I. Prevenido. Aristóbulo no sólo es el punto catalizador entre gobierno y oposición. Aristóbulo Istúriz es de hecho el hombre elegido por el gobierno y el PSUV para dirigir el país en una eventual transición y muy posiblemente sea el candidato del oficialismo en las elecciones de 2018. El fracaso de Nicolás Maduro como gobernante dada su notoria incapacidad e ineptitud le ha costado a la revolución bolivariana importantes reveses electorales. La incapacidad de Maduro contrasta con la eficiencia burocrática de Aristóbulo a quien en el PSUV ya ven como el elegido y virtual candidato presidencial en las elecciones de 2018. O antes si prospera la acción contra Nicolás Maduro por su doble nacionalidad.
II. Ni
elecciones, ni nada.
Dado el férreo control del régimen sobre el TSJ y el CNE las elecciones de
gobernadores y las consultas populares para destituir a Maduro dependerán de lo
que le convenga al gobierno. Hay dos tesis en el PSUV. Una es negar cualquier
consulta popular pero ir a las elecciones regionales. La otra tesis, que sigue
ganando apoyo, es evitar cualquier elección o consulta popular este año sin asumirlo
en forma directa. El pretexto seria la crisis la crisis económica que atraviesa
el país. Esto significa usar la fuerza de un TSJ viciado para frenar cualquier
consulta popular (enmienda o revocatorio) y al CNE para boicotear las
elecciones de gobernadores. Ya el CNE ha insinuado que no hay recursos para las
elecciones.
III.
Racionamiento feroz.
En el alto gobierno y el PSUV anticipan que las semanas por venir serán peores.
Están conscientes de la incapacidad operativa del gobierno para atender la escases
de alimentos y medicinas. Esta severa crisis golpea por igual a chavistas y
opositores. El costo político para el chavismo ha sido brutal. Hay literalmente
un abandono masivo de las filas del PSUV. Para hacer frente a su propia crisis electoral
el gobierno ha ensayado varias estrategias que le permitan detener el éxodo de
militantes. Una de estas estrategias es la “carnetización.” El objetivo es
determinar con precisión matemática quienes en verdad son “patria o muerte” con
la revolución para asegurarles el acceso a comida y medicinas que serán aun mas
escasos y que no estarán a disposición del resto de la población. Ya en el
pasado PSUV y gobierno han cruzado exitosamente la data de militantes con beneficiarios
de las misiones.
IV. Colombiano. Según la Constitución de Colombia al ser
hijo de madre colombiana Nicolás Maduro es colombiano. No hay evidencia que
Maduro haya renunciado a la nacionalidad colombiana por lo cual tiene doble
nacionalidad. Según a Constitución de Venezuela para para ser Presidente de la República
no se puede tener doble nacionalidad. Solo hace falta que una instancia del poder
publico, bien sea el TSJ o la Asamblea Nacional, así lo declare para activar el
proceso de su destitución. La comisión de la AN que investiga el caso debe
entregar su informe en los próximos días. Aristóbulo Istúriz esta prevenido al
bate.
V. Angustia. Hay bastante preocupación en el gobierno, el
PSUV y las FFAA por la doble nacionalidad de Nicolás Maduro. Aumentan los
indicios y las sospechas que Maduro es efectivamente colombiano. No hay
evidencia que en ningún momento Maduro haya renunciado a su nacionalidad
colombiana. Frente a este hecho ni siquiera los más recalcitrantes chavistas en
el TSJ y las FFAA podrían ser indiferentes. En su afán por fabricar pruebas y
articular una respuesta el gobierno ha tenido que admitir a los suyos, en su
intimidad, la verdad verdadera. Y esto tiene de cabeza a operadores como
Calixto Ortega a quien le han encargado la misión de preparar un proyecto de decisión
que justifique la ilegalidad para ser refrendado para la mayoría del TSJ. ¿Lo
firmaran?
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