Saltaron súbitamente a quejarse las viudas del Interinato cuando la caricaturista Rayma construyó una imagen que capta con fidelidad la frustración de millones de venezolanos con la estafa de Juan Guaidó y la falsa oposición.
Operadores
políticos, que pertenecen y orbitan en el área de intereses de la falsa
oposición, reclamaron con amargura por el supuesto irrespeto que significa la
referida caricatura.
Pero más que
un reclamo sincero los defensores de la pulcritud política de Juan Guaidó
mostraban la ira de quien se siente desnudo y descubierto a la luz de la
mentira. El dolor y la rabia parecían multiplicarse por la extraordinaria
conexión con la realidad que finalmente corroboraba la opinión de millones de
venezolanos.
Pero ¿que
podría ser tan ofensivo para provocar la violenta reacción de las viudas del
interinato de Guaidó? Se trata de la imagen de un Juan Guaidó con la nariz tan
grande como la de Pinocho, llegando alegre y festivo al castillo de Disney
World en el imperio norteamericano. Café
La contundente
y descriptiva imagen va acompañada por el texto “Ni cese de la usurpación, ni gobierno
de transición, ni elecciones libres…”. Básicamente se trata de la confirmación
del fracaso y la traición de quienes ayer tercamente embarcaron a Venezuela en
la aventura del gobierno interino y hoy hacen exactamente lo mismo con la tesis
fallida de las primarias de la falsa oposición.
Lo que le
duele a las viudas del Interinato es que la imagen de Rayma confirma una
dramática realidad. Juan Guaidó forma parte de esa mafia política anidada por
décadas en el antro de la falsa oposición que ha engañado y sigue engañando a
los venezolanos reciclando cada día formas para amancebarse con el chavismo.
El mantra
creado por Leopoldo López, Juan Guaidó y Voluntad Popular fue abrazado por toda
la falsa oposición. Contenía tres promesas que desde el principio eran
inviables, pero que fueron muy útiles para enmascarar y luego justificar la
masiva corrupción administrativa del Interinato. Al final, como era de
esperarse, la aventura no podía terminar sino en el más rotundo fracaso.
A Rayma no se
le puede acusar de inventar nada. Ni siquiera se le podría a atacar por tratar
de decir algo. Porque en el más fino y elocuente ejercicio de la caricatura,
más que un dibujo, lo que ella hizo fue tomar una fotografía que no puede ser
refutada.
Juan Guaidó con su carita risueña y feliz
llega a los Estados Unidos, dando rítmicos saltitos de emoción, mientras deja
atrás al olvidado mantra. Y con él también deja enterradas las ilusiones y las
esperanzas de millones de venezolanos que, al menos por un instante,
sucumbieron ante el irresistible encanto de la estafa del gobierno Interino.- @humbertotweets
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