martes, 18 de octubre de 2016

La hora de comerse la uñas

El régimen sigue atacando por los flancos con sentencias y decisiones inconstitucionales para cercenar el referéndum revocatorio sin atreverse a una suspensión total del mismo, por ahora.

Por ahora.

Aunque se trate de una medida suicida no se puede descartar que a última hora el régimen se abrace a la hoguera y se funda en su necedad de mantenerse en el poder como sea.

Sin embargo, la tesis que prevalece en el gobierno es apostar a que la oposición se retire o que se desmotivé y no salga a firmar como resultado de la represión política y policial.

La decisión de la Sala Electoral del TSJ limitando la recolección del 20% de las firmas por cada estado y no por todo el país, como Constitucionalmente corresponde, es parte de esa misma estrategia.

Es un mensaje al país para propagar un sentimiento de impotencia que obligue a la gente a quedarse esos días en sus casas llorando su frustración.

También es un mensaje para los líderes de la MUD que trata de mantener viva la amenaza de suspender el RR hasta último minuto, quizás hasta la medianoche del 25 de octubre unas horas antes de que comience la recolección de las firmas.

Esto para ver si alguno en la MUD se envalentona a proponer que si el 20% no es nacional mejor no participar.

Improbable.

A par de la sentencia constitucional del TSJ la confrontación hoy luce inevitable y definitiva.

La rabia y el descontento corre por las calles de Venezuela y ha unido al país entero en contra del régimen.

El 26, 27, y 28 se recogerán más del 20% de las firmas en toda Venezuela, si el TSJ o el CNE no suspenden la jornada.

Si permiten que se recojan las firmas el referéndum será inevitablemente este año, no importa lo que hoy digan.

Si lo suspenden, por cualquier motivo (crisis humanitaria, falta de recursos para el CNE, intento de magnicidio para culpar a la oposición, etc, etc.) esto provocaría una crisis política que aceleraría irreversiblemente la caída del régimen, sin derecho a negociar nada.

La decisión nocturna y oscura del TSJ no cambia en nada la correlación de fuerzas ni la esencia del juego planteado.

No agrega nada nuevo que ya no se sepa.

Simplemente confirma que el régimen sigue comiéndose las uñas y deshojando la margarita...


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