La universidad venezolana, entendida esta expresión como el conjunto de todas las instituciones universitarias autónomas en Venezuela, ha sido uno de los objetivos a destruir por parte del régimen chavista como por supuesto no podía ser de otra manera.
En su empeño
por democratizar las miserias el régimen chavista necesita una educación
mediocre que ayude a reproducir una sociedad de imbéciles, terreno fértil para
la falaz prosa chavista.
La Universidad
venezolana ha tenido que resistir con admirable estoicismo todos los intentos
de destrucción por parte de la llamada revolución bolivariana. No solo se trata
de negarle presupuesto o de intervenir en su funcionamiento al límite de
violenta la autonomía universitaria. Es también la creación de otras presuntas
universidades controladas por el gobierno que en un ejercicio militante de piratería
donde para aprobar solo hace falta asistir o mejor aún mostrar el carnet de
militancia en el PSUV.
Con esos
criterios las universidades improvisadas del chavismo han acreditado médicos,
ingenieros, abogados, etc. en forma democrática para distanciarse de lo que
ellos con desprecio llaman la educación burguesa de aquellas otras
Universidades con tradición que no se rinden ante la mediocridad.
En las
próximas semanas la Universidad Central de Venezuela emprenderá el proceso para
renovar sus autoridades luego del entrampamiento jurídico que le monto el
régimen chavista para jugar a su desaparición. En situación similar se
encuentran la mayoría de las universidades verdaderamente autónomas de
Venezuela que por años no han podido elegir sus autoridades por la intervención
del aparato judicial chavista.
Aunque no
sabemos si esta vez la UCV y otras universidades podrán efectivamente recuperar
esa parte de su autonomía que les ha sido arrebatada, se trata de una
posibilidad que se abre para recuperar la vitalidad de la Universidad
venezolana no solo en cuanto a sus tareas académicas sino también en cuanto a
su papel en la confrontación barbarie chavista-civilización que se da en Venezuela.
Y es que
efectivamente ante la bancarrota de los llamados partidos de la oposición
(falsa) al régimen chavista la sociedad está en una búsqueda desesperada de
nuevos referentes en la lucha política y social.
La Universidad
venezolana energizada por nuevos liderazgos podría asumir ese rol tan necesario
en la lucha irreductible contra el régimen chavista de convertirse en la
conciencia nacional que como un refulgente torrente de luz destruye las sombras
y la oscuridad que hoy arropan a Venezuela.
La conciencia
nacional de la que hablamos no es un constructo metafísico o idealista, es más
bien la expresión material de un esfuerzo articulado capaz de mostrar el camino
y liderar la lucha para recuperar nuestra integridad social, política e
histórica.
No necesitamos
académicos que como egos diminutos se pongan al servicio de la falsa oposición
y su agenda para ser vergonzosamente sus corifeos a cambio de promesas
burocráticas.
Lo que
necesitamos con académicos que con las armas de la racionalidad y el
patriotismo se asuman como la fuerza capaz de recuperar la Universidad
venezolana como primera medida para luego convocarnos a todos los venezolanos
para defender lo que nos pertenece y que el chavismo está empeñado en destruir.
Una
Universidad renovada actuando como la conciencia nacional de Venezuela y en
alianza con nuevos sindicatos y gremios, separados de toda influencia
partidista pero con una claro compromiso patriótico y nacionalista, podría
hacer mucho más para derrocar al régimen chavista que las tesis electoreras,
negociadoras y fracasadas de la falsa oposición.- @humbertotweets
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