De la mano engañosa de la falsa oposición Venezuela ya lleva dos décadas votando sin condiciones y sin garantías políticas. Esto, que en cualquier otro sistema político sería considerado anormal, ha ocurrido tantas veces y por tanto tiempo que ahora es parte de la normalidad.
Uno de los incentivos para continuar
haciendo lo mismo es que en las elecciones parlamentarias y en las regionales
aparentemente la falsa oposición logra ganarle algunas veces al chavismo y este
también aparentemente acepta algunas de esas derrotas.
Por supuesto, esto no ocurre con las
elecciones presidenciales donde, a pesar de los esfuerzos y las encuestas, el
candidato de la falsa oposición siempre llega en un digno y honroso segundo
lugar, casi a punto de ganarle al candidato oficialista, pero sin efectivamente
poder lograrlo.
Todas las elecciones celebradas
durante la era chavista han tenido esa imagen de aparente competitividad,
aunque sin condiciones ni garantías transparentes de muy poco han servido para
lograr el cambio político.
Esto además sugiere sino una
complicidad al menos una aceptación tácita de los candidatos opositores para
participar en unas elecciones cuyo resultado cualquiera fácilmente podría
anticipar.
Más allá de la narrativa épica de
quienes la apoyan, la candidata de la falsa oposición María Corina Machado no
podrá zafarse de la dinámica en la que se han visto sus antecesores. ¿Por qué
habría de ser diferente hoy si al igual que ayer tampoco existen condiciones y
garantías? Y lo emblemático de esto es que la misma habilitación de la candidatura de Machado depende de lo que le
convenga al gobierno. Sencillamente si conviene a sus intereses será habilitada
y si no pues no lo será.
Muy consciente de todo lo que hemos
planteado en este artículo María Corina Machado propagó masivamente la consigna
“En Tiranía no se vota”. Y a esa
definición política ella debería agradecerle la popularidad de la que hoy
disfruta.
En algún momento ella cambió su
postura y resolvió que ahora en tiranía si se vota. Al igual que sus
antecesores en la falsa oposición ella no se sintió obligada a explicar o
razonar su nueva postura pidiendo en cambio que se le apoye como un acto de fe
ciega en sus desconocidas facultades las cuales reclaman un cheque en blanco al
portador.
Después de todos los engaños que han
perpetrado los candidatos de la falsa oposición lo menos que se puede esperar
del venezolano promedio es el escepticismo militante como una respuesta reflejo
frente a los cantos de sirena.
María Corina Machado hoy ocupa la
representación que ayer le correspondió a Francisco Arias Cárdenas, Manuel
Rosales, y Henrique Capriles Radonski. A ella no se le puede pedir menos que a
los otros. Por el contrario, tomando en cuenta la destreza que ha demostrado la
falsa posición para reinventarse y reciclar sus promesas en cada uno de sus
candidatos con María Corina Machado habría que ser más desconfiado, suspicaz y
escéptico para que el desengaño y la desesperanza no tengan efectos
demoledores.- @humbertotweets
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