Ya la oposición ha anunciado que si el gobierno no rectifica
en 6 meses se activarán mecanismos Constitucionales para promover una transición
democrática, la cual pasaría por un referéndum revocatorio y nuevas elecciones.
Pero a la velocidad que están ocurriendo las cosas
en Venezuela 6 meses son una eternidad.
Vemos probable una sucesión de pequeños desenlaces
en esta confrontación política que podrían culminar con un estallido mayor
antes de los 6 meses.
La respuesta del régimen a su derrota electoral y
los llamados a rectificar por parte de fuerzas democráticas y sociales del país
ha sido escalar el conflicto.
Incluso el Presidente Maduro ha dado públicamente
instrucciones para castigar a todos aquellos chavistas que se atrevieron a
apoyar a la oposición o muchos que no lo hicieron, pero que igual son sospechosos.
La cacería de brujas se ha extendido por todo el país
e incluso ha llegado a los cuarteles. Allí
se da una pelea perversa entre oficiales que para no aparecer como colaboradores
de la oposición se desgañitan gritando consignas en contra de la Asamblea
Nacional para borrar toda sospecha.
Desde el 6D hay una clara intención del ejecutivo
de defenestrar a la Asamblea Nacional hoy controlada por la oposición.
Desde ese día se cocinaron los exabruptos jurídicos
mas audaces para cambiar la conformación del Tribunal Supremo de Justicia y
anular los actos de la AN.
No solo el gobierno trata de anular la elección de los
tres diputados de Amazonas con abogados en su nomina. Además se sabe que seguirán
adelante con varias otras impugnaciones hasta lograr eliminar por lo menos un tercio
de los diputados opositores por vías inconstitucionales y extrajurídicas.
A estas acciones pseudolegales orquestadas desde el
TSJ se suma la mayor arbitrariedad que es el desconocimiento del poder legislativo
por parte de los otros poderes públicos.
Nicolás Maduro y Diosdado Cabello ya conformaron
que no darán los recursos que le corresponde a la AN para su funcionamiento.
El retiro de las fotos de Chávez y la versión
cuestionada de la imagen de El Libertador de los predios de la Asamblea
Nacional parece haberle dado al gobierno la justificación para develar parte de
sus siniestras intenciones: La total defenestración de la Asamblea Nacional.
En los últimos días el General Vladimir Padrino López
ha estado visitando las guarniciones militares arengando a los militares en
contra de la Asamblea Nacional. Hoy incluso los llamo fascistas.
Mentalmente el General Padrino López ya cruzo el
punto de no retorno en su carrera militar y en la vida.
Sus declaraciones lo han puesto en el terreno
movedizo de la confrontación política y como un político mas deberá ser
tratado.
Es evidente que la lealtad de Padrino López no es
con la Constitución y las Leyes. Su lealtad esta ligada a un culto fetichista
que lo lleva a darle la espalda al genuino honor militar para bastardizar la institución
que hoy dirige y ponerla de rodillas a los intereses más oscuros.
No disimuló Padrino López su disposición en hacer
uso de las armas militares para atacar el poder civil legítimamente constituido
en nombre de un presunto ultraje a la memoria del El Libertador que nunca ocurrió,
pero que el convenientemente usa para arengar a los soldados.
Esta amenaza velada, con la invitación socarrona a orar, no tiene otra
lectura que llamar a rezar antes de la masacre. Toda una amenaza que debe ser considerada
creíble precisamente porque quien la hace tiene el poder y la oportunidad para
llevarla a cabo.
Frente a este claro intento de defenestración física
y moral la Asamblea Nacional no cuenta con tanques, ni con milicias para
defenderse. La AN solo cuenta con la legalidad, la legitimidad y el sentido común
de los militares profesionales cuya lealtad a la Constitución y las leyes se mantenga
aun intacta.-
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