Los chavistas en general no son marcianos, ni extraterrestres.
Me refiero
a los chavistas de abajo, los que de buena fe apoyan al gobierno sin estar
enchufados.
Son
venezolanos que están hechos del mismo barro que el resto de nosotros.
Son
venezolanos que sufren los mismos problemas y tienen las mismas aspiraciones
espirituales y materiales que el resto.
A pesar de
años de propaganda y lavado cerebral el gobierno no pudo cambiar el adn histórico
de los venezolanos.
Esos
venezolanos continuaron siendo orgullosamente chavistas pero siempre manteniendo
distancia con esos conceptos de socialismo, trueque, y control los cuales históricamente
han sido asociados a penurias y privaciones.
Ese
chavismo ha llegado hoy a un punto de ruptura emocional con la revolución.
La aprobación
de la reforma a la Ley de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) convertiría
a los beneficiarios de este programa en plenos propietarios de sus viviendas.
El
gobierno rechaza la propuesta y muy posiblemente se negara a ejecutarla con
alguna protección del TSJ.
El rechazo
del gobierno no esta inspirado tanto en la bofetada filosófica de reivindicar
la propiedad privada en un régimen socialista. El rechazo viene de la convicción
clientelar que perderá el control político sobre esas masas quienes a partir de
este momento, ya plenos propietarios, no tendrán que agradecerle políticamente
nada al régimen.
Y es una
ruptura emocional porque muchos, millones quizás, de los beneficiarios de la
GMVV no entienden como el gobierno del pueblo se niega a otorgarles ese
beneficio que después todo se lo han ganado.
De la
noche a la mañana vemos a quienes aun considerándose políticamente chavistas
apoyan la propuesta de la oposición. Horror.
Ha sido difícil
para el gobierno explicar como el ser propietario no es bueno para los
beneficiarios de la GMVV.
Se podrá
decir que la jugada de la oposición es igualmente clientelar al apostar recibir
apoyo político por esta jugada.
Es
posible.
Pero lo
cierto, lo verdaderamente relevante aquí es notar que en mas de 15 años de revolución
el régimen no logro taladrar su filosofía marxista y sus valores en las mentes
y los corazones de estos venezolanos.
Aunque el
gobierno califique como una desviación y estafa de la burguesía la reforma a la
ley de la GMVV es muy claro que ese espíritu “pequeño burgués” siempre se
mantuvo latente en el corazón de los chavistas.
Ese aspiración
legitima de todo ciudadano en democracia de elevar sus condiciones materiales
de vida y ser propietario choca contra las concepciones mas primitivas del régimen
que nunca ha dudado en proclamar que hay que fabricar pobres para asegurarse su
su base política.
Que los beneficiarios
de la GMVV hoy quieran ser propietarios y por esa razón se encuentren
enfrentados a la filosofía comunista del gobierno es una contundente derrota ideológica
para una revolución que quedo desfasada históricamente desde su comienzo.
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