En el contexto político venezolano es imposible abstenerse de tomar partido y de fijar una posición. Además las reflexiones se hacen desde coordenadas específicas, no desde una neutralidad metafísica.
Pero aun tomando
todo esto en cuenta el oficio del analista político debería contribuir a
explicar la realidad, no a obscurecerla.
Cuando un analista político
sujeta el resultado de su trabajo a una agenda partidista no está haciendo análisis,
sino propaganda.
Otra tendencia que
se observa es la de “analistas” que asumen el rol de profetas para tratar de
predecir el futuro. Aunque el intento puede resultar entretenido en muy poco
ayuda al análisis tratar de adivinar el futuro.
No negamos el
inmenso valor de las llamadas ciencias predictivas tales como la estadística,
pero crear escenarios arbitrariamente para tratar de “pegar” uno es otra cosa,
no análisis.
Creemos que en un
ambiente ultra polarizado como el de Venezuela una persona con definidas
convicciones y compromisos partidistas podría hacer un buen análisis político
en la medida que siga un método, cualquiera que este sea, y que nos ayude a entender
la realidad.
Un análisis político
debería por lo menos caracterizar con rigor los bloques políticos y sociales
enfrentados, identificar qué intereses representan y valorar la correlación de
fuerzas en un momento determinado.
Por supuesto, hay
muchos otros elementos que se pueden incorporar en la medida en que contribuyan
a una mejor comprensión de la realidad tales como las dinámicas que operan
entre las diferentes capas y ramas de la sociedad política (capas conjuntiva,
basal y cortical; y ramas operativa, estructurativa y determinativa, según
Gustavo Bueno).
Un análisis político
que pretenda cumplir esa función explicativa no puede ser simplemente una opinión
especulativa inspirada por deseos o inclinaciones personales.
Un análisis de este
calibre debe aspirar a desagregar la situación estudiada en sus más pequeñas morfologías
para luego reorganizarlas y presentar un conjunto de ideas que permitan
comprender esa coyuntura siguiendo un método.
Muchas veces la desesperación
por salir de una crisis que parece no terminar lleva a elevar las expectativas
por aquellas propuestas que nos ayuden a cambiar y salir adelante. Por eso escuchamos
la recurrente pregunta en redes sociales: ¿Y tú que propones?
Pero acaso más importante que una
propuesta sea el emprender una tarea preliminar para analizar la situación en
que estamos metidos y tratar de comprender esa realidad.
Más que justificadores o profetas
necesitamos más y mejores analistas políticos que nos ayuden a ganar
perspectiva y a entender dónde estamos y a quien nos enfrentamos como sociedad.
Entender quizás sea mucho más importante
que otras cosas.- @humbertotweets
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