Villa Rosa es una zona popular localizada en Margarita.
Como la gran mayoría de los sectores populares Villa Rosa también era chavista.
Hasta que la gente se cansó de las mentiras y el engaño.
Todo cambió en diciembre de 2015 cuando más del 87% de los votos del Centro de Votación ubicado en la Escuela Básica Villa Rosa favorecieron a los candidatos de la MUD.
Villa Rosa se convertía así en otro sector popular, como miles a lo largo del país, que se sacudían al chavismo.
Y si quedaba alguna duda de su antichavismo militante la comunidad de Villa Rosa aprovechó la sorpresiva visita del Presidente Nicolás Maduro para abuchearlo, cacerolearlo y sacarlo a empujones.
El rechazo al presidente era previsible para cualquiera que escuche las noticias o visite la bodega de la esquina.
Es el mismo rechazo que se percibe a lo largo y ancho de todo el país.
Ir a Villa Rosa donde la gente está enardecida por la falta de agua, comida y medicinas fue un acto infantil de provocación que debió ser evitado. Una inmadurez pues.
Aún no están claras las circunstancias en las cuales sus colaboradores decidieron meter a Maduro en una zona totalmente hostil al régimen a tan sólo 48 horas de la toma de Caracas.
Tampoco está claro por qué, cuando súbitamente Maduro decide salir de su carro y enfrentar el cacerolazo, el SEBIN y la Casa Militar fallan estrepitosamente en darle adecuada protección al presidente.
Ya horas o días antes ambas estructuras habían fracasado en procesar inteligencia y recomendar al Presidente evitar la visita a una zona abiertamente opositora.
Igualmente hay muchas preguntas sobre el por qué el gobernador de Nueva Esparta Mata Figueroa se hace el loco, se queda resguardado en el carro del presidente y deja solo a Maduro caminando como loco directo a la boca del lobo.
En las últimas horas he conversado con varios dirigentes chavistas que en el pasado han trabajado con Nicolás Maduro.
Todos, sin excepción, aseguran que “ese” no és el Maduro que conocieron.
El Maduro que conocieron era ágil, calculador y organizado para el trabajo de calle.
Me aseguran que muchas veces Maduro tuvo que decidir a donde Chávez iba y a donde no para, precisamente, evitar incidentes como el de Villa Rosa.
Pero, el Maduro soberbio, fuera de sí, que sale de su carro a recibir y repartir puñetazos, ese es irreconocible.
Una malintencionada sugerencia, la cadena de errores de la Casa Militar y el SEBIN, y la conducta irresponsable de Nicolás Maduro ha podido terminar en una lamentable tragedia.
Venezuela ya no es la misma después del 1S.
Ni es la misma después del incidente de Villa Rosa.
El 3 de septiembre el país amaneció sin miedo y con más determinación para confrontar la dictadura.
Por el contrario, el régimen es cada dia mas debil.
¿Y Maduro? Bueno, Maduro amanece sin respeto y sin autoridad.
De ahora en adelante, además de todas las angustias que persiguen a Nicolás Maduro, del miedo a la conspiración de Cabello, Jaua y El Aissami, de la pérdida de apoyo internacional, de la dramática crisis financiera que lo arrastra a las mandíbulas del FMI, a todos esos temores se suma uno más.
El fantasma de Villa Rosa.
Como todos los dolores de cabeza juntos no fueran suficientes, ahora Villa Rosa.
De aquí en adelante el espíritu de Villa Rosa perseguirá a Maduro en sus sueños, en las calles y hasta en los cuarteles.
En cualquier momento, en cualquier parte, un cacerolazo aquí, un empujón acá, y hasta una mentada de madre más allá.
El fantasma de Villa Rosa le hará la vida a Maduro más insoportable.
Sus noches serán ahora más largas y agónicas.
Hasta que renuncie y encuentre la paz.
O hasta que sus mismos compañeros le informen que lo han destituido y así le traigan alivio a su tormentosa pena.
Mientras tanto sufrimiento, angustia y soledad.
El propio infierno en la tierra.
Con demonios y todo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario