El voluntarismo aconseja que en lugar de hacer un análisis
descarnado de la derrota y corregir los errores es preferible seguir
trabajando, ahora mas, aunque sea en la dirección equivocada.
Por eso a pesar que el evento que sacudió los
cimientos del gobierno y el PSUV ocurrió el 6D, a Nicolás Maduro le tomo casi
un mes conseguir gente para integrar su nuevo equipo de gobierno.
Ningún dirigente importante del PSUV quiso
inmolarse en lo que presienten es la fase final del proceso. No porque le
quisieron sacar el cuerpo a Maduro, sino porque ponían como condición para integrar
el gabinete un análisis critico de la gestión y un análisis de políticas.
Ambas peticiones han sido sistemáticamente negadas
en el seno del partido.
Aunque el Presidente amenazó días después de las
elecciones con un cambio de equipo de gobierno, no fue sino hasta un mes después
que lo pudo anunciar.
Maduro, y la cúpula del PSUV que le aconseja,
realizo decenas de reuniones y entrevistas con dirigentes y profesionales
ligados a la revolución para integrar el nuevo equipo. Pero las reuniones resultaron
una perdida de tiempo ya que solo buscaban candidatos que estuviesen dispuestos
a seguir en lo mismo.
Y finalmente los consiguieron.
La nueva conformación del equipo de gobierno de
Maduro es pobre y débil desde el punto de vista estratégico. Puro voluntarismo
y mente positiva para seguir en lo mismo y esperar que la economía se recupere
por si sola.
La debilidad del nuevo equipo ha sido detectada
inclusive por los cuadros medios y las bases del PSUV que no disimulan sus críticas en asambleas
publicas y en portales como Aporrea.
La criticas mas extrema y virulentas contra Nicolás
Maduro, su gobierno y la dirección del PSUV no han sido publicadas en el Nuevo País
de Rafael Poleo. Las críticas mas acidas contra el régimen vienen desde los
propios medios de la revolución que expresan el alto nivel de decepción y desengaño
con el gobierno.
La debilidad de ese gabinete esta basada en su
pobre concepción de la política y la realidad.
Si tan solo tuviesen oídos o sentido común para
escuchar lo que sus propias bases les gritan seguro su desempeño seria mas
acertado.
Lo cierto es que siguen encapsulados en su discurso
de la guerra económica como justificación de todos los males que sufre el país.
Las encuestas lo han señalado muchas veces.
Chavistas y opositores no creen en la guerra económica. Hay consenso en culpar
al gobierno por el fracaso económico.
Y la opinión reflejada en las encuestas fue
confirmada con votos el 6D.
La derrota de la tendencia voluntarista en el seno
del gobierno esta asegurada. Es cuestión de semanas para que otras corrientes y
facciones en el seno del PSUV y de las FANB comiencen a actuar con sentido más lógico
de preservación.
Para entonces, la conversación nos será sobre las políticas
económicas del gobierno sino como salir de Nicolás Maduro sin entregarle en
bandeja de plata el poder a la oposición.-
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