitamiento también se percibe en su componente militar y tratando de alcanzar el punto de no retorno el chavismo se podría encontrar de golpe con el punto de quiebre de todo su régimen político.- @humbertotweets

La profecía autocumplida de la transición

            No se discute el deseo de millones de venezolanos en querer salir de la pesadilla que ha significado el chavismo en estos 25 años para Venezuela.

            A partir de esta definición se abren varios cursos de acción o inclusive de inacción.

            Independientemente de que nos decantemos por unos y no por otros lo que si definitivamente no llevará a ninguna parte es falsear la realidad para alentar nuestro deseo de cambio.

            Cualquier intento serio para sacar al chavismo del poder debe partir de un crudo reconocimiento de la realidad que se nos presenta. Sin adornos ni edulcorantes.

            En medio de la más absoluta ausencia de condiciones y garantías electorales quienes en forma entusiasta apoyan la candidatura de Edmundo Gonzalez aseguran que voto mata fraude.

            Lo que quieren decir es que una masiva, histórica y épica avalancha de votos puede, como realidad no como hipótesis, vencer cualquier tipo de fraude. ¿Es eso incluso posible?

            Con el mismo entusiasmo y desbordado optimismo, tomando como un irreversible hecho cumplido el triunfo el 28 de julio, quienes aúpan a Gonzalez ya comenzaron a hablar y hacer planes para una transición que tardaría 6 largos meses y se concretaría en Enero del 2025.

            El gobierno de Nicolás Maduro con todos los hilos del poder institucional en sus manos no ha mostrado ningún interés en ceder el poder.

            Una transición de régimen político como las que se han conocido hasta ahora y como la que se pretende en Venezuela requiere un mínimo de acuerdo y coordinación entre quienes entregan y quienes asumen el poder. Sin eso estaríamos frente a otra cosa.

            Alguien en el equipo de Edmundo Gonzalez se percató que una transición no se puede hacer con la voluntad exclusiva de una sola de las partes. Quizás por ello ahora acompañan el discurso de la transición con promesas efusivas de perdón y justicia transicional para los miembros del gobierno.

            El tono de la oferta es más el de un incentivo que el de una certeza. En otras palabras, sería la oferta anticipada de perdón la que contendría toda la potencia para animar a miembros del actual gobierno a ceder el poder y embarcarse en un proceso de transición.

            Pero ¿Es eso suficiente?

            El discurso de la transición antes del 28 de julio se parece más a una profecía autocumplida para animar el optimismo de sus proponentes que una oferta aceptable por quienes hoy detentan el poder político en Venezuela.

            Como toda promesa falsa, la de la transición también parte de supuestos falsos porque no es cierto que exista la disposición por parte de personeros del actual gobierno para entregar el poder.

Las profecías autocumplidas y otras estratagemas similares están diseñadas para promover un falso optimismo que luego es irreversiblemente destrozado por la realidad.

El juego político en Venezuela seguirá siendo brutalmente inequitativo mientras el chavismo se beneficie de los errores que le obsequia cierta “oposición”.- @humbertotweets

lunes, 20 de mayo de 2024

Las burbujas del chavismo y de la falsa oposición

            Es fascinante ver cómo los operadores del régimen chavista y los de la falsa oposición han creado sus propias burbujas mediáticas para dominar la agenda política pero ambos bandos han terminado creyéndose sus propias elaboraciones enajenados completamente de la realidad.

El régimen chavista parece estar más consciente de los peligros a los cuales está expuesto en términos de conspiraciones internas y ciertas presiones internacionales con mayor impacto en el aparato económico. Para los operadores chavistas no es ningún secreto que de convocar unas elecciones más o menos serias Nicolás Maduro no lograría el medio millón de votos.

Pero la certeza de saberse con el control del aparato político-jurídico-militar les permite alardear de su voluntad de someterse a unas elecciones cuyos resultados ya muy probablemente han sido decididos. Aunque estos resultados sean falsos esto tiene sin cuidado al chavismo convencido que su permanencia en el poder no se decide con votos sino con el poder de las armas.

Entonces el rechazo popular y el desprecio que muestran la mayoría de los venezolanos hacia Nicolás Maduro es una variable ya incorporada al análisis y al mismo tiempo relegada por su irrelevancia en el proceso. El problema del chavismo con la realidad comienza cuando persiste en subestimar el descontento y el rechazo que tiene Maduro en el seno de sus clientelas civiles y militares.

Y esto es grave porque el masivo fraude electoral que intenta perpetrar el chavismo el próximo 28 de Julio no solo requiere de operadores civiles que articulen la trampa electrónica sino además de militares dispuestos a defender con las armas un resultado que no se parece a la realidad, una realidad que ellos mismos padecen.

Ignorando esto y apostando a que los operadores obedecerán con la eficiencia de siempre el chavismo ha decidido refugiarse en la frágil burbuja de creer que puede prescindir del apoyo de la mayoría de los venezolanos mientras cuente con la lealtad de su minúsculo grupo fiel y amaestrado, sobre todo en su sector militar.

Es un peligroso razonamiento que les ha funcionado hasta ahora pero que podría reventar al chocar con la realidad, no porque existan elementos dispuestos a abrirse para buscar un retorno a la democracia sino más bien porque la vida bajo el régimen chavista es materialmente insostenible, para todos. Incluyendo para los militares chavistas. Por eso la semana pasada nos preguntamos en estas mismas páginas hasta dónde estarán dispuestos a llegar los mal pagados militares chavistas o si aún tienen tráquea para tragar y estómago para aguantar lo peor de la crisis, que es lo que viene.

            Por su parte, la falsa oposición electorera, desde su burbuja, está convencida que habrá unas elecciones que el chavismo perderá y como consecuencia reconocerá su derrota para entrar en modo de transición. El fundamentalismo electoral ha arrastrado a la falsa oposición a una estrategia fallida donde todos sus posibles desarrollos dependen precisamente de su adversario, el chavismo.

            Siendo consecuentes con esa tesis ilusa y romántica de la salida electoral del chavismo la falsa oposición no podría hacer otra cosa que apostar, esperar y rogar a Dios que el régimen chavista admita su derrota electoral y pacíficamente entregue el poder según lo pauta su propia constitución. Sobre esa base han elaborado un discurso que habla de una transición como si el régimen chavista estuviese dispuesto a negociar su propia decapitación. Lo más grave de esta ilusión es pensar que el chavismo va a llegar al 28 para anunciar y aceptar su derrota. Hay quienes, como María Corina Machado, Edmundo Gonzalez y su mentor Ramón Guillermo Aveledo, están ingenuamente convencidos de que así será.

            El fantástico e iluso discurso de la transición seguramente busca animar a los escépticos venezolanos que esta vez, aunque sea la última, si vale la pena salir a votar. Los epígonos de la falsa oposición pronto se dieron cuenta de cierta incongruencia en su tesis pues no se puede hablar de transición si quienes detentan el poder político realmente existente en Venezuela no están dispuestos a negociar su salida. Esto ha provocado a modo de improvisado remiendo olas de verborrea ofreciéndole al chavismo amnistía, perdón, justicia transicional, etc.

            Es una operación audaz y torpe porque sin lograr provocar el cisma necesario en el chavismo, sobre todo en su sector militar, al mismo tiempo desdibuja el mensaje de la falsa oposición que entra en abierta contradicción con cientos de miles de venezolanos que esperan justicia por los crímenes cometidos en la era chavista.

            Tal como hemos explicado varias veces, existe evidencia que el régimen chavista podría estar atravesando su momento más vulnerable. Pero no por la amenaza de unas elecciones, que podrían ser suspendidas en cualquier momento, sino por el inevitable desgaste de una organización militar que sería vapuleada en su primera escaramuza internacional de ser usada como mascarón de proa en la confrontación territorial con Guyana.-  @humbertotweets

jueves, 16 de mayo de 2024

Las “travesuras” de los nuevos amigos de María Corina

            María Corina Machado sigue recibiendo generosos baños de popularidad por toda Venezuela haciendo campaña por Edmundo Gonzalez en unas elecciones que si no se las roba el régimen chavista podrían igualmente ser suspendidas.  Se dice que el candidato Gonzalez no necesita hacer campaña porque María Corina es el huracán electoral por lo que su tiempo se dedica a conceder entrevistas a medios nacionales e internacionales.

            También se dice que por razones estratégicas no conviene que los más conspicuos representantes de la PU/MUD aparezcan al lado de María Corina o Edmundo para no “rayar” la campaña. En teoría los operadores de los partidos de la falsa oposición deberían estar dedicados a “aceitar” sus maquinarias para defender los votos el día del fraude electoral asumiendo que su atención no será desviada por las pequeñas peleas parroquiales sobre quien le organiza las giras a María Corina o incluso quien le lleva la taza de café.

            Todo parece una extraña dinámica impulsada por los nuevos amigos políticos de María Corina, quienes ayer la adversaron y hoy lucen como los dueños y absolutos beneficiarios de un movimiento popular que precisamente insurgió contra ellos. El abrazo de María Corina Machado con Fredy Superlano, emblemático representante de Voluntad Popular y de la corrupción del Interinato de Juan Guaidó, tuvo un efecto simbólico dramático al blanquear y lavar todos los pecados de la corrupción de la falsa oposición con el pretexto de buscar la unidad. Luego vendría el apoyo incondicional a Gerardo Blyde y la adopción de la agenda y táctica electoral de la MUD al extremo de bendecir a su candidato Edmundo Gonzalez.

            Es inevitable preguntarse si para derrotar al chavismo hay que aliarse con el diablo. O quizás la pregunta debería ser ?era realmente necesario entregarse incondicionalmente a la falsa oposición para buscar una unidad que permita derrotar al chavismo? María Corina Machado así lo ha creído y en esta nueva y decisiva etapa de su vida ha resuelto hacerse acompañar de nuevos amigos y aliados. Ya no son los ilusos y quijotescos Víctor Maldonado y Miguel Fontan sino más bien los pragmáticos y experimentados Fredy Superlano y Gerardo Blyde entre otros los nuevos amigos de María Corina.

            Pero estos nuevos apoyos y acompañamientos que hoy tiene María Corina Machado de los operadores de la falsa oposición no son gratuitos y vienen cargados de incorregibles vicios y malas prácticas que ella jurado combatir. Uno de estos emprendimientos delincuenciales es el que sigue usando la falsa oposición venezolana  de la PU/MUD desde la llamada Asamblea Nacional del 2015 y su engendro inmediatamente anterior conocido como el hamponato interino de Juan Guaidó.

            Del saqueo perpetrado por el gobierno interino de Guaidó sin rendición de cuentas y con el apoyo de la fracción parlamentaria de María Corina Machado ya se ha escrito y documentado suficiente, aunque las responsabilidades criminales y políticas sigan pendientes. La orgia de corrupción que nada tiene que envidiarle al chavismo continúa desde la Asamblea Nacional del 2015 instancia que para algunos efectos es reconocida legalmente por los Estados Unidos y otros países.

            Este reconocimiento le ha otorgado una amplia licencia para el crimen a estos operadores cuyos asociados ofrecen sus servicios como gestores ante gobiernos y estados para aliviar sanciones y avalar operaciones que involucran los activos que Venezuela tiene congelados en el exterior.

            Uno de estos activos, quizás la presa más codiciada por estos depredadores, es la empresa CITGO que sería vendida en julio de este año para liquidar deudas con sus acreedores. Mientras María Corina Machado recorre vigorosamente todo el país sus nuevos amigos siguen haciendo travesuras, no sabemos si a sus espaldas o con su enigmática y críptica aprobación.

            Según pudimos conocer por la periodista Patricia Poleo los trabajadores de PDVSA despedidos por Chávez en el 2002 y ahora los ex empleados de la aniquilada  Alcaldía del Municipio Libertador en Caracas han emprendido acciones legales para que antes de que se liquide o se venda CITGO se usen sus activos para honrar las deudas con estos trabajadores. Se trata de un reclamo justo, pertinente y viable a la luz de cualquier derecho positivo incluso el del país donde se venderá la empresa petrolera.

            Los ex trabajadores de PDVSA y los ex empleados de la Alcaldía del municipio Libertador han tratado infructuosamente de reunirse con los representantes de la Asamblea Nacional del 2015 para recibir un aval a su reclamo. En forma sistemática los operadores de la falsa oposición que controlan la AN 2015 se han negado siquiera a escuchar los reclamos de estos trabajadores. Curiosa solidaridad entre opositores.

            Según informó la periodista Poleo la Asamblea Nacional del 2015 estaría involucrada en una operación para “quemar” tiempo y evitar pronunciarse en favor de los trabajadores para beneficiar a los futuros compradores de CITGO quienes comprarían la empresa libre de pasivos laborales. Este es el tipo de gestiones por las cuales operadores de la falsa oposición en el pasado han sido implicados en el cobro de comisiones. Poleo concretamente menciona a Horacio Medina presidente de CITGO, Dignora Figuera presidenta de la Asamblea Nacional 2015, y a los operadores políticos Leopoldo López y Yon Goicoechea quienes se habrían reunido en Europa para articular la operación.

            Las “travesuras” de los nuevos amigos y aliados políticos de María Corina Machado cuantitativamente podrían parecer una nimiedad si se les compara con el brutal y masivo saqueo al tesoro nacional perpetrado por el chavismo en estos 25 años. Pero en el fondo revelan que la cultura chavista de la corrupción y el saqueo es aún tan potente que hasta la propia María Corina, por las razones que sean, tiene que convivir con ella.- @humbertotweets

25 años de optimismo

            Tanto en la política como en nuestra cotidianidad nos debatimos entre sentimientos de optimismo y pesimismo.

  El optimismo lleva a pensar que todo va a salir tal como como esperamos, en forma óptima e ideal.

Por el contrario, el pesimismo asume que la situación es difícil, casi imposible de cambiar.

La esperanza de que todo será como queremos conduce fácilmente al voluntarismo porque a fin de cuentas todo saldrá bien.

La resignación frente a la adversidad por su parte paraliza e inmoviliza porque ya todo está perdido.

            Para la política, y en general para la vida ordinaria, el optimismo y el pesimismo son potentes psicologismos que nos alejan de la realidad y generalmente pueden contribuir a resultados indeseados.

            Esta disquisición es totalmente pertinente en Venezuela donde ya contamos 25 años tratando de salir de la era chavista, sin lograrlo aún.

            Quienes se presentan como una presunta oposición al chavismo parecen haber hecho del ciego optimismo su única tabla de salvación, quizás por aquello de que la esperanza es lo último que se pierde.

            Pero este optimismo irreflexivo e incondicional vive de saltos espasmódicos, de una elección a otra, y de esta a la siguiente. 

            El reciclaje de promesas y esperanzas de cambio es frenético y no admite espacio para debatir y hacer un balance de lo que se ha logrado. Es lo menos que se podría hacer después de 25 años.

            El exagerado y abusivo pesimismo parece siempre empujar en hacer y hacer sin “perder tiempo” en pensar lo que se hace.

            La alternativa frente a la perniciosa toxicidad del optimismo no es el pesimismo que lleva a la entrega y la resignación a un destino que supuestamente ya habría sido determinado.

            Frente al optimismo y al pesimismo que operan como dos caras de una misma falsa moneda solo hay espacio para el realismo, en este caso para el realismo político uno que tome como punto de partida la realidad concreta que materialmente se nos presenta y no nuestras propias concepciones mentales, optimistas o pesimistas.

            El fracaso de la llamada dirigencia opositora en entenderlo y su encasillamiento en la falsa dicotomía optimismo-pesimismo como única forma de entender la política produce consecuencias.

            Ya más de 8 millones de venezolanos se plantearon la misma cuestión y ya hoy no están en Venezuela.

            ¿Cuántos más estarán cansados de estos 25 años de optimismo?.- @humbertotweets

lunes, 13 de mayo de 2024

¿Militares mal pagados defenderán el fraude electoral del 28 de julio?

            El régimen chavista se burla de los trabajadores venezolanos y de sus propias clientelas que aún creen en la mentira “socialista” de la falsa revolución bolivariana de Hugo Chávez. Herederos de una concepción atávica de la economía política el chavismo impuso en la Constitución chavista de 1999 la revolucionaria medida de ajustar el salario de los trabajadores venezolanos cada año.

            Según el referido artículo 91 de esa Constitución el salario mínimo de los trabajadores debe ser ajustado para satisfacer los gastos de la cesta básica de bienes y servicios. En una economía inflacionaria y controlada por el Estado la expectativa no era otra que procurar un aumento del salario mínimo para cubrir los inevitables aumentos de precios cada año. Seguramente los flamantes miembros de esa Constituyente pensaron que el Estado con su barril sin fondo petrolero jamás tendría dificultades en pagar esos ajustes anuales para los empleados del sector público y los del sector privado tendrían que arreglárselas con sus patronos burgueses.

            Los años siguientes le demostrarían al chavismo las dimensiones de su ignorancia,  razón por la cual desde tiempos de Hugo Chávez el método preferido del gobierno para los ajustes salariales es el de decretar y aumentar bonos que estructural y legalmente NO forman parte del salario en una abierta violación a la Constitución chavista de 1999, que teóricamente le da soporte legal al régimen.

            El fraude a los trabajadores del sector público consiste en aumentar los ingresos por vía de bonos que no son parte integral del salario y que por consiguiente no pueden ser usados como base de cálculo para las prestaciones sociales. Sobra remarcar que el artículo 91 de la mentada Constitución habla claramente de un ajuste del salario mínimo, no de bonos.

            El 1ro de mayo de este año Nicolás Maduro insiste en repetir la estafa continuada a los trabajadores venezolanos. En lugar de decretar un aumento del salario mínimo para cubrir el costo de la cesta básica, tal como lo establece la Constitución chavista que el juró cumplir, Maduro anunció un extraño aumento del ingreso mínimo integral. ¿Qué es el ingreso mínimo integral? Nadie lo sabe, ni siquiera los economistas del régimen. El ingreso mínimo integral parece un tramposo juego de palabras para sorprender incautos y hacerles creer que se trata del mismo “salario mínimo vital” del que si habla la Constitución chavista del 99.

            Este aumento, que no es del salario, consiste en 130 dólares repartidos entre 90 dólares por concepto del bono de guerra (que más bien deberían llamar cryptobono) y 40 dólares por la miserable cesta ticket. Estos 130 dólares de bonos se vendrían a sumar a los otros 130 del actual salario mínimo para un total de 260…! Pero, un momento…El salario mínimo actual es de 130 bolívares, no dólares, que al cambio actual equivale a 3.5 dólares para un total de 133.5 dólares que recibirán los trabajadores del sector público. Pequeño olvido que han tenido los palangristas del régimen a la hora de alabar el aumento decretado por Nicolás Maduro como una generosa concesión del régimen a los trabajadores. 

            El Estado chavista insiste en que no puede dar más dinero a los trabajadores por culpa de las sanciones económicas impuestas por los Estados Unidos y otros países. Pero luego de constatar el saqueo al tesoro nacional y el desmantelamiento de las finanzas de PDVSA,  donde el episodio de las criptomonedas es tan solo una pequeña muestra, son muy pocos los trabajadores que se creen esa versión, acaso algunos miembros de las clientelas chavistas que se niegan a ver la realidad.

            ¿Y como quedan los militares de las fuerzas armadas chavistas en todo esto? La situación de los militares se parece mucho a la de los trabajadores del sector público y la del resto de los venezolanos que están en modo de supervivencia. Según las tablas de salarios que maneja el Ministerio de la Defensa un General gana 40 dólares mensuales, un Coronel 34 dólares y un Sargento 24 dólares. Oficiales subalternos y tropa profesional tienen que conformarse con 5 y 3 dólares. El costo de la cesta básica de bienes y servicios para una familia de 4 personas ha sido estimado por algunas ONG en aproximadamente 600 dólares. ¿Cómo pueden vivir decentemente estos militares y sus familias con estos sueldos?

            La respuesta es que tienen que ingeniárselas para vivir aunque no sea muy decentemente. En momentos en que el termómetro del descontento sube en el sector militar Nicolás Maduro, a su propia discreción, decreta algún bono especial para apaciguar los ánimos, aunque, como ya hemos explicado, estos bonos no forman parte del salario y no son usados para calcular las prestaciones de un militar que luego de servirle al régimen se podría jubilar con 100 o 200 dólares mensuales dependiendo de su rango.

            Esto es lo que ha motivado el saqueo pasivo e incesante de las instalaciones militares de cualquier bien que retenga su valor tales como armas, municiones, repuesto, etc. que luego son vendidos en el mercado negro para redondearse los ingresos. Esto también explica las deserciones masivas de efectivos militares que no ven ningún futuro en esa institución. La respuesta del Alto mando Militar y del General Vladimir Padrino López ha sido incentivar a los oficiales a que se conviertan en “emprendedores” y abran sus propias empresas. Pero en una economía completamente destrozada como la venezolana muy pocos emprendimientos de tipo legal podrían ser sostenibles en el tiempo por un oficial militar.

            Muchos oficiales han interpretado esta directriz como una luz verde para cobrar comisiones y extorsionar a comerciantes y ganaderos. Otros más sofisticados y con mayor rango podrán controlar rutas de grupos guerrilleros y paramilitares y hasta emprender complejas operaciones de narcolavado. Estas prácticas son toleradas y alentadas para mantener cierto control sobre la estructura de la pirámide militar.

            Sin embargo, como no todos tienen acceso a estas oportunidades de emprendimiento hay extensos segmentos y capas de oficiales en las fuerzas armadas chavistas que no ocultan su descontento al tener que conformarse con ingresos entre 5 y 10 dólares.

            Este asunto es del mayor interés por cuanto el régimen chavista que preside Nicolás Maduro sigue en el poder contra la voluntad del 80% de los venezolanos que le rechaza, gracias precisamente al, hasta ahora sólido, soporte de su componente militar. Pero esas fuerzas armadas son sus oficiales y soldados. Estos militares mal pagados son piezas esenciales en el fraude electoral masivo que intenta perpetrar el chavismo el 28 de julio. Sin su total subordinación y obediencia el fraude podría quedar a mitad de camino con sus dramáticas y letales consecuencias para el régimen.- @humbertotweets

jueves, 9 de mayo de 2024

¿Podrá el voluntarismo derrotar el fraude electoral chavista?

            La lucha visceral que se libra en Venezuela no es solo para tratar de sacar al chavismo del poder sino también para reconciliar la ilusión con la realidad. ¿Cómo se puede explicar que el régimen chavista siga en el poder con el rechazo palpable de más del 80% de la población? ¿Es acaso posible derrotar al chavismo respetando sus tramposas reglas? Veamos.

            El chavismo se ha mantenido en el poder en Venezuela en estos 25 años no precisamente por contar con apoyo popular sino más bien por haber logrado destruir al Estado nacional venezolano y sustituirlo por el Estado chavista. El Estado chavista se dota a sí mismo de una pseudo legalidad que “legalmente” le permite cambiar a discreción las reglas del juego electoral e inhabilitar los derechos políticos de los venezolanos, sin que exista posibilidad alguna de apelación porque no hay separación de poderes.

            A esta “legalidad” se suma el uso de la violencia a través de las fuerzas armadas chavistas que actúan impunemente como el brazo armado de la camarilla gobernante.

            Hace dos años la falsa oposición agrupada en la PU/MUD emprendió un proceso de negociaciones con el chavismo con el objetivo de lograr condiciones y garantías para participar en unas elecciones competitivas.  El tiempo pasó y aun cuando los Acuerdos de Barbados registraron el deseo aparente de ambas partes en buscar unas elecciones transparentes en la práctica el régimen chavista muy pronto se desmarcaría de cualquier compromiso hasta el punto de declarar sin efecto dicho Acuerdo alegando un supuesto incumplimiento por parte de los Estados Unidos.

            Lo cierto es que el chavismo logró todo lo que quería: liberación de narcosobrinos, entrega del “diplomático” Alex Saab y levantamiento de sanciones por parte de los Estados Unidos con una prórroga de 45 días. 

            Por su parte la falsa oposición PU/MUD abandonó todo esfuerzo por lograr aunque sea un cumplimiento parcial de los Acuerdos por parte del régimen chavista y se embarcó en una improvisada campaña electoral. La improvisación es lo único que queda para enfrentar un clima de total incertidumbre e inestabilidad en cuanto a las reglas de juego que regularían las elecciones del 28 de julio, pero estas son las condiciones desventajosas y leoninas que la falsa oposición parece haber aceptado en la práctica.

            Esta estrategia de la PU/MUD responde a la tesis según la cual “voto mata fraude”. Según esta concepción una alta votación potenciada por la extraordinaria popularidad de María Corina Machado apoyando al candidato Edmundo Gonzalez en un país ansioso por salir del chavismo debería producir una avalancha de votos suficiente para vencer el fraude electoral chavista. Las magníficas movilizaciones que ha logrado María Corina Machado han prácticamente blindado esta tesis en la psiquis de estos opositores.

            El problema con esta tesis es que implícitamente le da un incondicional voto de confianza al sistema electoral chavista que está plagado de graves irregularidades donde el robo de votos es tan solo una de las múltiples instancias del sistema fraudulento, pero no es la única. Allí habría que incluir la inhabilitación de candidatos en cualquier etapa del proceso, la inhabilitación de electores (más de 10 millones de potenciales electores opositores no podrán votar porque no fueron debidamente incorporados al registro electoral),  las reubicaciones arbitrarias, el uso de recursos y bienes del Estado, la programación de máquinas de votación cuyos resultados son inauditables, la transmisión electrónica de la data de las máquinas a la sala de totalización, la conformación de mesas electorales con militantes del PSUV, etc.

Al aceptar participar en las peores condiciones posibles tanto María Corina Machado como Edmundo Gonzalez y la PU/MUD le están dando un claro voto de confianza al sistema electoral fraudulento y con muy poca convicción podrían declarar que hubo fraude cuando fueron debidamente advertidos. La cantidad de electores aglomerados en los Centros de Votación servirá para adornar las fotos de ese día y legitimar cualquiera sea el resultado que anuncie Elvis Amoroso.

Para tratar de salvar algo de su muy maltratada coherencia a la falsa oposición de la PU/MUD no le quedará otra salida que echarle la culpa de la derrota a la abstención y la división de la oposición, justificando así la responsabilidad del sistema electoral chavista.

La confrontación entre deseo y realidad es brutal. Quienes apuestan por la salida electoral están convencidos que los votos serán contados en favor de Edmundo Gonzalez, que el chavismo aceptará la derrota y cederá el poder en una transición. Pero la realidad es que materialmente el chavismo tiene los mecanismos para proclamar e imponer por la fuerza un resultado distinto. Tampoco se podrá invocar la tesis de acudir a votar aunque se roben las elecciones para dejar sentado un precedente ante el mundo porque estos 25 años están repletos de precedentes electorales.

El voluntarismo es una de las más perniciosas taras que ha caracterizado a la falsa oposición venezolana desde 1999. Y estamos a tan solo unas semanas para volver a comprobarlo.- @humbertotweets

¿Analistas, justificadores o profetas?

            En el contexto político venezolano es imposible abstenerse de tomar partido y de fijar una posición. Además las reflexiones se hacen desde coordenadas específicas, no desde una neutralidad metafísica.

            Pero aun tomando todo esto en cuenta el oficio del analista político debería contribuir a explicar la realidad, no a obscurecerla.

            Cuando un analista político sujeta el resultado de su trabajo a una agenda partidista no está haciendo análisis, sino propaganda.

            Otra tendencia que se observa es la de “analistas” que asumen el rol de profetas para tratar de predecir el futuro. Aunque el intento puede resultar entretenido en muy poco ayuda al análisis tratar de adivinar el futuro.

            No negamos el inmenso valor de las llamadas ciencias predictivas tales como la estadística, pero crear escenarios arbitrariamente para tratar de “pegar” uno es otra cosa, no análisis.

            Creemos que en un ambiente ultra polarizado como el de Venezuela una persona con definidas convicciones y compromisos partidistas podría hacer un buen análisis político en la medida que siga un método, cualquiera que este sea, y que nos ayude a entender la realidad.

            Un análisis político debería por lo menos caracterizar con rigor los bloques políticos y sociales enfrentados, identificar qué intereses representan y valorar la correlación de fuerzas en un momento determinado.

            Por supuesto, hay muchos otros elementos que se pueden incorporar en la medida en que contribuyan a una mejor comprensión de la realidad tales como las dinámicas que operan entre las diferentes capas y ramas de la sociedad política (capas conjuntiva, basal y cortical; y ramas operativa, estructurativa y determinativa, según Gustavo Bueno).

            Un análisis político que pretenda cumplir esa función explicativa no puede ser simplemente una opinión especulativa inspirada por deseos o inclinaciones personales.

            Un análisis de este calibre debe aspirar a desagregar la situación estudiada en sus más pequeñas morfologías para luego reorganizarlas y presentar un conjunto de ideas que permitan comprender esa coyuntura siguiendo un método.

            Muchas veces la desesperación por salir de una crisis que parece no terminar lleva a elevar las expectativas por aquellas propuestas que nos ayuden a cambiar y salir adelante. Por eso escuchamos la recurrente pregunta en redes sociales: ¿Y tú que propones?

Pero acaso más importante que una propuesta sea el emprender una tarea preliminar para analizar la situación en que estamos metidos y tratar de comprender esa realidad.

Más que justificadores o profetas necesitamos más y mejores analistas políticos que nos ayuden a ganar perspectiva y a entender dónde estamos y a quien nos enfrentamos como sociedad.

Entender quizás sea mucho más importante que otras cosas.- @humbertotweets

lunes, 6 de mayo de 2024

Solo la ruptura puede llevar a una transición

            En los últimos días los operadores mediáticos de la falsa oposición han desplegado una nueva táctica para alabar las bondades del voto en tiranía, aunque no existan condiciones ni garantías electorales. Esta vez argumentan que la mayoría de las transiciones políticas que se han estudiado en el mundo son el resultado del voto expresado en un proceso electoral.

            De acuerdo a este razonamiento en un momento determinado el régimen tiránico decide convocar a los ciudadanos para tratar de legitimarse y a través de esa pequeña ventana de participación una mayoría se expresa en contra de la cúpula gobernante obligándola a entregar el poder. Para apoyar este argumento se citan los casos de Chile y Venezuela como ejemplos de la efectividad del voto aun en las condiciones más extremas impuestas por el régimen.

            El argumento es tan sencillo como simplista pues falla en reconocer contradicciones y reacomodos entre las facciones de la coalición gobernante como las verdaderas causas que fracturaron a esos regímenes y que solo luego de varios procesos de ruptura interna podían conducir a una transición política.

            Una vez que se alteran los equilibrios internos y se produce la fractura del régimen se intensifica la lucha por el control del poder entre las diferentes facciones y dependiendo de quién se imponga el proceso puede tomar un rumbo u otro, bien sea continuar la tiranía bajo una nueva jefatura o construir una nueva coalición con la participación de otras fuerzas para cambiar el modelo político, muy probablemente a uno de tipo democrático occidental.

            En Venezuela últimamente se ha dicho que un triunfo del candidato Edmundo Gonzalez llevaría inevitablemente a una transición política. Esto así planteado quedaría reducido a la hipótesis de que el régimen chavista ha aceptado convocar unas elecciones, para aceptar su derrota y consiguientemente entregar el poder.

            Habría que evaluar si la convocatoria a las elecciones del 28 de julio obedece a la pugna de facciones internas de un régimen que está fracturado y donde una de ellas obliga a las otras a contarse electoralmente  para entregar el poder. O si por el contrario la farsa electoral es un intento del régimen de revestirse de legitimidad, no ante el pueblo o la comunidad internacional, sino ante sus propios componentes militares para racionalizar su apoyo al Estado chavista.

            Es cierto que dentro del régimen chavista hay luchas, pugnas y rivalidades pero no estamos de acuerdo con quienes ven en esos enfrentamientos fracturas internas o resquebrajamientos orgánicos, al menos no en este momento. Por el contrario lo que se puede ver es que la facción del régimen que dirigen Nicolás Maduro, los hermanos Rodríguez y Vladimir Padrino López es la que se ha impuesto sobre todas las demás y es la que ejerce el poder realmente existente en Venezuela.

            Es una irresponsable ingenuidad sugerir que la facción hoy hegemónica dentro del régimen chavista está convocando a la farsa electoral del 28 de julio para entregar el poder. Si no hay una perspectiva cierta y garantizada que asegure la puesta en escena del 28 de julio la otra opción más probable que tiene esa facción es suspender la mascarada electoral porque no cumpliría el propósito para el cual ha sido diseñada.

            Es delirante la visión que tienen los operadores de la falsa oposición que aún sueñan con ganarle con votos a Nicolás Maduro en un sistema totalmente fraudulento y luego esperar a que el chavismo mansamente les ceda el poder. Eso no va a ocurrir porque la facción dominante del régimen que encabeza Maduro no está dispuesta a entregar el poder en forma pacífica. Y ello sólo podría ocurrir si dentro del régimen una fuerza superior, material no espiritual, los confronta, los derrota y se impone obligando a una verdadera negociación y entonces sí abriendo paso a una transición política.- @humbertotweets

jueves, 2 de mayo de 2024

La verdadera cara de un régimen que no sale con votos

            La ilusión electoral, que flota en el aire como transparente y frágil pompa de jabón, de vez en cuando se encuentra con la punzante e hiriente realidad que revienta la burbuja, nos baja de la nube bruscamente y nos pone con los pies en la tierra.

            En una Venezuela deprimida y depauperada en lo material y emocional la popularidad de María Corina Machado es el mejor vehículo para reivindicar a un liderazgo corrupto y anquilosado como el de la MUD y además, lo más importante, renovar la fe en el voto bajo las condiciones chavistas como el método idóneo para salir del régimen. La corrupción del interinato de Juan Guaidó ha quedado perdonada y justificada con el abrazo de María Corina a Fredy Superlano en aras de la “causa democrática".

Y el articulado e impecable discurso de Machado en contra del voto en tiranía, que fue la causa histórica de su vertiginosa popularidad, ha sido dejado a un lado para asumir una nueva postura que justifica votar en las peores condiciones que se hayan visto en estos 25 años. 

Acompañada por un ejército de operadores mediáticos, beneficiarios del fracasado Interinato que hasta ayer la despreciaban y la ridiculizaban, María Corina Machado es presentada hoy como la nueva mesías capaz de domar la más testaruda realidad y hasta cambiar el curso de los ríos. Con esa nueva aura y encarnando su nuevo rol mesiánico María Corina apela por un hábil slogan para inyectar optimismo a una sociedad que lejos de ser pesimista lucha por ser realista y no perecer en el intento. La promesa de María Corina es “llegar hasta el final”, esto es hasta los confines donde sus predecesores no pudieron o no quisieron llegar.

La promesa es seductora y ha cautivado a no pocos con el auxilio de una formidable campaña de medios en redes sociales que sin rubor presenta el intento como una épica segunda venida de Jesús a la tierra. La ilusión electoral es un fuerte narcótico que aliena a la sociedad de su propia realidad. El carnaval de ilusiones ha banalizado la lucha política hasta el punto de intentar hacernos creer que la transición está a la vuelta de la esquina, donde encontraremos a un régimen dispuesto a entregar el poder luego de admitir su derrota electoral.

Frente a la evidencia histórica de estos 25 años que anuncia la madre de todos los fraudes electorales para este 28 de julio, la única racionalidad que se ofrece es el simplismo voluntarista de “voto mata fraude”, insinuando que una masiva votación podría superar e imponerse por encima de las trampas. Esto literalmente equivale a jugarse a Rosalinda o a la patria entera en un lance de dados con la esperanza que un golpe de suerte defina el futuro. Se trata de una apuesta que pone todo su peso en la disposición que tenga el régimen de anunciar y aceptar unos resultados electorales desfavorables. Es mucho esperar de quienes han demostrado estar dispuestos a linchar físicamente para seguir en el poder.

El informe de la ONG PROVEA en materia de derechos humanos en Venezuela difundido hace unos días revela la naturaleza de un régimen político muy distinto al que se ofrece en las pompas del jabón electoral.  En un sentido este reporte hace el papel de la afilada y odiosa astilla que rompe la burbuja y nos recuerda la realidad. Y esta no es otra que Venezuela hoy es gobernada por un Estado chavista dispuesto a asesinar y torturar en forma masiva y sistemática para mantenerse en el poder.

Y si aún quedan dudas del grado de perversión que puede alcanzar el chavismo el informe de PROVEA las despeja todas al confirmar que en un periodo de 10 años el Estado chavista ha perpetrado aproximadamente 10 mil ejecuciones extrajudiciales. Esto significa que 10 mil venezolanos fueron linchados físicamente por las fuerzas del estado por razones políticas.

Al tratarse de ejecuciones por motivos políticos no resulta difícil establecer la cadena de responsabilidades materiales e intelectuales que van desde los funcionarios que perpetraron el  linchamiento hasta llegar al Presidente de la Republica, quien habría ordenado esa política “por razones de Estado”.

            Es una irresponsable ingenuidad decir o siquiera sugerir que un régimen, cuyos operadores políticos y militares en su mayoría están incursos en delitos contra las personas según el derecho penal venezolano, va a aceptar una derrota electoral o a entregar el poder. No hay negociación ni garantías posibles para persuadir a estos esbirros que dejen el gobierno bajo la promesa de que una justicia, bien sea transicional o transaccional, sería justa y benevolente con ellos.

            Aferrarse al poder a sangre y fuego sin duda tiene un costo pero es mucho menor que la incertidumbre de entregarlo y enfrentar un inevitable ajuste de cuentas, incluso a la luz de su propia legalidad. Esta es la dramática realidad que se nos revela. Una que trata de ser disimulada por las falsas apariencias que se esconden en las burbujas electorales.- @humbertotweets

¿Es realmente el chavismo el adversario?

            En una primera valoración, desde la perspectiva de quienes queremos un cambio político en Venezuela el gobierno de Nicolás Maduro, el PSUV y quienes conforman el llamado Polo Patriótico representan el continuismo que ha hundido al país, y por consiguiente el adversario político a derrotar. 

            A esta caracterización habría que agregar fuerzas y sectores que aunque se autodefinen como de “oposición” ayudan políticamente a que el chavismo siga gobernando.

            Como hemos explicado anteriormente, no hay una sola sino varias oposiciones aunque todas coinciden en presentarse como alternativa de poder al chavismo.

Estas oposiciones no han logrado en 25 años caracterizar correctamente al adversario al cual dicen enfrentar y como consecuencia de ello han fracasado a la hora de debilitar o quebrar políticamente la coalición gobernante que en definitiva sería la clave para cualquier cambio político.

Las debilidades de la coalición opositora, sobre todo la que se agrupa en la PU/MUD, se derivan de sus indefiniciones políticas, su voluntarismo y su improvisación a la hora de articular una estrategia de confrontación con el chavismo.

Pero hoy día las movilizaciones que hace María Corina Machado para promover la candidatura de Edmundo Gonzalez inyectan una fuerte carga de optimismo suficiente para ignorar unas debilidades orgánicas  que no han desaparecido, que siguen allí latentes aunque no se les quiera reconocer.

El debate sobre la ausencia de condiciones y garantías electorales que rodea a la elección del 28 de Julio es algo, por ejemplo, de lo cual esa oposición prefiere no hablar.

Esta oposición que ha creado una gran expectativa mediática (PU/MUD) ha hecho del optimismo delirante su mejor escudo para enfrentar cualquier crítica o cuestionamiento al fondo de su estrategia. El resultado es una desconexión dramática con la realidad.

El entusiasmo, la ilusión y la algarabía que se muestran en las movilizaciones de María Corina ocultan las deficiencias de una estrategia que para tener éxito depende casi totalmente de su oponente.

Es entonces cuando nos damos cuenta que además de una confrontación entre chavismo y oposición (u oposiciones) hay una contradicción incluso mucho más potente entre realidad y deseo, o como también lo hemos definido en artículos anteriores entre realismo e idealismo.

El idealismo es esa postura anclada en ideas metafísicas y animada por el deseo voluntarista de aspirar un cambio sin conexión con la realidad.

            El realismo, genuino deudor del materialismo político, también aspira a un cambio pero partiendo de los materiales que nos presenta la realidad.

            Las posturas idealistas y fantasiosas deliberadamente ignoran categorías políticas fundamentales tales como la caracterización de adversario, el terreno de lucha y la correlación de fuerzas. Romantizando y banalizando la lucha política estas oposiciones aspiran a un cambio (transición) que según sus propios presupuestos solo podría venir de un extraordinario milagro ejecutado por un mesías.

            Ese idealismo, con su sinuosidad y perfidia, se nos presenta hoy como una conducta tóxica y perniciosa, acaso el aliado más potente con el que pueda contar el chavismo para desmovilizar la presión social y continuar en el poder.- @humbertotweets