Es incalculable el daño
que Chávez en su momento le hizo a las FFAA al partidizarlas.
Con el pretexto de darle
beligerancia y participación en la política nacional las FFAA se han convertido
en el brazo armado del partido de turno.
Esta partidización ha
creado las condiciones para el surgimiento de grupos y facciones que en su mayoría
son del chavismo.
Los criterios para ascender
en los rangos no son decoro, destreza y profesionalismo.
En lugar de ello se mide
el grado de lealtad personal a una de las tribus mayores que participan el alto
gobierno.
Así cuando se habla con
oficiales se puede apreciar que aunque todos en público se autodefinen como “chavistas”
en realidad son Maduristas, Cabellistas, Rodrigistas y Bernalistas.
No es un secreto que la razón
fundamental para dejar a Padrino López al frente del Ministerio de la Defensa es
su papel de mediador entre las diferentes facciones.
Para tratar de calmar el
malestar entre oficiales y tropa el gobierno ha venido revirtiendo lo que fue
una orden impartida desde Diciembre: La salida de oficiales militares de cargos
públicos.
La intención del
gobierno es regresar estos oficiales a cargos en la administración pública y en
empresas como la PDVSA militar para ocuparlos en tareas civiles.
A esto se suma la
entrega de prebendas y beneficios que no son accesibles al resto de la población
civil como comida, papel higiénico, etc.
Por supuesto, a los Generales,
que al día de hoy pasan de 700, no los van a contentar solo con comida y papel higiénico.
Para ellos habrá mas posiciones
en el gobierno donde podrán manejar recursos “a discreción” con la habitual garantía
de no rendir cuentas a nadie.
Mientras esto ocurre en
el seno de las FFAA el deterioro moral es inocultable.
Es alarmante el número
de altos oficiales involucrados en casos de tráfico de droga y delitos comunes.
El deterioro interno
de las FFAA es perceptible en la calle donde los sondeos de opinión le otorgan a
la institución militar un vergonzoso 1% de confianza.
El grado de debilitamiento
orgánico y moral de las FFAA y su poca legitimidad en la calle anula cualquier
posibilidad de una intervención exitosa del estamento militar en la coyuntura política.
Por eso cada vez que
evaluamos la situación política de Venezuela concluimos que contrario a lo que
sugieren otros analistas estas FFAA no están en condiciones de dar ningún golpe
de estado.
Divididas y
desprestigiadas como están estas FFAA tienen su destino irreversiblemente atado
al del régimen.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario