La doble moral
socialista esta inspirada en una ética falsa.
Por alguna razón
perversa la moral socialista condena toda la corrupción de la IV República pero
alienta, anima y alimenta la corrupción en el régimen socialista bolivariano.
Nunca en la historia republicana
de Venezuela se había saqueado en forma tan canalla e inmisericorde el erario
publico.
Ni siquiera en gobiernos
de AD y COPEI se había llegado al extremo de manejar indistintamente los
recursos del estado al servicio del partido de gobierno.
No por el hecho de ser disimulados
a los adecos y copeyanos hay que perdonarles la corrupción.
Esa corrupción es tan
condenable como la que hoy comete el partido de gobierno.
La doble moral socialista
se excusa para seguir robando sin controles con el argumento que esos recursos
son para el pueblo.
Entonces según la nueva ética
socialista si se roba en nombre del pueblo esa inmoralidad es aceptable.
A diario se ven vehículos
oficiales, logística militar y recursos del gobierno al servicio particular de
funcionarios corruptos.
Los militares manejan a
su antojo presupuestos con el criterio de partidas secretas y secreto de
estado.
En este régimen nadie
rinde cuentas.
Desde el Presidente de
la República hasta las juntas comunales que manejan recursos oficiales no
relacionan sus gastos a ningún organismo contralor.
La corrupción administrativa
en este régimen ha crecido como un cáncer pestilente que devora la médula del
gobierno.
El pueblo chavista, el
que aun siendo fiel a las falacias de la revolución no goza de los privilegios
de los enchufados, resiente el saqueo más grande que se haya cometido en la
historia de Venezuela.
Lo resiente además
porque recuerda que por muchísimo menos Hugo Chávez trato de derrocar a Carlos Andrés
Pérez en 1992.
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