El gobierno está acorralado por el pueblo.
No sólo es el rechazo de la sociedad entera a la oprobiosa dictadura.
Las bases chavistas siguen expresando su descontento y rechazo al régimen más corrupto e incapaz que haya tenido Venezuela.
Los chavistas de abajo, los de la base, no se rindieron.
Pero tampoco aguantaron la presión inevitable de la realidad.
Estos chavistas se siguen llamando chavistas críticos o de izquierda.
Quieren dejar muy claro que no quieren nada con Maduro y su régimen al tiempo que rememoran los tiempos de gloria del Comandante Supremo.
Ellos están rotundamente ciegos y equivocados.
Aún no entienden que el pecado original de esta debacle comenzó con Hugo Chávez.
Pero eso es algo que habrá que ayudarlos a superar en su momento.
Lo importante hoy es que que los chavistas críticos en miles de millones están dispuestos a sumar su apoyo para sacar a Maduro.
Eso es lo que importa.
Que ellos al igual que el resto del país sumen su esfuerzo para lograr un cambio democrático.
Con todo respeto, bienvenidos.
Los chavistas críticos pasaron por un proceso de profunda revisión y reflexión interna para concluir que el régimen va por el camino equivocado y ese solo conduce al desmantelamiento del país.
Ni se diga del entierro de la llamada revolución.
Ese es el mismo proceso que están viviendo hoy muchos operadores del régimen que todos los días se levantan haciéndose la misma pregunta: ¿Tiene sentido?
Mientras el descontento aumenta en la calle y se incrementa la presión sobre el régimen los jerarcas acuden al último recurso.
La ultima opcion.
Perdida totalmente la calle, el recurso del gobierno es tratar de presionar a sus propios operadores para que no traicionen y salten de bando.
Todo parece indicar que después del 1ro de Septiembre la presión seguirá en aumento y no aguantarán.
Unos se radicalizarán y saldrán como locos con un mazo en la mano.
Otros dirán que ha llegado el momento de negociar.
El final está escrito en la pared.
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