Y al mismo tiempo significa todo.
Hay que verlo en contexto.
Ayer el CNE admitió que efectivamente la MUD había logrado el 1% de firmas verificadas para proceder a solicitar la activación del Revocatorio.
El anuncio lo hizo la rectora Tibisay Lucena como usualmente hace a la hora de entregar malas noticias para el PSUV.
Lo hizo en forma de restarle importancia a la verdadera noticia del dia.
En medio de los anuncios que se habían cometido irregularidades y que estas serían investigadas por el Ministerio Público, por ahí en algún recodo de su discurso intercalo un “...ah bueno y, por cierto, la MUD logró el requisito del 1%...”
Es muy importante que hasta ahora la oposición sigue avanzando y en cierta forma ganándole la pelea al gobierno con sus propias reglas y en su propio terreno.
Pero sería muy ingenuo pensar que todo esto ha sido obra de la casualidad.
No hay espacio para los engaños.
El CNE sigue sincronizando sus jugadas con el PSUV.
Por eso ayer le dio curso al requisito del 1% pero oscureciendo con los visos de supuesto fraude y, lo más poético, sin siquiera anunciar fecha para la recolección del 20% de las firmas.
El régimen sigue moviendo los hilos que podrían aun conducir a la muerte del revocatorio.
Queda abierta la posibilidad que el TSJ en una decisión cocinada acuerde que el que el 0.33% de las firmas incompatibles afectan el resultado y, por consiguiente, el proceso debe ser anulado y revertido a su etapa primaria.
Admitir que la oposición logró el 1% y que eso abre la vía expedita para el revocatorio es la versión para los ingenuos.
La versión perversa es que esta es hasta ahora la concesión más importante que el régimen le haya hecho a la oposición hasta ahora.
Es un mensaje en clave para ver si la oposición coge seña y se anima a sentarse en la mesa del diálogo forzado con el gobierno.
Ahora tienen argumento para decirle a la comunidad internacional:
-Miren, se están liberando los presos políticos, la leyes se están cumpliendo, el revocatorio sigue su curso...porque no sentarse a dialogar ahora?
Volvemos a lo mismo de siempre.
Es la presión internacional que se está ejerciendo sobre Venezuela la que parece actuar como la mano invisible para ponerle frenos y límites al gobierno.
De alguna manera el gobierno parece admitir que hay ciertas formas que, al menos por ahora, no se puede saltar.
Una de ellas es la apariencia democrática.
Sentar a la oposición en una mesa de diálogo para tomar la foto podría, eventualmente, satisfacer la presión internacional, diluir los esfuerzos del revocatorio y de paso desacreditar a la oposición frente a su propia base.
Esa jugada no tiene precio y tiene mucho valor.
No, el 1% no significa mucho si se toma en cuenta que aun le queda al régimen un amplísimo margen de maniobra para liquidar el revocatorio en el CNE o en el TSJ.
Si, el 1% significa que ahora la MUD queda reconocida legalmente como solicitante del Revocatorio y se abre el lapso para la siguiente diligencia que será la más importante.
Mientras el gobierno vacila entre legalidades y tecnicismos para liquidar el revocatorio, la oposición debe seguir centrada en lo más relevante…
Las firmas, las firmas, las firmas...
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