Algunos voceros del chavismo han sido vehementes en asegurar que todo aquel que vote No en el referéndum sobre El Esequibo sería juzgado por traición a la patria. Peor aún, todo aquel que se niegue a votar debería ser igualmente condenado.
El tema de ir a
votar o no en ese referéndum tiene un gran interés porque aparentemente el
gobierno de Nicolás Maduro aspira a movilizar a la población para respaldar
posibles y futuras acciones frente a Guyana. Sin embargo, hay una gran cantidad
de venezolanos que ven en la convocatoria un intento de suspender las
elecciones convocadas para el 2024.
La premura y la
improvisación en la convocatoria se han reflejado en razones poco claras que la
justifiquen y en unas preguntas menos claras aun por su redundancia.
Conviene al
gobierno de Maduro, más que a nadie, que esa convocatoria se vea como parte de
un esfuerzo genuino en la recuperación del Esequibo y no como una mera maniobra
política.
Es esta última
percepción la que ha polarizado un tema delicado que debería ser asumido como
un gran consenso nacional y no como el resultado de una votación mayoritaria,
independientemente de la cifra final. Además, al convocar esa consulta se abren
nuevos e irresolubles problemas. ¿Qué pasaría si gana la tesis contraria? ¿Cómo
se podría resolver la contradicción de una mayoría que soberanamente decide no
ejercer la soberanía sobre una parte de su territorio?
Y el punto en
cuestión motivo de este escrito. ¿Es un delito no votar en el Referéndum sobre
El Esequibo? Más allá de lo que digan los voceros del chavismo no lo es ni
puede serlo porque no votar en un referéndum o votar en contra de la tesis del
gobierno, cualquiera que ella sea, no está prescrito como delito de traición a
la patria en la Constitución y las leyes.
Pero además de lo
legal está la racionalidad propia de la convocatoria al referéndum y la
posibilidad de votar, las cuales por su propia estructura admiten la tesis
contraria. Esto quiere decir que convocar a votar deja abierta como válida la
opción de no votar y las preguntas admiten como igualmente válidas las opciones
de Si o No.
Otra discusión será
valorar cuántas personas habilitadas para votar en el referéndum lo hicieron y
de esas cuantas votaron Sí o No en cada pregunta. Pero el debate de fondo debería ser si esos
resultados, cualesquiera que sean, reflejan un gran consenso nacional frente a
Guyana o no.
El gobierno de Nicolás
Maduro habría evitado las consecuencias de las dudas y la interpretaciones
diversas si ejercitando la prudencia política no hubiese convocado dicho
referéndum y en su lugar hubiese ejercitado actos definitivos e indudables de
soberanía en El Esequibo. @humbertotweets
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