La respuesta a esta pregunta no es tan obvia como se podría suponer. A menos de un mes para la celebración del referéndum sobre El Esequibo aún persiste la confusión y la duda sobre los motivos reales para su convocatoria. El régimen chavista no ha logrado articular una campaña convincente para explicar la responsabilidad que tuvieron Hugo Chávez y Nicolás Maduro al cederle derechos de uso a Guyana sobre El Esequibo en el 2004. Tampoco la costosa campaña del chavismo ha logrado quitarse de encima la acusación de usar el referéndum con propósitos de política interna para tratar de mejorar la deteriorada imagen del régimen en sus propias bases.
Pero
el referéndum que intenta el chavismo no solo se ha encontrado con un gran
rechazo nacional. En el propio chavismo hay operadores civiles y militares que
han alertado sobre lo que consideran un grave error estratégico por parte del
régimen. Una de las preocupaciones es que, coincidiendo con la opinión de
reputados académicos, consideran que el referéndum aleja la posición de
Venezuela de una solución en el marco de la Corte Internacional de Justicia lo
cual no sería un problema si el régimen chavista estuviese preparado para ejercer
actos definitivos de soberanía territorial en El Esequibo, pero ese ciertamente
no es el caso. Así planteado el referéndum luce más como una improvisada
provocación infantil contra Guyana y sus aliados que una sesuda y meditada
decisión geopolítica.
La
otra preocupación que sectores civiles y militares del chavismo le expresaron a
Jorge Rodríguez y Hermann Escarrá es que el referéndum no vinculante es un arma
de doble filo en las actuales circunstancias que el chavismo enfrenta un gran
rechazo nacional. Según esta argumentación convocar al referéndum sobre El
Esequibo sin contar con el clima apropiado podría convertir ese evento en un
referéndum contra el propio régimen chavista, que es lo que en efecto parece
estar ocurriendo.
Otro
problema adicional es que al estar polarizado el debate y no existir una
posición galvanizada sobre el asunto el régimen tendrá que enfrentar como
resultado una votación dividida en un 50-50 o peor sobre un asunto que de otra
forma debería reunir un gran consenso nacional. En otras palabras, cualquier
resultado que no refleje una proporción 90-10 a favor de la tesis del gobierno
o con una votación del 50% de los electores o menos no podría interpretarse
sino como una derrota dramática debilitando más aún la posición de Venezuela
ante Guyana.
Estos
mismos escenarios son plausibles en el ámbito militar donde los soldados y
oficiales tendrán la oportunidad de votar o no. Entonces ¿Cuántos militares
votarán en el referéndum sobre El Esequibo? ¿Cuántos votos lograra el Sí que aspira
el gobierno? o peor aún ¿Cuántos militares se atreverán a votar No? Estas
preguntas son todas pertinentes porque a pesar de la campaña mediática que
realiza el régimen los militares chavistas, insertos en la misma dialéctica
política que el resto de los venezolanos, pueden estar viendo en el referéndum
una burda maniobra política como lo ve la mayoría de los venezolanos. Entonces
la decisión para ellos es si se hacen parte de la maniobra o no, conscientes
que en todo caso poco o nada tiene que ver con El Esequibo.
Desde
el momento que el chavismo decidió convocar el referéndum sobre El Esequibo
también estaba asumiendo los riesgos de una votación adversa que,
independientemente de su tamaño, solo servirá para mostrar una imagen
fracturada del régimen y sus fuerzas militares. Para la macolla del régimen
este era un riesgo necesario porque lo que está en juego no es El Esequibo sino
la supervivencia del Estado chavista y la capacidad de este para evitar la
implosión y la ruptura militar.
Pero
unos resultados precarios en el referéndum sobre El Esequibo no servirán para
detener la embalada chavista por el tobogán de una aventura suicida solo
justificada por el empeño de seguir en el poder. Unos resultados electorales
marginales serán seguramente maquillados por el CNE para usarlos como motivo de
celebración épica y la razón para que las fuerzas armadas los acompañen en una
aventura militar con resultados aún más desastrosos. Aquí es donde cobra
especial interés saber y entender cuál será el porcentaje de oficiales dispuestos a desmarcarse del régimen y votar
No en el referéndum. ¿Podría ser el 1, 2 o 3 por ciento? Es del mayor interés
porque allí es donde podría estar el futuro núcleo dirigente que promueva la
ruptura y se levante contra el régimen político que entregó El Esequibo a
Guyana.- @humbertotweets
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