El debate sobre la reforma a la Ley que regula la Gran
Misión Vivienda pone en evidencia dos filosofías totalmente opuestas de la política
y la economía: Propiedad privada vs. Propiedad social (o comunal como esta de
moda).
Es un debate que se viene dando desde el principio del
gobierno de Chávez en diferentes escenarios.
Cada vez que Chávez y su régimen trataron de forzar la
barra hacia un modelo económico y político socialista se encontraron con la
resistencia de sus propios aliados chavistas en las clases medias. Además del
rechazo a estas ideas que surgió de la propia pequeña burguesía chavista.
El régimen ha tenido que navegar en dos aguas para
tratar de llevar adelante su modelo socialista sin espantar a segmentos importantes
de esa alianza policlasista que llevó a Chávez al poder en 1998.
Pero hacer una política tratando de complacer a todos
termina no complaciendo a nadie.
Desde el gobierno voces como la de los ex ministros
Giordani y Héctor Rodríguez advirtieron desde el principio que no se podía
acabar con los pobres porque ese era el mercado electoral esencial del PSUV.
Y tenían razón.
Por eso inventaron nuevas formas de clientelismo y populismo
para comprar lealtades con prebendas y dádivas. Pero eran otros tiempos. El
boom del petróleo permitía esos lujos.
Uno de los diseños de la revolución para instrumentar
su política clientelar fue la Gran Misión Vivienda.
En teoría concebida para atender la grave crisis habitacional
ofreciendo viviendas baratas a personas de escasos recursos.
A pesar de que en la Ley no se prohíbe la venta de
esos inmuebles desde el gobierno se argumentó que no se podía dar la propiedad
a los beneficiarios porque eso era alentar los valores de la propiedad privada
los cuales el régimen ve como una contaminación ideológica y cultural.
Algunos simplemente dijeron que no se podían vender
esas casas ya que regresarían al mercado inmobiliario a precios especulativos.
En la práctica, el negarle la titularidad de las
viviendas a sus beneficiarios se convirtió en un perverso mecanismo de control político
para garantizarle al PSUV por lo menos 3 millones de votos automáticos.
El régimen y el PSUV nunca han disimulado el chantaje
a los beneficiarios de la Gran Misión Vivienda. Siempre les recuerdan que no
son propietarios y que conductas “contrarevolucionarias” acarrean la perdida de
la vivienda.
Esa espada de Damocles no fue suficiente para amarrar todos
los votos necesarios el 6D. Tal como se vio a pesar del chantaje la oposición ganó
en varios centros de votación ubicados en las zonas de estos desarrollos habitacionales.
En este contexto Julio Borges acaba de presentar una
propuesta de reforma a la Ley de la gran Misión Vivienda cuya novedad más importante
es reconocerles la titularidad de las casas a sus beneficiarios.
En otras palabras, la ley permitiría a los
beneficiarios de esas viviendas cumplir con los pagos y convertirse en plenos propietarios
de esos inmuebles con capacidad para negociarlos.
Esta propuesta ataca la naturaleza clientelar de la misión
vivienda al romper el chantaje que ejerce el gobierno al negar en forma indefinida
la condición de propietarios a sus beneficiarios y usar esto como manipulación política.
Pero además agrega un elemento importante que choca
con la concepción filosófica y política del gobierno: Reconocer la propiedad
privada de los beneficiarios de la GMVV
En un régimen que reniega de la propiedad privada y
del capitalismo esto se convierte en un ataque a la medula del proyecto.
Los dirigentes del PSUV están pasando trabajo tratando
de explicarle a chavistas y no chavistas beneficiarios de la Gran Misión
Vivienda como el ser propietarios de sus casas les perjudica.
La reforma a la Ley será aprobada por la mayoría de la
oposición en la Asamblea Nacional.
Sera una prueba importante para ver si el gobierno
acata la ley o simplemente decide no cumplirla.
Quizás el gobierno solicite la anulación de la Ley
ante el TSJ. Y quizás el TSJ complazca al gobierno.
Aun así, el régimen quedara una vez más en evidencia
como enemigo declarado de las clases populares que dice defender.-
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