Nuevamente el régimen chavista parece entrar en una etapa de crisis y agotamiento. Hay confrontaciones entre poderosos grupos del régimen como lo demuestra la defenestración de Tareck El Aissami. Hay malestar en las Fuerzas Armadas chavistas como lo evidencia la ausencia de Nicolás Maduro de los desfiles y actos militares por razones de seguridad. La cúpula del régimen envía a Diosdado Cabello a Cuba para tratar asuntos que no se pueden hablar por teléfono. Y la crisis económica cuya mejor expresión es el colapso de la industria petrolera deja al gobierno sin recursos y hace estragos en la moral de las clientelas chavistas, civiles y militares.
Sin duda el
régimen chavista luce estructuralmente agotado mostrando los signos de una
inminente implosión producto de sus debilidades internas. Sin embargo, las
fuerzas que de alguna forma adversan al chavismo también lucen agotadas y
cansadas al punto de ceder posiciones a un régimen que quizás de otra forma
solo necesitaría un empujón para venirse abajo. En lo interno la falsa
oposición está ocupada en insistir con necedad en negociar minúsculas
concesiones del régimen y engolosinada en hacerse parte del nuevo fraude
electoral del chavismo.
En un momento
que podría ser decisivo como el que hoy se vive la falsa oposición no tiene una
propuesta para recuperar la república más que insulsos slogans y catálogos de
promesas electorales. La desconexión de todos los candidatos de la falsa
oposición que participan en la Primaria con la calle es abismal como lo
demuestra el desinterés de la gente en votar y el empeño en continuar
abandonando el país. Tampoco esta falsa oposición ha podido articular un
planteamiento hacia las diferentes facciones de las Fuerzas Armadas chavistas
que es en definitiva donde se decidirá el futuro de lo que queda de Venezuela.
En lo
internacional la coalición de países que habían sancionado al régimen chavista
se ha resquebrajado y siguiendo el ejemplo de los Estados Unidos todos han
emprendido un proceso de replantear sus relaciones con Venezuela y aliviar unas
sanciones que nunca fueron aplicadas en todo su rigor.
Varios países
han anunciado el levantamiento de sus sanciones al Estado chavista. Los Estados
Unidos no oculta que la Venezuela chavista se ha convertido en un suplidor
confiable de petróleo y nuevamente los petrodólares regresan a chorros a las
arcas del régimen.
Una tiranía
como la chavista necesita dinero para poner en la calle, alimentar a sus
clientelas y crear una ilusión de mejoría para tapar su propia incompetencia.
Por eso contrario a lo que algunos analistas han sugerido el chavismo estuvo
considerando posponer o suspender las elecciones con la excusa de las
sanciones. La tesis era que mientras haya sanciones no pueden haber elecciones.
De allí la campana “Elecciones libres, pero libres de sanciones”.
Pero este plan
alterno ha cambiado con la nueva dinámica donde una serie de circunstancias le
vuelven a presentar al chavismo una nueva oportunidad para sobrevivir como
régimen. Por razones distintas tanto la llamada Comunidad Internacional como la
falsa oposición vuelven a lanzarle un salvavidas al régimen justo cuando más lo
necesita.
Sin sanciones
económicas, con nuevos flujos de dólares por petróleo y ayuda humanitaria, y
con una oposición hincada en la tesis electoral al chavismo solo le queda
ocuparse de liquidar cualquier intento de rebelión interna para continuar
cómodamente en el poder, al menos en el futuro inmediato. Con esa certeza los
voceros del régimen se han animado en los últimos días a sugerir con más
intención el adelanto de las elecciones para este año ya que las condiciones
hoy lucen inmejorables para ellos ante la inhibición, debilidad e incapacidad
de sus adversarios.
Sin embargo,
lo fundamental de la crisis política se mantiene igual. Todo esto son mejoras o
paliativos temporales que le ayudarán al régimen a cruzar del 2023 al 2024 para
llegar con un renovado plantel burocrático en el 2025. La economía seguirá
destrozada. La industria petrolera destruida. La gente huyendo de Venezuela y
los militares desertando. Y las instituciones en las cuales se soporta el
estado chavista devoradas por la gangrena de la corrupción.
De todas ellas
solo importa que ocurrirá en las Fuerzas Armadas donde una o varias facciones
tendrán que asumir la realidad de perecer con el régimen o librarse de él para
sobrevivir.- @humbertotweets
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