La defenestración política de Tareck El Aissami ex Ministro de Petróleo de Nicolás Maduro parece increíble porque se trata de la cabeza de una de las mafias más importantes del régimen chavista. Pero es real. Tan real como lo fueron la liquidación del general Raúl Isaías Baduel en tiempos de Chávez o la de Miguel Rodríguez Torres, Rafael Ramírez, y Luisa Ortega Díaz en tiempos de Maduro. En estos casos y en otros al principio costaba creer que el propio régimen estuviese dispuesto a sacrificar a sus operadores élite por razones diversas. Pero así como ha pasado antes corre ahora.
La
incredulidad de quienes aún no entienden lo que está pasando dentro del
chavismo les lleva a perderse en una maraña de teorías, algunas de las cuales
aseguran que se trata de una estrategia de Nicolás Maduro para darle tareas más
importantes a Tareck El Aissami. Con suerte y habilidad El Aissami tendrá un
destino mejor que el de Baduel o Rodríguez Torres. Lo que no se puede ocultar o
disimular es que Tareck El Aissami cayó en desgracia dentro del chavismo y su
recuperación es prácticamente imposible. Pero ¿por qué?
A
Tareck El Aissami y su clan el gobierno de Nicolás Maduro los acusa en primer término
de la desaparición de más de tres mil millones de dólares producto de la venta
irregular de petróleo venezolano en los mercados negros para tratar de burlar
las sanciones impuestas por la OFAC de los Estados Unidos. Pero también se
alega los vínculos de sus operadores judiciales con las megabandas “Tren del
Llano” y “Tren de Aragua”.
Sin
embargo, de lo que se acusa hoy a El Aissami y su grupo es lo que todos los
operadores del chavismo han hecho y siguen haciendo a lo largo de estas dos
largas décadas. Periodistas de investigación de El Nacional, Armando.Info y
otros medios han documentado hasta la saciedad los negocios sucios asociados a Nicolás
Maduro, Cilia Flores, Jorge Rodríguez, Delcy Rodríguez, Diosdado Cabello, Nicolás
Maduro Guerra entre muchos otros cuyos familiares y relacionados se enriquecen
sin piedad del tesoro nacional solo porque tienen la oportunidad para hacerlo.
Nada distinto a lo que ha hecho El Aissami y su banda.
En
cuanto a las conexiones y relaciones del chavismo y sus tribus con bandas y
megabandas criminales en Venezuela se trata de una práctica inveterada desde
tiempos de Hugo Chávez. Esta relación formal entre el chavismo y el hampa organizada
le ha permitido a bandas criminales acceder a logística y operar en territorios
que le son celosamente respetados por las policías del gobierno.
Hasta las
cárceles venezolanas se han transformado en hoteles o resort 5 estrellas de los cuales ningún pran quiere salir. La posible vinculación entre Tareck El Aissami y
su grupo con el hampa común no podría ser menor que la que en su momento
tuvieron y mostraron con orgullo Iris Varela, José Vicente Rangel Avalos,
Robert Serra y Eliecer Otayza, estos dos últimos fallecidos en extrañas
circunstancias. Entonces ¿Por qué se escandalizan al revelar que El Aissami
también hacía lo mismo y nada distinto?
Pero,
ultimadamente, la razón principal que se ofrece ante el ecosistema chavista
para decapitar políticamente a Tareck El Aissami no es otra que cumplir
cabalmente con la tarea de Estado que le asigno directa y públicamente Nicolás
Maduro. Y es que para burlar las sanciones de la OFAC el gobierno de Maduro ha
tenido que vender petróleo venezolano en los mercados negros en forma
irregular. Estas son transacciones que no se pueden realizar y registrar en
forma ordinaria para evitar su rastreo. Esto requiere la articulación de redes
de testaferros, que combinando cuentas bancarias personales y comerciales con el
uso de criptomonedas, puedan efectivamente mover esos dineros. Y además resulta
plausible que al mover los recursos de un nodo a otro cada gestor en nombre
propio, de su grupo o de la revolución se haya apropiado de sumas cuyas
cantidades así como el valor del petróleo tranzado es imposible determinar o
auditar.
Tres
mil millones de dólares, que es la cantidad que se alega como evaporada, es
mucho dinero. Mucho más de lo que se necesita para vivir como un magnate de por
vida. Tres mil millones de dólares más conexiones claves en las burocracias
civiles y militares del régimen chavista son suficiente poder para intentar
buscarle un sucesor a Nicolás Maduro, no precisamente por vía de
elecciones.
Entonces
aquí se puede comenzar a ver con más claridad que lo que tenemos al frente no
es la lucha contra la corrupción que invoca el régimen chavista. El verdadero trasfondo de la decapitación
política de Tareck El Aissami no es otro que el de las feroces luchas
intestinas que se libran en las entrañas del régimen para resolver el
inevitable tema de la sucesión o la continuidad.
Debió
-y aún debería- preocupar enormemente al gobierno de Nicolás Maduro la
extraordinaria acumulación de poder político, económico y militar de Tareck El
Aissami, suficientes para relevarlo a él mismo en la Presidencia.
Una
vez develado el plan y en plena marcha la campaña para desacreditarlo ante el
universo chavista el gobierno de Nicolás Maduro tiene que resolver que hacer
con Tareck El Aissami. Recetas como las aplicadas a Baduel y Rodríguez Torres
son posibles, ya que todas están sobre la mesa. Tampoco se podría descartar un
canje negociado al más alto nivel con el gobierno norteamericano.
Por
otra parte, la designación de Pedro Tellechea, ex mano derecha de Tareck El
Aissami, como presidente de PDVSA no se puede interpretar como una concesión al
capo chavista hoy caído en desgracia. Más bien habría que verlo como la
transición a unas relaciones comerciales mejor definidas con los Estados
Unidos, y facilitadas por la Chevron, en
virtud de las cuales, ya sin sanciones o con sanciones mucho más leves,
la petrolera venezolana no tenga que acudir a los mercados negros para vender petróleo
y lograr recursos en forma irregular para que el régimen siga funcionando.
En
esta nueva etapa los servicios de El Aissami ya no serán necesarios y su
neutralización resulta esencial para mantener el forzado equilibrio en el
convulsionado ecosistema chavista. Qué harán con él es otra cosa.- @humbertotweets
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