Y no es la oposición.
En el desarrollo de la trama para desgastar a la oposición va aflorando otra más compleja.
Es la lucha encarnizada en el chavismo oficialista para salir de Maduro y nombrar a su sustituto.
Poderosas fuerzas en el régimen dan por descontada la salida de Maduro.
Es más, la están planificando.
Alguien debe pagar por el desastre nacional y por el deslave de la revolución.
Será Maduro quien pague.
Ya está decidido.
La pregunta es, ¿cómo y cuándo?
Hacerlo en los términos que plantea la oposición (en el 2016) sería suicida (para el gobierno).
Sería entregarle el gobierno en bandeja de plata a cualquier candidato de la MUD
A cualquiera.
Frente a una realidad que resulta hoy incontestable el régimen se prepara para uno de sus malabarismos más audaces.
Sacar a Maduro en sus propias condiciones y términos, mantener el poder y apostar a que todo siga igual.
Eso al menos es lo que está escrito en la arrugada y húmeda hojita de papel que se pasan entre Diosdado Cabello, Tibisay Lucena y Jorge Rodríguez.
Esto no debería sorprender.
Desde hace ya varios meses Diosdado Cabello develó la estrategia.
Dijo en su acostumbrado bodrio televisivo “Y cuál es el problema, si sacan a Maduro después de la mitad del periodo sube el Vice presidente, este nombra a Maduro como Vicepresidente, el Presidente renuncia y le deja a Maduro nuevamente la Presidencia. Sencillo”
Ese fue uno de los excepcionales momentos en que Diosdado Cabello no mintió como acostumbra.
Dijo la verdad.
No le creímos.
Sonaba tan audaz y descabellado que pensamos no es posible que lleguen a tanto.
Los volvimos a subestimar.
Hoy además entendemos que Cabello le endulzó el veneno a Maduro al prometerle que volvería a ser designado Presidente.
Para que aflojara, no se pusiera necio y ayudara a resolver el enredo que esta liquidando a la revolución.
Maduro quizás no sea un político especialmente talentoso e inteligente. Pero es muy intuitivo.
El sabe que sus días como Presidente de la República están contados.
Y no precisamente por la oposición.
Por eso las pistas que Maduro ha ido soltando en los últimos meses “me mudare a vivir a un apartamento de la Gran Misión Vivienda”, “Quiero regresar a trabajar en el Metro de Caracas”.
Su destino está escrito.
Los diferentes grupos chavistas que se reparten el control del CNE y el TSJ ya decidieron que usaran el Revocatorio solicitado por la oposición para producir la transición en los términos y condiciones que favorezcan al régimen.
Las últimas declaraciones de Diosdado Cabello, Elías Jaua y Nicolás Maduro van en esa dirección.
Todo será consumado en el primer trimestre de 2017.
Allá la oposición si acepta o no.
Pero eso requiere un comentario aparte.
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