A una semana de haberse iniciado la campaña del chavismo por el referéndum sobre El Esequibo y a menos de un mes para el evento aún persisten las dudas y la confusión. Lo que es mucho más grave, la forma como el régimen chavista ha realizado la convocatoria lo ha convertido en la práctica en un referéndum sobre el gobierno acumulando un gran rechazo en la población.
Desde
una posición exenta de la realidad y la coyuntura hay académicos y estudiosos
de la materia que han cuestionado que un tema de Estado y de interés nacional
como lo es la defensa del Esequibo se haya polarizado y convertido en parte del
debate político en Venezuela. Muchos de ellos han completado sus
cuestionamientos llamando a deponer las críticas al régimen chavista y
acompañarle en su referéndum para presentar una posición nacional y unitaria
frente a Guyana.
Quienes
proponen acompañar al chavismo en su referéndum parten de una posición
absolutamente ingenua y romántica de la política además de un desconocimiento
deliberado o inconsciente de la historia reciente. Lo primero que hay que precisar son las
responsabilidades del régimen chavista en su conjunto en el manejo improvisado
y disparatado del tema Esequibo. No se puede dejar fuera del análisis el hecho
público y notorio que fueron precisamente Hugo Chávez como Presidente de la
Republica y Nicolás maduro como Canciller quienes cedieron a Guyana derechos de
uso sobre El Esequibo.
Pero
no se trata de un lapsus o incontinencia verbal de Hugo Chávez como algunos
chavistas hoy tratan de justificar. Fue mucho más que eso. Fue toda una
política de muchos años acompañada de acciones concretas que incluyeron el
regalo de petróleo venezolano a Guyana y a los países miembros del CARICOM,
todos aliados de Guyana, a cambio del voto de estos a favor del chavismo en la
OEA.
A
partir de esa política de concesiones emprendida por el chavismo la posición de
Venezuela se ha deteriorado en forma dramática. Guyana desde entonces no ha
hecho otra cosa que ejercitar vigorosamente el obsequio que en forma graciosa
recibió de Chávez. Por su parte el régimen chavista jamás mostró algún interés
en ejercer actos indudables y definitivos de soberanía en El Esequibo.
Una
vez que Guyana acumuló suficiente apoyo geopolítico despliega su maniobra para
llevar el asunto a consideración de la Corte Internacional de Justicia con la
intención de burlar lo establecido en el Acuerdo de Ginebra. El chavismo tomado
por sorpresa en su modorra no pudo articular una estrategia para reafirmar la
soberanía sobre El Esequibo y tampoco se tomó en serio el traspaso de la
materia a una jurisdicción internacional. La improvisación del chavismo ha sido
tal que aún hoy no se sabe si se harán parte del proceso ante la CIJ o no.
Lo
que sí resulta evidente es que el tema del Esequibo ha sido invocado por el
chavismo como una excusa para crear un contexto artificial que le permita
seguir en el poder. Así en medio de la improvisación surge la tesis de convocar
en forma apresurada un referéndum cuyo objetivo real no es consolidar una
posición única de Venezuela frente a Guyana sino animar a las desmoralizadas
fuerzas militares chavistas con una falsa retorica patriotera y nacionalista.
Es
el chavismo quien ha polarizado en forma deliberada e irresponsable el tema del
Esequibo frente a lo cual no se puede esperar en forma ingenua que la mayoría
de los venezolanos se mantenga en una posición neutra y exenta de la realidad.
La
polarización además confirma que la convocatoria misma al referéndum fue un
acto irresponsable e imprudente cuyas consecuencias están por verse. Un tema
tan delicado como la defensa de la integridad territorial de la nación
venezolana debería ser el resultado de un gran consenso nacional y no de una
mayoría. Convocar al referéndum como lo hizo el chavismo abre una serie de
problemas, en su mayoría irresolubles. ¿Qué pasa si no vota la mayoría? ¿Qué
pasa si la mayoría vota en contra de la tesis del gobierno? ¿Cómo votaran los
militares?
Lo
que los chavistas y sus justificadores no parecen entender es que cualquiera
sea el balance de votos de ese referéndum su resultado será percibido como
derrota porque significa la concreción de que efectivamente la sociedad
venezolana está dividida en torno a un asunto que debería reunir un gran
consenso nacional. Esa será la lectura etic
que hará Guyana y sus aliados. Para los venezolanos desde una perspectiva emic está muy claro que el referéndum se
ha convertido en un ajuste de cuentas contra el régimen chavista desde el
momento en que este decidió usarlo como excusa para extender el ejercicio ya
agónico de su menguado poder echando a un lado el interés de la nación
venezolana.
Y por muy
doloroso que parezca, porque de hecho lo es, la defensa y recuperación del
Esequibo como parte integral del territorio venezolano pasa primero por un
cambio de régimen político distinto al chavista, con un firme e irrenunciable
compromiso auténticamente patriota y nacionalista.- @humbertotweets
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