El gobierno admite que estamos en emergencia económica.
Los síntomas se pueden apreciar desde mucho antes de
las elecciones: Largas colas, escasez y carestía.
Los analistas pronostican que lo peor podría ocurrir en
el primer trimestre de 2016.
Lo peor es el colapso total.
Sin reservas, sin comida y sin dinero para atender las
necesidades mas elementales.
En las redes sociales circula una versión atribuida a
Lorenzo Mendoza que da cuenta que no hay barcos ni contenedores con comida en
los mueles de La Guaira y Puerto Cabello.
Esto contradice las mentiras del gobierno.
Por las mismas redes se conoció de una presunta conversación
telefónica de un alto funcionario del gobierno confirmando que la detención de
Lorenzo Mendoza es cuestión de días. Seguramente lo acusaran de desestabilizador
por decir lo que todo el mundo ya sabe: Comida, no hay.
Mientras la crisis se agudiza por la falta de
medicinas y comida el gobierno, una vez más, nombra un Consejo para atender la emergencia
económica.
Lo llaman de economía “productiva” pero curiosamente
los únicos representantes del sector privado en ese organismo son del sector
licorero, inversiones financieras, y tecnología.
Con esa alianza endeble el gobierno intenta abordar la
emergencia.
Para admitir que estamos en emergencia económica el
gobierno no parece actuar de acuerdo a su propio discurso.
Estamos en emergencia económica y la respuestas es un equipo
económico mediocre dirigido por un sociólogo, una ley habilitante disfrazada
para darle plenos poderes al gobierno, y una comisión de 45 personas para
resolver la crisis...en 60 días.
El gobierno actúa como si aun tuviese 6 meses más para
ocuparse de la crisis. No se le ven el sentido de urgencia para atender la emergencia.
La designación del llamado Consejo para la Economía
Productiva busca diluir la responsabilidad que tiene el gobierno revolucionario
en el manejo de la economía.
Ese Consejo nos recuerda el fracaso legendario de los
consejos obreros a cargo de las empresas básicas de Guayana. Las quebraron
todas.
El gobierno sigue apelando a la propaganda para negar
la realidad y tratar de imponerle a la sociedad su visión de la crisis.
La influencia activistas del PSUV influenciados por
lecturas incompletas de textos marxistas ha reducido la formulación de políticas
económicas a la simplista creación de consignas.
Igual que las consigas de la izquierda derrotada de
los años 60 hoy hablan de “10 motores productivos”, acupuntura financiera”,
Agenda Económica Bolivariana”, ‘desarrollo endógeno’ y un sin fin de proclamas retoricas
que tratan de esconder una política mediocre.
La pregunta es ¿Por que?
La prioridad del país puede ser la economía, pero no
es la del gobierno.
Todas las acciones del régimen están orientadas a
tratar de mantener la base política chavista cohesionada con discurso y posiciones
radicales.
El objetivo político es provocar una crisis institucional
en la cual si el PSUV debe entregar el poder esto ocurra en términos que les
permita negociar ventajas e inmunidades para no desparecer de la política.
Por eso no podemos esperar rectificaciones, ni cambios
de rumbo.
Lo que podemos esperar del régimen son más medidas
extremas como el decreto de emergencia económica que autoriza al Presidente a
crear la economía de las comunas.
Y otras medidas que seguramente vendrán como la anulación
de la Asamblea Nacional.
El régimen esta tratando de articular una respuesta política
para un problema eminentemente económico. Y los resultados de esa improvisación
son imprevisibles.
En esto los izquierdistas a cargo de la economía nunca
entendieron una de las premisas fundamentales del materialismo histórico: Lo económico
determina lo político. No lo contrario.-
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