La fuente de poder político real del Estado chavista no reside en la participación electoral, aunque esta se presente como un factor legitimador. Los venezolanos han sido convocados a participar en las farsas electorales chavistas muchas veces en estos 25 años sin que esto haya alterado en lo más mínimo la estructura básica de poder.
Y
si no es en la soberanía popular expresada electoralmente ¿de dónde emana el
poder político real que sostiene al Estado chavista? En un país como Venezuela,
donde desde hace mucho tiempo las instituciones del Estado nacional venezolano
desaparecieron, el poder político real reside en quien porta las armas y con
ellas ejerce el monopolio de la violencia en contra de una población civil
desarmada que por su propia condición y aunque se defina en contra de ese
régimen no tiene forma de defenderse y menos aún de corregir institucionalmente
el desbalance.
Por eso la
última de las preocupaciones que podría tener el chavismo son las elecciones.
Hay otras situaciones que sí provocan angustia y preocupación. Y es que siendo
el componente militar decisivo en el sostenimiento del régimen las fuerzas
armadas chavistas se han convertido en un complejo ecosistema donde opera
constantemente una biocenosis en la que unos factores están en guerra a muerte
contra otros. Con lealtades y agendas que se entrecruzan cada vez es más difícil
determinar quién está con quien en una madeja donde todos se autodefinen como
chavistas y bolivarianos.
En
el mundillo de analistas, opinadores y operadores políticos casi siempre se cae
con facilidad en la tentación de ver las maniobras y los montajes del chavismo
como signos inequívocos de torpeza, miedo y desesperación. Por ejemplo, es
cierto que la trama poética de la llamada “conspiración del brazalete blanco”
está plagada de contradicciones e incoherencias que en algunos casos llegan al
ridículo. Con declaraciones de testigos estrella y mapas del siglo pasado el
Fiscal Tarek William Saab ha intentado justificar una conspiración donde los
supuestos conspiradores no se conocen entre sí, carecen de la logística para
actuar y varios han dejado de ser parte de la Fuerza Armada desde hace varios
años.
Mientras
algunos saltan a celebrar la torpeza de William Saab otros nos preguntamos si
esta torpeza aparente no es algo por diseño o parte de un plan que se desconoce
públicamente, al menos hasta ahora.
Es
evidente que los militares y civiles acusados de ser parte de esta supuesta
conspiración no tienen la capacidad operativa para ejecutar una acción como la
que se les atribuye. Desde este punto de vista es muy difícil defender la tesis
que ellos sean una amenaza real para el régimen o para la integridad física de Nicolás
Maduro. Pero tampoco representaban una amenaza los oficiales que fueron
secuestrados en países como Ecuador y Colombia para aparecer milagrosamente en
Caracas. Siendo el último de estos casos el del Teniente Ronald Ojeda Moreno
quien fue secuestrado en Chile y cuyo paradero hoy se desconoce. Entonces ¿Qué
podría justificar esas acciones temerarias?
Lo
que observamos aquí es que mientras el chavismo maniobra con una mano la
ilusión electoral, con la otra al mismo tiempo endurece su campaña de miedo y
terror dentro de sus propias fuerzas armadas que es el único sitio del cual
podrían llegar malas noticias. Con estas acciones audaces y aparentemente
torpes el chavismo le envía mensajes, claros y directos, a sus oficiales que a
la hora de defender el régimen criminal no hay ni habrá límites para perseguir,
torturar y asesinar.
Montajes
burdos como el del “brazalete blanco” solo sirven para justificar cacerías de
brujas y el clima de sospecha bajo el cual viven todos los oficiales de las
FANB chavistas. Unas Fuerzas Armadas donde todos desconfían de todos es un
ambiente ideal para mantener el control y prevenir potenciales insurrecciones
que se podrían estar fermentando. Los secuestros de militares fuera de territorio
venezolano perpetrados por agentes del régimen venezolano o por encargo a
mafias locales es otra forma de mostrar que tan lejos puede llegar el brazo
armado del chavismo para infundir terror y desalentar conspiraciones reales.
Es
el tema militar lo único que perturba a los operadores del chavismo y donde
vemos que ellos están dispuestos a invertir una cantidad considerable de
recursos y energías. No es para menos, porque es en el estamento militar donde
precisamente todo comenzó y el mismo punto donde todo parece que va a terminar
para completar un inevitable ciclo dialéctico.- @humbertotweets
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