miércoles, 20 de enero de 2016

Consejo de la Economía Productiva busca diluir la responsabilidad del gobierno en la crisis


El gobierno admite que estamos en emergencia económica.
Los síntomas se pueden apreciar desde mucho antes de las elecciones: Largas colas, escasez y carestía.
Los analistas pronostican que lo peor podría ocurrir en el primer trimestre de 2016.
Lo peor es el colapso total.
Sin reservas, sin comida y sin dinero para atender las necesidades mas elementales.
En las redes sociales circula una versión atribuida a Lorenzo Mendoza que da cuenta que no hay barcos ni contenedores con comida en los mueles de La Guaira y Puerto Cabello.
Esto contradice las mentiras del gobierno.
Por las mismas redes se conoció de una presunta conversación telefónica de un alto funcionario del gobierno confirmando que la detención de Lorenzo Mendoza es cuestión de días. Seguramente lo acusaran de desestabilizador por decir lo que todo el mundo ya sabe: Comida, no hay.
Mientras la crisis se agudiza por la falta de medicinas y comida el gobierno, una vez más, nombra un Consejo para atender la emergencia económica.
Lo llaman de economía “productiva” pero curiosamente los únicos representantes del sector privado en ese organismo son del sector licorero, inversiones financieras, y tecnología.
Con esa alianza endeble el gobierno intenta abordar la emergencia.
Para admitir que estamos en emergencia económica el gobierno no parece actuar de acuerdo a su propio discurso.
Estamos en emergencia económica y la respuestas es un equipo económico mediocre dirigido por un sociólogo, una ley habilitante disfrazada para darle plenos poderes al gobierno, y una comisión de 45 personas para resolver la crisis...en 60 días.
El gobierno actúa como si aun tuviese 6 meses más para ocuparse de la crisis. No se le ven el sentido de urgencia para atender la emergencia.
La designación del llamado Consejo para la Economía Productiva busca diluir la responsabilidad que tiene el gobierno revolucionario en el manejo de la economía.
Ese Consejo nos recuerda el fracaso legendario de los consejos obreros a cargo de las empresas básicas de Guayana. Las quebraron todas.
El gobierno sigue apelando a la propaganda para negar la realidad y tratar de imponerle a la sociedad su visión de la crisis.
La influencia activistas del PSUV influenciados por lecturas incompletas de textos marxistas ha reducido la formulación de políticas económicas a la simplista creación de consignas.
Igual que las consigas de la izquierda derrotada de los años 60 hoy hablan de “10 motores productivos”, acupuntura financiera”, Agenda Económica Bolivariana”, ‘desarrollo endógeno’ y un sin fin de proclamas retoricas que tratan de esconder una política mediocre.
La pregunta es ¿Por que?
La prioridad del país puede ser la economía, pero no es la del gobierno.
Todas las acciones del régimen están orientadas a tratar de mantener la base política chavista cohesionada con discurso y posiciones radicales.
El objetivo político es provocar una crisis institucional en la cual si el PSUV debe entregar el poder esto ocurra en términos que les permita negociar ventajas e inmunidades para no desparecer de la política.
Por eso no podemos esperar rectificaciones, ni cambios de rumbo.
Lo que podemos esperar del régimen son más medidas extremas como el decreto de emergencia económica que autoriza al Presidente a crear la economía de las comunas.
Y otras medidas que seguramente vendrán como la anulación de la Asamblea Nacional.
El régimen esta tratando de articular una respuesta política para un problema eminentemente económico. Y los resultados de esa improvisación son imprevisibles.
En esto los izquierdistas a cargo de la economía nunca entendieron una de las premisas fundamentales del materialismo histórico: Lo económico determina lo político. No lo contrario.-

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