Rodríguez Zapatero insiste en llamarlo “diálogo para la reconciliación nacional.”
Pero cada vez que viene a Venezuela sólo se reúne con los representantes del gobierno y se toma fotos.
Sabemos de sus contactos con la oposición por...bueno, por infidencias que son filtradas a los medios.
Pero no hay una declaración oficial.
De sus contactos con la oposición no hay fotos.
Nadie desde la oposición ha confirmado esas reuniones con Rodríguez Zapatero. No oficialmente.
¿Serán por teléfono?
¿Harán conferencia telefónica vía CANTV con los representantes del G4?
La falta de transparencia de quienes participan en ese tal “diálogo para la reconciliación nacional” es lo que desde el principio condenó la iniciativa a su fracaso.
En especial la perfidia suave de Rodríguez Zapatero quien se presta para este show mediático que nunca ha tenido viabilidad.
Por eso sabemos que el diálogo, como tal, como iniciativa para recomponer y sanar, nunca llegará a ninguna parte.
Al menos no asi como lo tiene diseñado Rodríguez Zapatero.
Reuniones calladitas sin agenda, conversaciones informales en los pasillos de Miraflores, llevale este papelito a Maduro, en fin a eso ha quedado reducido el “diálogo” que auspicia Rodriguez Zapatero.
Y lo más insólito es que a pesar de la oscuridad que rodea este “diálogo” Rodríguez Zapatero habla de “avances y logros.”
¿Para quién?
Para lo único que ha servido ese “diálogo” es para sembrar la intriga y crear suspicacia en la oposición.
Esto ocurre justamente por la falta de transparencia de quienes allí estarían participando y la manipulación del gobierno que filtra versiones a su gusto de estos encuentros.
El “diálogo para la reconciliación nacional” moderado por Rodríguez Zapatero como emisario del gobierno estaría ocurriendo sin agenda.
Conversaciones breves, improvisadas sin tocar los temas fundamentales del país.
Sin la participación de los presos políticos.
Sin la presencia de los militares.
Sin sitio ni hora de reunión.
Ciertamente un “diálogo” extraño.
Muy extraño.
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