Quienes conocieron a Tarek William Saab por los años 70 y 80 le recuerdan como un “poeta comprometido con la revolución” en referencia a su prolífica producción poética ensalzando abiertamente cualquier intento insurreccional contra el entonces imperante Estado de partidos. La idea de revolución que atraviesa casi toda la obra poética de William Saab es lo suficientemente vaga y ambigua que bien puede tener un significado diferente para cada lector de sus poemas. Un verdadero sofisma desde el punto de vista político pero una extraordinaria figura literaria de gran fecundidad como el mismo poeta lo demostraría con sus elaborados versos.
Pero
es asunto de los críticos y de la crítica literaria juzgar la calidad artística
y estética del poemario de Tarek William Saab. Hay métodos y reglas para
valorar con rigor si lo que escribió William Saab tiene la categoría de poemas
o de otra cosa. Lo que aquí nos interesa es su relación con lo político, no con
lo artístico y literario.
La
militancia partidista de Tarek Wiliam Saab, primero en el PRV-Ruptura de
Douglas Bravo y luego en el MBR-PSUV de Hugo Chávez, estuvo marcada por el aura
del poeta, no de uno cualquiera, burgués, sino de un poeta que cantaba loas a
esa promesa amorfa, indefinida, pero seductora de “revolución”. Sus poemas
“Ruptura” (1991) y “Maisanta” (1992) son buenos ejemplos de este tipo de poesía
que además quedaron como reliquias que capturaron la esencia de su pivote
partidista de la penumbra de Bravo hacia la sombra de Chávez.
Ya
avanzada la década de los 90 Tarek William Saab tuvo que reinventar su imagen
pública y del “Poeta Tarek” se convirtió en “Tarek el defensor de los derechos
humanos”. Eran los años en que había más preocupación mediática por los
derechos humanos de los victimarios que de sus víctimas en sus crímenes de tipo
político. Con todas las garantías constitucionales, jurídicas y procesales que
ofrecía el llamado Estado democrático y social de derecho resultaba
relativamente muy fácil hacerse un nombre y una reputación como defensor de los
derechos humanos tal como hizo William Saab. Muchos funcionarios civiles,
policiales y militares fueron a la cárcel procesados por delitos contra los
derechos humanos en la era del Estado de partidos. Nada que ver con estos
tiempos de revolución bolivariana y chavista cuando los verdugos del régimen
son laureados y gozan de impunidad amancebados con instituciones como la que
hoy dirige el propio Tarek William Saab.
A
juzgar por sus intervenciones en la Asamblea Nacional y por las críticas de sus
compañeros del PSUV como gobernador del estado Anzoátegui Tarek William Saab no
es un operador político particularmente competente. El, como muchos otros,
escaló a las alturas del régimen chavista primero de la mano de Hugo Chávez y
luego de Nicolás Maduro no por sus capacidades profesionales sino por sus
destrezas para adular siempre a la persona oportuna.
En
el 2017, por decisión de Nicolás Maduro,
Tarek William Saab es designado Fiscal General de la República más que
por sus credenciales académicas o profesionales por la urgencia de cubrir el
puesto luego de la destitución de Luisa Ortega Díaz. Este cargo es
especialmente importante para el régimen chavista porque es desde el cual se
coordina las operaciones judiciales con el TSJ, jueces y fiscales, civiles y
militares, para procesar y sentenciar “legalmente” a quienes son declarados
enemigos del régimen y eventualmente algunos otros que también caen por ajustes
de cuentas interno en la luchas intestinas del chavismo.
En
su condición de Fiscal General a Tarek William Saab le ha tocado que justificar
“legalmente” los linchamientos del Comisario Oscar Pérez, del General Raúl Isaías
Baduel, del estudiante Neomar Lander, del Capitán Acosta Arevalo, al igual que
las detenciones arbitrarias contra Nicmer Evans y Javier Tarazona por decir y
hacer mucho menos de lo que el propio William Saab decía y hacía con la
protección de las garantías democráticas en los años 90. Sin duda uno de los
casos que evidencia la perfidia y el cinismo de Tarek William Saab es la
desaparición de Carlos Lanz a quien le concedió una muerte poética, por decir
lo menos.
Siguiendo
su estilo truculento y chapucero hace unos días Tarek William Saab ordenó la
captura de Tamara Sulay Sujú; Wender Villalobos; Norbey Marin; María Sebastiana
Barráez; Mario Carratú Molina, José Antonio Colina, y un grupo de oficiales
militares por su supuesta participación en una conspiración contra Nicolás
Maduro y con base a las declaraciones del ex militar Angelo Heredia. Aunque las
declaraciones del ex militar están plagadas de incoherencias y contradicciones
William Saab subscribió la tesis de su jefe sin tomar en cuenta que varios de
los presuntos implicados no sólo no están relacionados sino que ni siquiera se
conocen entre sí.
El
común denominador de los casos criminales y políticos que ha trabajado la
Fiscalía de Tarek William Saab es que TODOS en un 100% son resueltos con base a
confesiones, delaciones, y declaraciones de testigos anónimos en varios casos.
La figura del “testigo estrella” que inventó Isaías Rodríguez para complacer a Chávez
en caso de Danilo Anderson ha sido perfeccionada por Tarek William Saab al
nivel de una obra de arte. Casi de un poema, podríamos decir.
Los
casos que Tarek William Saab le ha manejado al régimen no están sustentados en
una rigurosa investigación criminalística sino en la elaboración de versiones
insólitas y grotescas donde el caso comienza y termina con la versión del
testigo estrella al cual a pesar de su inexistencia física los jueces chavistas
le otorgan toda la credibilidad y su declaración se convierte en el único
soporte de una sentencia condenatoria.
Con
cada versión de los casos investigados, siendo una más increíble e insólita que
la anterior, nos atreveríamos a decir que el Fiscal Tarek William Saab en sus
servicios al régimen hace poesía más que investigación criminal. Sus
elaboraciones para justificar las historias que fabrica el régimen son un
pastiche de imágenes y figuras literarias estrafalarias donde la única
racionalidad que se aporta es la declaración del testigo estrella quien
responde a todas las preguntas y despeja todas las dudas.
A pesar de que en los mentideros del régimen
chavista es reconocido como un lisonjero a rabiar Tarek William Saab está en
preaviso y tiene sus días contados. Su sucesor ya tiene nombre y apellido. En
eso parecen estar de acuerdo Nicolás Maduro, los hermanos Rodríguez, Padrino López
y hasta Diosdado Cabello.
Sin
embargo, el poeta le ha tomado cariño al cargo con sus prebendas y no lo quiere
abandonar. Para demostrarle al régimen que aún le puede ser útil Tarek William
Saab tiene en su libreta otro poema, uno más que aspira con soberbia a ser su
más cara obra maestra y electrizante acto de prestidigitación. Para esta pieza
literaria debe tener una métrica calibrada matemáticamente, no se puede
improvisar y una jugada adelantada sería mortal. William Saab espera con
ansiedad que el régimen le haga la seña para salir a debutar con su fantástica
explicación sobre el paradero de Tareck El Aissami. ¿Vivo? ¿Muerto? ¿Accidente?
¿Suicidio? ¿Cáncer? ¿O todo este tiempo estuvo en Fuerte Tiuna protegido ante
un complot combinado de la CIA, Hezbollah y Hamas para asesinarlo?
Este
será el poema de todos los poemas, para el cual Tarek William Saab ha ensayado
cientos de veces porque se trata de una oportunidad única e irrepetible. Los
versos deberían tener una rima perfecta para concatenarse, en forma melódica,
uno con otro y que el testigo estrella aporte todas las piezas de un
rompecabezas donde todo encaja a la perfección.
Por razones
que nada tienen que ver con lo artístico y lo estético el régimen chavista
tendrá que decidir en las próximas semanas si deja el manejo del desenlace del
caso El Aissami en manos de Tarek William Saab o del nuevo Fiscal. Si William
Saab sobrevive a las pugnas internas del chavismo, y logra ese papel, hará sus
mejores esfuerzos para ejecutar una puesta en escena, poética y espectacular,
que explique el misterio de Tareck El Aissami. Ese, sin duda, será el mejor de
sus poemas. Porque será el último que podrá recitar en la Corte del tirano.- @humbertotweets
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