Abundan las especulaciones y la propaganda disfrazada de “análisis” sobre la decapitación política de Tareck El Aissami, hasta hace unos días poderoso Ministro del Petróleo de Venezuela. Quienes no disponemos de información privilegiada sólo podemos atenernos a los elementos materiales que nos ofrecen los propios protagonistas que, concatenados unos con otros, nos ayuden a ganar perspectiva sobre el asunto.
Por
ejemplo, las denuncias por hechos de corrupción administrativa contra altos
funcionarios del gobierno chavista no son nuevas. Muchas de ellas datan de hace
muchos años atrás y han sido debidamente documentadas y publicadas por
periodistas de investigación. El régimen ha ignorado la mayoría de ellas solo
llegando a procesar algunos casos que reúnen condiciones muy especiales.
Y
estas condiciones no son precisamente las que tienen que ver con la moral o la
honestidad sino más bien con la correlación de fuerzas internas dentro del régimen
y el realineamiento de funcionarios que corren el riesgo de ser procesados
judicialmente si y sólo si entran en contradicción con el régimen en su
totalidad o con uno de sus grupos más influyentes.
De
lo que se acusa a Tareck El Aissami es de lo mismo que muchos funcionarios
dentro del gobierno de Nicolás Maduro han hecho y siguen haciendo. La
diferencia está en que la masa de recursos y conexiones que logró reunir El
Aissami alcanzan para más, mucho más, que el disfrute de los placeres y lujos
de una vida fácil.
La pregunta
ingenua, pero totalmente pertinente, desde los predios de Maduro sería ¿Y qué
piensas hacer con tanto dinero? Cualquier explicación es suficiente para que el
frío le suba por la espalda al inquilino de Miraflores.
Una vez apresados
sus principales lugartenientes y obligado a renunciar Tareck El Aissami publicó
unos parcos y crípticos tuits, básicamente, aceptando su nueva desgraciada
condición y su incierto futuro.
El segundo de
ellos es particularmente revelador cuando dice: “...me coloco a disposición de la dirección del PSUV para apoyar esta
cruzada que ha emprendido el Presidente @NicolasMaduro contra los antivalores
que estamos obligados a combatir, hasta con nuestras vidas.”
Conocedor de
las reglas de juego del régimen, El Aissami no se pone a la orden de los
órganos de justicia como correspondería en un verdadero Estado de derecho. El
Aissami se pone a disposición del PSUV y más específicamente de sus dueños
quienes realmente tienen el poder de administrar justicia en Venezuela.
Como ya ha
ocurrido otras veces, estas luchas intestinas para definir la correlación de
fuerzas dentro del régimen pueden producir resultados definitivos e
inesperados. Por eso en la parte final de su segundo tuit El Aissami admite que
hasta la vida (la suya) está en juego.
El destino de
Tareck El Aissami dependerá de su habilidad para convencer a sus jueces del
PSUV que tanto dinero y recursos acumulados eran para beneficio personal y no
para otra causa. Aun si tiene éxito, quedará la duda y será muy difícil para El
Aissami restablecer sus relaciones y conexiones dentro del régimen al nivel que
existían antes del 20 de marzo de 2023.- @humbertotweets
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