No hay forma de edulcorar la descomposición ni de disimular la realidad. Por cualquier lado que se vea es imposible no caracterizar al chavismo y a su falsa oposición como dos expresiones de una misma manera absurda de hacer política que conduce irreversiblemente a la destrucción de Venezuela.
Aunque ambos
se presentan como la antítesis del otro, la verdad es que chavismo y falsa
oposición son las dos caras de una misma moneda que con formas diferentes
comparten la misma esencia clientelar y oportunista de hacer política. No hay
forma de explicar uno sin tener como referencia al otro, ha repetido mil veces
Alberto Franceschi en sus análisis por YouTube.
Y es que así
como el chavismo se nutre de la falsa oposición para legitimarse y sostenerse
en el poder, está a su vez necesita de las dádivas y las prebendas del régimen
para seguir operando como tal oposición. Atrapada en esta danza macabra
Venezuela agoniza en manos de quienes dicen amarla al tiempo que la destruyen y
de quienes dicen oponerse al régimen a tiempo que se arrastran a sus pies.
Para disimular
su esencia corrupta y clientelar tanto el chavismo como su falsa oposición
acomodan un discurso que intenta justificarse al menos ante sus propias bases
clientelares. Es el engaño de la temporada que sigue siendo reciclado en las
siguientes, una y otra vez, sin vergüenza ni rubor.
Los falsos
opositores están obligados a jugar el papel de legitimadores del régimen chavista
si quieren seguir cobrando por sus servicios. Para estos efectos están
obligados a hacer todo lo que sea necesario para llevar a la gente a votar
aunque ellos mismos admiten que no hay ni condiciones ni garantías para unas
elecciones libres.
¿Cómo es que
sin condiciones ni garantías y ante otro fraude garantizado la falsa oposición
insiste en llamar a votar y convalidar ese espurio sistema electoral? ¿Cómo se
puede justificar políticamente que es necesario someterse a unas elecciones no
libres para lograr unas elecciones libres? La mascarada es evidente y la
mayoría de los venezolanos prefiere ejercitar la abstención que prestarse para
la farsa.
Por su parte el
chavismo no se queda atrás y le da la vuelta al sofisma para asegurar que ellos
también quieren elecciones libres…libres de sanciones, acota rápidamente Jorge Rodríguez
para que su significado quede claro. Pero ¿de cuáles sanciones habla Rodríguez
si las mentadas sanciones no fueron más que un saludo a la bandera que dejaron
intacto al régimen y le toleraron seguir comerciando a través de países proxy?
Alguna
angustia debe existir en el régimen cuando están tratando desesperadamente de
convencer a sus clientelas que no se les puede pagar por culpa de las llamadas
sanciones. Sin embargo, cada vez resulta más claro incluso para los chavistas,
que las carencias económicas son atribuibles a la negligencia del régimen más
que cualquier otra cosa.
Elecciones
libres de sanciones es la falacia que a su vez usa el régimen chavista para
justificar el abandono de las negociaciones de México al tiempo que intenta
engañar a sus propias bases clientelares.
La idea de
elecciones libres desde el chavismo o desde la falsa oposición tiene
significados distintos pero ambos sintetizan el oportunismo y el clientelismo
en su intento por seguir banalizando la política en Venezuela.- @humbertotweets
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