Hace unos días y con ocasión de celebrar un aniversario más de la llegada del chavismo al poder en Venezuela la Vicepresidente Delcy Rodríguez decía: “Si algo resume los 25 años del chavismo es la inclusión frente a las peores dificultades que son producto del bloqueo económico.” Dijo inclusión, pero no explicó a qué tipo de inclusión se refería.
Inclusión es el acto de incorporar,
de incluir, esto es que poco o nada queda fuera de esa totalidad. Todo está
ahí, adentro.
Es posible que desde su perspectiva
la vicepresidente Rodríguez quiso decir que en estos 25 años de revolución
chavista nadie se ha quedado fuera de sus bondades y beneficios. Por eso ella
se atrevería a usar la palabra inclusión para definir a este particular tipo de
revolución.
Y efectivamente la expresión refleja
audacia y atrevimiento por su intento en desafiar la realidad, sin
vergüenza.
El balance que puede presentar el
chavismo luego de 25 años es patético. No importa si se le compara con el
anterior Estado de partidos (democracia) o incluso si se le compara consigo
mismo. ¿Por qué? Porque Venezuela hoy está peor que en 1999. Pero además porque
la Venezuela de Nicolás Maduro está más desecha que la de Hugo Chávez.
Los niveles de pobreza, miseria,
desnutrición, desempleo y deterioro de las condiciones materiales de vida de
los venezolanos son hoy dramáticamente peores que hace 25 años.
La realidad refuta la noción de
inclusión en un país donde el chavismo ha promovido la más feroz división entre
ricos burgueses y pobres no tienen dinero para comprar comida ni medicinas. En
Venezuela hoy se tiene o no se tiene, no hay términos medios.
Esto se pudo apreciar con el reciente
concierto de Luis Miguel en Caracas donde unos venezolanos podían pagar hasta
1500 dólares por persona al tiempo que tenemos profesores universitarios que no
ganan más de 25 dólares al mes. Ni hablar de los jubilados y pensionados. Que
la fe en Dios los ayuda, porque con el chavismo no hay salvación.
Contraria a la idea de inclusión que
celebra Delcy Rodríguez hay ya casi 10 millones de venezolanos que según cifras
extraoficiales han abandonado a la Venezuela chavista con todas sus bondades.
Estos compatriotas fueron obligados a emigrar ante el desmantelamiento de
Venezuela. Ellos han sido completamente excluidos de su patria, aunque los
chavistas preferirían decir que ellos se “autoexcluyeron” porque se fueron. Es
su culpa.
De alguna forma el chavismo tiene que
admitir su fracaso, pero lo hace bajo la condición de echarle la culpa a otro.
Según el chavismo el destrozo material de Venezuela no es el resultado de 25
años de corrupción y saqueo vigoroso y sistemático. La culpa de todos nuestros
padecimientos es…del bloqueo y las sanciones internacionales!
No parece creíble el argumento de que
por restricciones parciales a la venta de petróleo venezolano desde hace 3 años
se haya producido un daño equivalente a 25 años o se haya desmantelado la
industria petrolera. El deslave había comenzado ya en 1999.
En la misma declaración en la cual
Delcy Rodríguez habla de una inexistente y mítica inclusión en la Venezuela
chavista, también dice: “El pueblo sabe
que entre todos nos acompañamos y no dejamos al pueblo sufriendo en la
soledad.”
Es muy importante que alguien del
calibre de la Vicepresidente Rodríguez admita en el régimen chavista que esto
no es precisamente un mar de felicidad, sino que hay sufrimiento. Esta
concesión a la realidad se le agradece. Ahora que el régimen se ofrezca en
forma cínica a acompañarnos en el sufrimiento que él mismo ha generado no es
necesario. Los venezolanos preferimos sufrir en soledad que estar mal
acompañados.- @humbertotweets
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